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Capitulo 25

Incluso Cheong-yeon, que había vivido con él durante tres años, no sabía si Do-heon estaba bromeando o hablando en serio, debido a su arrogancia.

"Aqui. Es el director del Museo de Arte Sohwa".

Cuando Cheong-yeon señaló a Jeon Jun-ho y explicó, la expresión de Jeon Jun-ho se endureció rápidamente. Eso le dio a Cheongyeon una extraña sensación de euforia.

"¿No te acuerdas?"

Cheong-yeon agregó con voz sarcástica, para que Jeon Jun-ho escuchara, quien se había estado riendo de él con falsa simpatía hasta ahora.

"Sabes que no soy bueno para recordar las caras de las personas".

Por alguna razón, Doheon lo siguió. Al igual que Cheongyeon, también bajó la voz, pero fue suficiente para llegar a las personas cercanas sin dificultad.

Al mismo tiempo, el empleado detrás de Junho jadeó, y Junho Jeon se endureció como una estatua de yeso. Era el rostro de alguien que estaba seriamente sorprendido.

"Perdóneme."

Doheon se disculpó con Junho Jeon con una voz muy mecánica. Era la primera vez que le gustaba su voz sin una pizca de emoción.

Mientras Cheongyeon cantaba alegría en su corazón, Doheon miró el reloj en su muñeca y se acercó a él.

"Aún quedan diez minutos para el cierre. ¿Vamos a mirar la imagen?

"Está bien."

¿Por qué este ser humano es así? Incluso en medio de las dudas, Cheong-yeon respondió como si hubieran llegado a un acuerdo de antemano. Como estaba tan emocionado, incluso cruzo sus brazos alrededor de los de Doheon y lo llevó a la sala de exposiciones.

Cuando giré la cabeza para ver a Jeon Jun-ho, su cara estaba teñida de rojo por la vergüenza y estaba a punto de estallar.

"¡Pfss!"

Tan pronto como entro en la sala de exposiciones, Cheongyeon se echó a reír.

Fue porque la expresión desconcertada de Jeon Jun-ho seguía viniendo a su mente.

"Do-heon, ¿realmente no te acuerdas? El director Jeon Jun-ho también presentó el trabajo de Antonia Thomas el otro día".

Sin darse cuenta, Cheongyeon no se dio cuenta de que lo llamó "Doheon" como en el pasado, y todavía le tocó el hombro con los brazos cruzados.

"Lo se."

Doheon respondió un poco tarde.

"¿Lo sabes?"

"¿No sería extraño que no lo sepa? Se reúnen una vez cada trimestre".

Los ojos de Cheongyeon, que se habían doblado suavemente en una curva, se abrieron de par en par.

"¿Pero por qué dijiste que no sabías?"

"Lo dijiste hace un rato. No sé el nombre del gerente".

"Ay. ¿Desde cuándo has estado escuchando?

"Después de escuchar eso, no podía soportar fingir no saber".

Se sentía avergonzado de pensar que Do-heon había estado escuchando a Jeon Jun-ho y a él discutiendo desde el principio. Era una situación infantil en la que los omegas se peleaban por su exmarido divorciado.

Sin embargo, la euforia de Cheong-yeon precedió a la vergüenza de ser atrapada por Do-heon. Se tapó la boca, pero no pude ocultar los pómulos levantados y las mejillas levemente sonrojadas.