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Capitulo 26

Hacía tanto calor que se mareó la cabeza. Las partes que le resultaba vergonzoso mencionar estaban hormigueando, como si solo el placer sexual pudiera enfriar el calor.

ah. ah. mgh. Cheongyeon exhaló y se metió la mano en los pantalones. Luego, instintivamente, agarró con cuidado el pene erecto.

"......."

Los fríos ojos de Doheon mientras lo miraba, que se había estado aferrado a él por un momento, volvieron a su mente.

Luego salió de la habitación, dejando solo a Cheongyeon. Como si estuviera metido en su cerebro, las escenas que había experimentado ese día todavía se desarrollaban vívidamente ante sus ojos.

Para él, solo habría visto como un omega al que solo le queda el deseo sexual. Cuando volvió la vergüenza que sentía en ese momento, Cheongyeon apartó la mano de su pene, sobresaltado como un niño que había hecho algo malo.

Preferia tomar un inhibidor. Fue increíblemente incómodo tener que soportar durante días en tal estado de no poder controlarse.

Tenía miedo de que los demás se dieran cuenta del terrible omega glotón que era y lo miraran con desprecio. Aunque sebia que ya no hay nadie que lo juzgue.....

Después de un rato, Cheongyeon saltó de su lugar como si hubiera tomado una decisión. Con un paso bastante apresurado, se paro frente al lavabo del baño. Luego abrió el grifo y se lavó la cara con agua fría.

La temperatura del agua helada pareció devolverlo a los sentidos. Pero incluso eso duró poco. su condición física no mejoró en absoluto.

Ahora algo resbaladizo salió desde abajo. su ritmo cardíaco se elevó, y escenas lascivas que normalmente ni siquiera imaginaría estaban dando vueltas en su cabeza.

su conciencia estaba nublada por el deseo desesperado de que alguien notara su deseo.

inhibidor. Creo que sería mejor que tomara un inhibidor. Tardíamente, perdido en el nerviosismo, Cheongyeon murmuró para sí mismo mientras buscaba en su botiquín.

Sin embargo, recientemente, la necesidad de controlar las feromonas por completo no era necesario, por lo que no había tiempo libre para comprar una pequeña cantidad de inhibidores en la farmacia cada vez que era necesario.

Cheong-yeon, que se había estado desesperando por un momento, volvió a la cama y encendió la televisión, no queriendo el silencio absoluto. Varias personas salían en la pantalla chica y constantemente escupían palabras incomprensibles.

Bang bang.

Mientras se mordía las uñas y miraba la televisión sin cesar para matar el tiempo, alguien llamó a la puerta principal.

Sorprendido, Cheongyeon suspiró y se levantó de su lugar. Y con cautela se acercó a la puerta principal.

¡Bang bang!

El extraño llamó más fuerte a la puerta esta vez.

"¿quién eres tú?"

Cheongyeon apenas abrió la boca y habló con voz entrecortada.

"Yoo Cheongyeon. Soy yo."

Era Doheon. Cheongyeon abrió los ojos y se detuvo. ¿por qué vino aquí?

"¿Por qué, por qué estás aquí?"

Cheongyeon estaba avergonzado y tartamudeaba.

"Hoy es sábado. Ahora son las doce".