Ex Patrocinador.𝆖

Capítulo 69

"Dámelo".

Conteniendo la comisura de su boca para que no se levantara de manera inapropiada para la situación, Cheongyeon se acercó para pedir que le devolvieran el catálogo. Aun así, Doheon no se movió. Mientras continuaba la confrontación, el personal los miró a los dos con desconcierto.

Impaciente, Cheong-yeon extendió la mano y le arrebató el pesado catálogo a Do-heon. En el proceso, su cuerpo se inclinó, por lo que rápidamente colocó su otra mano sobre el muslo de Doheon para mantener el equilibrio.

"Solo tráelo un conjunto como este".

Al final, a pedido de Do-heon, Cheong-yeon renunció a la camisa con el pecho hueco y eligió la ropa y los zapatos de diseño simple que vio desde el frente. El empleado se agachó un momento para comprobar la marca y el número de producto.

"¿Está incluyendo los zapatos?"

Incluso los zapatos. Ah, y me voy a cambiar de inmediato, así que por favor quiten la etiqueta con anticipación".

Cheong-yeon, que le estaba contando al personal sobre su pedido, estaba interiormente sorprendido por la suave sensación del muslo de Do-heon, que acababa de tocar para equilibrarse.

"Le pediré al personal de la tienda que retire la etiqueta y la recoja para que pueda cambiarse de inmediato. Puedes elegir el color de la parte de arriba y de los zapatos, ¿cuál te gustaría?"

¿Qué? Se veían muy firmes cuando lo vi, pero ¿está bien que sus muslos estén tan suaves?

"Por favor, mantenga el color como está en la foto".

"Está bien. ¿Hay algún cambio en el tamaño registrado en la información del cliente?"

Cheongyeon jugueteó con la suave carne que tocó su mano unas cuantas veces más. Penso que algo andaba mal, así que giro la cabeza y reviso el muslo de Doheon.

Cheongyeon, quien pronto se dio cuenta de algo, rápidamente quitó su mano del muslo de Doheon, sobresaltándose un momento después.

Y olvidando que había un empleado justo a su lado, puso los ojos en blanco y miró alternativamente la cara y los muslos de Do-heon.

de ninguna manera... era su?

Cheongyeon estaba tan sorprendido que tuvo hipo.

"Ningún cambio."

Cuando no pudo responder a las palabras del empleado, Doheon respondió en su lugar.

Incluso entonces, Cheong-yeon no pudo digerir la sorpresa que acababa de recibir y se había endurecido como una piedra.

No, ¿puede un pimiento humano bajar hasta el muslo? Ni siquiera tuvo una erección cuando la toque. no tiene sentido.

Cuando el empleado salió de la habitación por un momento, Cheongyeon saltó de su asiento. El calor se apresuró a su rostro y su corazón latía con fuerza.

Do-heon no parecía estar interesado en Cheong-yeon mientras revisaba los mensajes en su teléfono. Un pesado silencio pasó entre los dos por un rato.

"cliente. Te entregaremos la ropa que pediste.

Gracias al personal que regresó rápidamente a tiempo, Cheongyeon pasó el momento incómodo con relativa facilidad.

Antes de que Do-heon pudiera decir algo, Cheong-yeon tomó su ropa y entró al vestidor. Cuando se miró en el espejo, vio que su cara estaba roja.