Wang Zhou Cheng estaba encerrado en un cubículo de los baños del edificio, no quería llorar, no era necesario, Liu Hai-Kuan y él no tenían nada. ¿Entonces por qué su corazón dolía? Porqué le dolía al ver que una mujer mucho más guapa que él estaba en el despacho del mayor.
Él no era bonito, aunque se convenciera de que no todos los donceles tenían que tener una figura determinada, nunca conoció a un doncel con su físico, al revés todos eran bonitos, un cuerpo con una espalda estrecha, todo lo contrario a él, piernas largas y firmes, etc, ni las más mínimas cualidades poseía.
Sus ojos ardían y se mordía con fuerza los labios, evitando que cualquier jadeo saliera de su boca. No tendría que haber salido de la casa Wang. No tendría que haber hablado. No tendría que haber pedido nada.
—¿Cheng?—preguntó el Liu nada más entrar a los baños.
El menor soltó un jadeo y subió sus pies, quedando envueltos en sus brazos y contra su pecho. El mayor por su parte abría cada puerta, había cerrado el candado de la puerta, pues sentía el olor del Wang, había sido un buen regalo por parte de Ji Li.
Intentó entrar al último cubículo y se dio cuenta de que estaba cerrado.
—Cheng sé que estás ahí—le habló el Liu con voz tranquila. Intentó entrar un par de veces, pero se rindió.
—Vete—escuchó la voz rasposa del menor y el corazón del Liu se hundió.
—Tenemos que hablar—le intentó convencer.
—No. Ella te está esperando—dijo de la misma forma.
—¿Ella? Ella es mi secretaria, no tiene nada que ver con mi vida sentimental—le dijo antes de sentarse en el suelo, apoyando la cabeza en el mármol del lavamanos.
—Pero ella estaba ahí, en tu escritorio, semidesnuda. Dudo mucho que eso lo haga una secretaria—le dijo mientras se limpiaba las lágrimas.
—Ella gustaba de mí, aunque yo no de ella. Me gustan los hombres, no las mujeres—le explicó.
El menor con duda y mordiendo su labio abrió la puerta, vio como la cara del Liu se volvía un poco triste. Aunque eso no lo entendió.
—¿Nunca te has sentido atraída por ella?—le preguntó con una pequeña ilusión en la voz.
El Liu negó con la cabeza mientras se levantaba del suelo.
—Nunca. Lo prometo—le juró con un pequeño abrazo al final. El Wang aceptó el abrazo, estaba feliz, no lo iba a negar.
Los pechos de ambos se sentían cálidos, sus corazones latían al compás, siendo felices por unos momentos.
—Perdóname—le rogó el menor antes de enredar sus labios en los labios del mayor.
Era un beso sin segundas intenciones, no era uno dulce, pero tampoco uno acalorado, tan solo uno en el que buscaban un roce perfecto.
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La segunda parte del capítulo 18.
Me alegro que haya gente que aún lea esto, doy las gracias, de verdad.No os entretengo mucho, cuidaos.🤍
PD: Veía necesaria la canción de Jin en este capítulo.
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Entre Sombras Y Luz
FanfictionXiao Zhan no está bien, no después de sus quince cumpleaños. Cada año, cada mes, cada hora, minuto y segundo, se vuelven más monótonos, el Xiao se vuelve una marioneta vacía. Pero nunca pensó que un Wang pondría su vida patas arriba. Y un Wang, nunc...