4 días hemos tardado en poder gritar con emoción "tierra al frente". Las mareas has sido tranquilas y poca lluvia nos ha atacado en el viaje, haciendo favorable la travesía.
Frente a nosotros, a una distancia notoria, una pequeña isla descansa en medio del mar teniendo una ancha muralla en su interior y esto solo significa una cosa: personas. Y donde hay población, hay riquezas. Los míos gritan alegres dejando sonar el tan amado cuerno de marfil, ayudando así a los demás barcos a conocer nuestra posición para que se acercasen.
Los remos se mueven con decisión, demostrando la emoción que guarda cada uno de los vikingos.
Comienzan a tomar las armas en la parte delantera, repartiendo estas entre los presentes. Espero a que llegue atrás mi hacha, viendo cómo un imbécil juega con ella como si fuera suya.
Revisa el apellido marcado en la base del mango, volviéndose levemente pálido al instante... Imbécil.
No tardo en recibirla de las manos temblorosas del sujeto, acompañada de unas suaves disculpas. La tomo con velocidad asustando al hombre, en serio es guerrero?
El barco toca tierra, y con ello, un lugar que saquear ha sido descubierto. Tengo emoción por ver a la persona de la que habló el chamán, no voy a mentir, pero mi gusto por el oro continúa siendo mayor.
Salimos del bote colocando los pies en el agua, dando unos pasos para llegar a la arena de la playa. Los demás drakkar hacen lo mismo, imitando nuestras acciones.
La nueva idea es rodear la muralla y así encontrar la puerta que debería tener. Varios de mis hombres caminan a gran velocidad, casi corriendo, buscando de forma bruta la entrada.
Rugen como animales al encontrar sorpresivamente la puerta del reino abierta, atravesando esta con arma en mano. Es por ello, que no tardan en asesinar a sangre fría todo aquél que les intentase atacar.
Por mi parte, espero a que terminen de pasar y así quedar el último, teniendo vía libre para buscar riquezas y sujetos con calma. Podría ir primero e investigar todas las viviendas que veo, pero prefiero aguardar y encontrar los tesoros más escondidos, ya que eso significa que tienen más valor.
Tampoco me asusta que puedan dañar a la persona que busco, puesto que, si el chamán habló de ella significa que no será dañada o al menos asesinada.
Al ver el desplazamiento calculado que han creado los demás vikingos, comienzo mi marcha adentrándome en casas que llamen mi atencio, dando un tranquilo paseo.
Aprovecho la "limpieza" creada por los nórdicos para andar sin muchas preocupaciones, manteniendo mis sentidos en alerta.
Primera casa: nadie. Sus habitaciones, llenas de cajones, me dan buenas señales. Y no me equivoco, dentro de ellos decenas de monedas doradas descansan en distintas bolsas de pieles.
Segunda casa: una pareja joven. Ambos me miran en pánico, sangrando levemente de sus extremidades mientras mantienen el equilibrio. El hombre no tarda en apuntarme con una espada, podría atacarle... Pero no lucho contra gente que me amenaza temblando.
En cuanto dejo la puerta libre y soy un golpe de aviso con el hacha, reaccionan corriendo desesperados. En esta cabaña solamente hay cadenas de plata, nada valioso.
Salgo recibiendo nuevamente los chillidos de suplicio por parte de los pueblerinos, siendo callados al instante. En este tipo de contexto, odio eso.
Investigando por las casas ajenas me encuentro con personas parecidas a las que nombró el chamán, pero ninguna llama completamente mi atención. No son de quién hablaba.
Campanas. Campanadas desesperadas comienzan a escucharse cerca, provenientes de un gran edificio de color blanco brillante.
Me acerco a dicho lugar encontrándome con cadáveres en su interior. Me doy la vuelta con asco, saliendo del edificio obligado a chocarme con los míos para poder llevar a las calles.
Una vez fuera miro atento alrededor; he saqueado decenas de casas antes de llegar a este edificio, por lo que no me queda mucho hueco libre en el saco que llevo conmigo.
Intuitivamente me fijo en una casa cercana. Una alta, de color marrón rojizo que contiene en ella varios pisos; como si distintas familias vivieran en un mismo sitio.
Noto su puerta medio abierta, por lo que reviso la habitación en busca de vida... Pero parece que no hay nada.
A mi derecha hay cajones que no tardo en abrir, topandome con un colgante brillante tras tirar varios objetos sin valor al suelo. Perfecto.
—Será caro? -susurro observando detenidamente la piedra preciosa que cuelga del collar-
Choco contra varias mesas por andar mirando la joya. Error de novato.
Pero al girar mi cabeza, veo una persona gatear de un lugar a otro. Algo de eso me sorprende: la reacción que tiene mi cuerpo.
Por lo poco que he podido apreciar de dicho sujeto e conseguido notar su piel oscura, y solamente eso ha conseguido que mi cuerpo reciba una descarga eléctrica suave.
Es la persona de la que habló el chamán? La tengo frente a mí?
Para confirmarlo me acerco en silencio, subiéndome a la mesa para verle. Sé que soy de cuerpo grande y es complicado no hacer ruido con lo bruto que somos, pero con los años aprendí a controlar mi peso, dándome la oportunidad que tengo ahora de poder vigilar desde arriba.
Fijándome en sus movimientos, sus músculos tensos van acompañados de un notorio temblor por todo el cuerpo. Lo más lógico, es debido al miedo.
Mueve su cabeza para revisar la entrada, encontrándose con absolutamente nada. Qué tierno.
Es un joven de piel oscura, más oscura de lo que me imaginaba. Su pelo negro está recogido en un moño desordenado que cae poco a poco.
Por curiosidad de ver qué hace, aprieto su bola de pelo obteniendo una reacción estática por su parte. Va girando su vista hacia mí con lentitud, conectando miradas por unos segundos antes de que grite y comience a correr preso del pánico.
Sus iris verde oliva recorren mi mente uniéndose con los pequeños datos que tenía. Sumándose nuevos puntos como sus pecas o la pequeña cicatriz que tiene en la nariz.
Es la persona.
Grita mi corazón al recapacitar por unos segundos. Seguido, le persigo por las calles teniendo que "esquivar" los objetos que lanza hacia atrás en su camino, lástima que esté intentando huir de un guerrero de élite.
—Miren a Sigurd! -gritan a mi alrededor- Está interesado en alguien!
—Es tuyo, Sigurd! -vuelven a alzar la voz-
Veo como se mete en una casa, la cual no dudo en invadir para buscarle. Nada más atravesar la puerta rota, varias cajoneras aparecen en mi camino y como es costumbre, tomo las monedas que me encuentro en ellas.
El mantenerme en alerta mientras recolecto, me deja conocer un leve golpe proveniente de la cocina. Se ha escondido.
Doy pasos lentos hasta posicionarme en el lugar de donde provenía el sonido. Miro a todos lados sin encontrar señales del moreno.
Las encimeras de madera están llenas de polvo, acompañadas de algún que otro cuchillo y poca comida. Y al bajar la mirada al suelo, descubro un rectángulo diferente incrustado en él. Toda el piso lleva la misma madera, a excepción de este cubículo.
Un compartimento.
Al estar en silencio escucho casi en susurro la respiración fuera de ritmo del joven, concluyendo en donde está metido.
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Exótico [Kaigurd Sigurd ver.]
FantasiPor fin tenemos "Exótico", libro que sigue la línea temporal de Visitantes desde el punto de vista nórdico.