Capítulo 11

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Otro día, otra sorpresa.

La oscuridad de la noche fue consumida por la luz del día, ambas chicas despertaron sobre la pila de almohadas y cobijas, los padres de Amanda ya se habían marcharon. Por otro lado, a unas millas de distancia se encontraba su madre con el móvil en mano y una preocupación más grande que Australia.

Debatiéndose entre, llamar o conducir hasta Metis, no tuvo que esperar mucho ya que, la pantalla de su móvil se iluminó con el hombre de su hija. Todo, absolutamente todo lo que quería recriminarle por no llamarle se esfumó en cuanto la voz de Amanda sonó al otro lado de la línea telefónica.

—¡Buenos días, mami! —Amanda sonaba animada después de años.

—¡Buenos días, hermosa! —saludo Beatrice con una sonrisa de oreja a oreja.

La charla entre madre e hija fue de lo más informativa posible, Amanda le contó que tenía "amigos", no entró mucho en detalles, aun así sabía que su madre se alegraría por saber que su hija por fin estaba saliendo adelante.

Por otro lado, su madre le contó que muy pronto se iría de viaje, por negocios, claro está. Eso la puso feliz, su madre había evitado ir a cada viaje que no la incluyera por más de un año, con lo mucho que Beatrice ama viajar.

La llamada finalizó con una despida lo más animada posible por parte de Amanda, para no preocupar a su madre, claro estaba que su madre si se preocupó por ella, pero decidió despedirse de su hija, recordando que más tarde le volvería a llamar.

Hoy era ese día donde Amanda solo quería abrazar a su madre, dormir hasta tarde y comer kilos y kilos de helado. Por ello decidió que era momento de cambiar y por la conversación con Nix era mejor que practicará todo lo posible.

Amanda se dirigió a la cocina, donde estaban sus nuevos huéspedes irrumpiendo en la nevera, los tres se giraron al notar la presencia de la chica. Amanda parecía un tanto distraída, absorta en sus pensamiento.

—¡Amanda! —saludo Nix— ¿Estás bien? —preguntó, acercándose a ella tras no obtener repuesta por parte de Amanda.

—Sí, lo estoy. —se apresuró a decir Amanda que había pegado un salto al ser sacada de sus pensamientos, tras brindarle una sonrisa que no le llegó a sus ojos, añadió— No te preocupes, estoy bien —volvió a afirmar más para ella que para Nix.

Amanda se acercó hasta la estufa para cocinar una sopa de verduras, en momentos como estos la cocina era su terapia.

La sopa quedó lista para degustar, Había suficiente para todos, así que les sirvió, guiándolos a la sala, donde los esperaba un nuevo capítulo de Santa Clarita Diet. la sopa de cada plato se había acabado, el capítulo llegó a su fin y todos se dirigieron al jardín.

Tras unos minutos, donde le explicaron a Amanda como concentrar su poder, el timbre sonó. Tyr, Thot y Nix se pusieron nerviosos de inmediato, Amanda más calmada se dirigió a la puerta principal. La niebla puesta por Nix se esfumó un poco.

Amanda abrió la puerta, llevándose una gran sorpresa, lo que se encontró no era para nada lo que esperaba.

¿Qué tal el capítulo de hoy?, nos leemos la próxima, ¡me voy.. que lástima pero bye..! (sale corriendo antes que la golpeen) :)

♧♧♧

Naah mentiri :) continuamos....

—¿Así que aquí vives, ahora?

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué estás aquí? —Amanda sin darse cuenta retrocedió dos pasos.

—¡Vaya! ¡Vaya! ¿Ahora no eres tan valiente? ¡Vaya! eso sí que es una gran sorpresa. —la burla se reflejaba en los ojos de esa chica de labios rojos carmesí. En sus ojos miel ya no había rastro de inocencia. Toda ella era maldad, maldad pura eso era su nombre, maldad era lo que traía consigo a donde fuese, Realle era una persona dulce, pero ahora no quedaba nada de esa dulce chica.

La vida nos pone en el camino personas que nos marcan, que por más que huyamos, corramos, nos escondamos siempre están, ellas son nuestro pasado, presente y futuro pero no de una forma linda, sino para recordarnos lo que somos, la esencia pura de nosotros mismo, esas personas son las que pueden llegar y destruir o llegar y ayudar. Pero claro está que Realle no la ha buscado para ayudarla sino para destruirla, romperla, quebrarla por completo.

Amanda respiró profundamente contando hasta diez.

—No deberías estar aquí. —se lo dijo con la mayor calma que pudo reunir.

Realle soltó una risita sarcástica, entrando del todo a la residencia Mayorm.

—Y ¿Quién me lo impedirá? —se rio pasando al lado de Amanda que soltó una maldición por lo bajo.

Amanda estaba en modo defensa: activado.

Al parecer ambas estaba a la defensiva la una de la otra, la tensión junto con la incomodidad se podía palpar a metros de distancia.

—Para muchas personas, el pasado, —Realle rio por lo bajo—, se les hace difícil de olvidar y hay otras que se le hace... fácil. —tomó un poco aire para ver fijamente a los ojos a Amanda—. ¿Sabes, quién va en cada grupo?

Amanda le mantuvo la mirada por más feroz que esta era, Realle por su parte sonrío de una forma malvada. Amanda no podía creer cómo una persona como Realle podía convertirse en un ser lleno de rencor y venganza.

Se acercó lo justo para susurrarle.

—Pues yo no olvido y tú al parecer lo haz hecho. —con esto se fue de la residencia Mayorm, dejando a una Amanda temblorosa en medio del recibidor.

A los minutos al ver que Amanda no volvía, Nix decidió ir a ver qué era aquello que tanto la entretenía. Al encontrar a Amanda se apresuró hasta ella.

Amanda seguía viendo la puerta principal por donde hacía minutos una parte muy jodida de su vida se acababa de marchar, esa parte que creyó por fin empezar a superar, todo el progreso de la mañana se fue la mierda cuando la vio de nuevo.

A ella, a Realle.

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El secreto de Cignus [Terminado✅️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora