Capítulo 26

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Las verdades son malas

Thurno sonrió de lado con malicia, Amanda no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, un chico de cabello azabache, se notaba que no lo lavaba con frecuencia, mirada perdida, piel palida, ojeras marcadas y moretones por todo el rostro y cuello, con una delgadez que se marcaba su clavicula, ese no era el mismo Alessandro que conoció, eso le partió el corazón,

Unas lagrimas se deslizaron sin permiso ni aviso por sus mejillas, dejando un camino humedo hasta el termino de su barbilla, la impotencia la invadía, quería sacarlo de ese lugar, ponerlo a salvo.

Amanda se seco las lagrimas que brotaban con brusquedad, con la furia en sus ojos, clavó su mirada en Tom, que en ese momento perdió todo rastro de diversión, sus pupilas destilaban miedo, Thurno retrocedió dos pasos mismos que caminó Amanda para tenerlo tan cerca que podría tomar su cuello y presionar hasta que Tom dejará de respirar.

—¿Qué le haz hecho? —fueron sus palabras, su tono de voz era de verdadera furia, Thurno perdió el color de su cara.

—Yo no... —soltó Tom levantando sus manos en señal de rendición, para continuar— Tyr, sí, preguntaselo a él.

La chica de ojos grises no podía creer lo que estaba escuchando, ¿Qué tenía que ver Tyr en esto? ¿Tyr le había hecho esto a Alessandro? No podía creerselo, no sabía mucho sobre Tyr pero no era una mala persona, él la rescató de aquel accidente, Tyr arriesgo su vida por ella, ¿Cómo pudó hacerle esto? No solo a ella si no a Alessadro, nada tenía sentido.

Sin poder escuchar una palabra más, Amanda golpeó con todas sus fuerzas a Thurno, entre gritos, lagrimas y golpes, exigió la libertad de Alessandro, ella lo iba a ayudar, Tom se dirigió a una puerta que estaba a unos metros del vidrio, con rápidez dejó la puerta abierta y retrocedió para no tener cerca a Amanda que entró a grandes zanjadas al lugar.

Dentró de la habitación un olor a tierra mojada invadió su sentido del olfato, Alessandro se encontraba en una esquina, sentado en el suelo con su mirada pérdida en el vacío, su rostro trasmitía cansancio, con pasos largos se acercó hasta donde el se encontraba.

Al llegar hasta el lugar, Amanda se puso de rodillas al lado de Alessandro, con cautela acercó su mano a la de él, pero en un gesto brusco Alessandro la apartó, Amanda no se dió por vencida tan fácilmente, así que procedío a Hablarle.

—Mi amor, ya estoy aquí, estarás a salvo.

—Vete, alejate de este lugar, salvate.

Sin dejar de mirar al vacío pronunció aquellas palabras, Amanda quería ver aquellos ojos que le trasmitían paz hacía poco, quería sacarlo de ese lugar, quería recuperar a aquel chico con que había experimentado tantas emociones, conocido tantos lugares y tuvo muchas aventuras.

Quería hacer algo por él por eso, se volteó viendo el perfil de Alessandro, su cabello estaba largo y descuidado, Amanda lo tomó de las mejillas para voltear su rostro conectando así su mirada gris en el ambar de él, no tiene el mismo brillo que tuvo hace dos años, antes del accidente en el que creyó haberlo pérdido.

—¿Qué te han hecho? —murmuró Amanda mientras cariciaba la mejilla de Alessandro, este por su lado permanecía inmóvil.

Con temor Amanda juntó su frente en la de él, para sorpresa de todos Alessandro no la apartó, solo cierró los ojos con fuerza.

—Vete cariño, ¡corre! ¡CORRE!

Alessandro siguió gritando que corra, mientras se desplomaba por un lado abrazandose así mismo mientras gritaba y lloraba, Amanda se asustó, no sabía que hacer, Alessandro parece pérdido, no era él, estaba sufriendo, Amanda se le destrozó el alma al ver a su amor sufriendo.

Tyr entró corriendo junto con Thot, Tyr la tomó para llevarla fuera de ese lugar, mientras Thot se quedó con Alessandro, lo calmó al susurrarle unas palabras en su oído, con eso Alessandro se quedó en silencio, tal parecía que no tenía sentimiento alguno.

Fuera de esa habitación Amanda luchaba contra Tyr, tratar de soltarse de ese chico le estaba constando demasido, Tyr en un arrebato por los jalones de Amanda la soltó y se giró para verla, con los ojos llenos de enojo la enfrentó.

—No puedes obedecer por una maldita vez, si te digo que te quedes te quedas si te digo vete te vas. —soltó sin una pizca de buen humor.

Amanda quedó anonadada, en lo poco que llevaba de conocer a Tyr, no lo había visto enojado, no le había grito ni tratado así, era algo nuevo, Amanda salió de su ensimimasmiento, todo esto la superaba, odiaba llorar pero ver a Alessadro de esa manera y ahora escuchar a Tyr hablarle así, fue demasiado para ella, las lagrimas la traicionaron una vez más.

Al ver las lagrimas deslizandose por las mejillas de Amanda, Tyr reaccionó, cerró los ojos soltando una maldición, se alejó de Amanda, ella no podía moverse, su respiración en momentos se aceleraba y en momentos le faltaba, su corazón latía demasiado y un dolor agudo en el pecho se instalo en ella, sus manos comenzarón a temblar.

Tyr vio lo mal que estaba Amanda, no podía evitar sentir culpa, él había detonado eso en Amanda, Tyr sabía que era toda su culpa, no debía culparla a ella, él se fue, él cometio un error.

—Perdoname Amanda, no debí... lo lamento.

Amanda no podía contener lo que sentía, lo había ocultado demasido, era mucho por cargar, sin tanta fuerza Amanda cayó de rodillas, Tyr se acercó a ella tomando su espalda y acercandola en un abrazo, Tyr solo le podía repetir una y otra vez «toda va estar bien» acariciando su espalda de manera reconfortante.

Nix llegó junto a ellos, para alertar a Tyr que la soberana sabía de la presencia de Amanda en Cignus.

—Debemos sacarla de aquí.

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El secreto de Cignus [Terminado✅️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora