Ni Amigas, Ni Enemigas. (Jori)

No Somos Amigas.

Conduje aún sin poder creer lo que iba a hacer, Jade West iba a tener que dejar su orgullo de lado y también posiblemente tendría que pedir una disculpa. Mi vida no puede ser peor.

Estaba a unas cuadras de llegar a mi destino y mis ganas de frenar eran inmensas pero las ganas de no volver a dormir en mi auto lo eran aún más. No tarde mucho en llegar, tome un suspiro y baje.

Ya frente a la dichosa casa, buscaba convencerme de tocar la puerta, sabía que debía hacerlo pero no podía. Después de varios minutos me convencí, era ahora o nunca.

Toque el timbre y espere a que abrieran.

No paso mucho tiempo cuando la puerta ya estaba siendo abierta. La persona al otro lado, me miró esperando que dijera algo pero no sabía que decir exactamente.

—Buenas noches, eres Jade ¿Cierto?— la mujer castaña me miró esperando que respondiera.

—Si soy Jade, buenas noches señora Vega, estoy buscando a Tori ¿Se encuentra?— pregunté con un tono amable y una pequeña sonrisa.

—No se encuentra, pero si gustas puedes pasar y esperarla, Trina y ella no tardan en venir las mande a comprar algunas cosas, pasa— se hizo a un lado dejándome entrar.

—Sientate Jade, ¿gustas algo? ¿Un vaso de agua? ¿Café? ¿Un poco de té?–– me miró con una sonrisa en cuanto llego a mi lado, yo negué.

—No muchas gracias señora Vega, no quiero molestar— contesté y ella sacudió la cabeza levemente.

—Ninguna molestia, es más te traeré café recuerdo que Tori menciono que adoras el café— volvió a sonreír y termine por aceptar— Y solo dime Holly eso de señora Vega me hace sentir vieja— dijo antes de irse a la cocina.

Me senté en el sofá mientras ella preparaba el café, lo cual servía para pensar en que iba a hacer, si había venido aquí era por qué esperaba que Vega me recibiera y así convencerla de que al menos me dejara quedarme hoy en su casa, no esperaba que me encontraría con su madre.

Aunque soy Jade West siempre obtengo lo que quiero y creo que hablar con ella puede ser de ayuda.

—Aqui tienes— me entrego una taza de café y dejo otra en la mesita de centro supongo que para ella y después volvió por un tazón con azúcar el cual dejo junto a su taza.

—Espero no sea tan urgente lo que tengas que hablar con Tori, porque para ser sincera no sé cuánto vaya a tardar— admitió y solo suspiré.

—Bueno no es tan urgente pero si es muy importante, no quería decirle nada a nadie, en especial a Tori porque no quería preocuparla— le di una mirada triste sentí mis ojos llenarse de lágrimas y Holly de inmediato me miró preocupada.

—¿Te pasó algo Jade? Si quieres puedes hablar conmigo— tomo mi mano y la apretó levemente, borre la lágrima que caí por mi rostro.

—Yo... Estoy aquí por qué mi padre me corrió de la casa desde ayer, dormí en mi auto y casi no he comido pero no quiero volver con él, sus tratos son horribles y ya no soportó estar un día más a su lado pero hoy me sentía tan mal y en lo único que pensé fue en venir con Tori, ella es mi mejor amiga, me apoya tanto y la necesito por eso vine aquí— me solté a llorar y Holly se acercó para abrazarme por los hombros, escuché que alguien se acercaba así que levanté un poco la vista.

—¿Y tu madre? ¿Que dice ella al respecto?— preguntó con el ceño fruncido.

—Ella murió hace unos años–– confesé y la señora Holly me dió una mirada triste.

—Una disculpa, escuché su plática y no pude evitar acercarme— dijo el padre de Tori sentándose en el sofá libre mirándome igual de preocupado que Holly— Jade si necesitas ayuda, soy policía, puedo ir y hablar con tu padre o si te golpeó o algo, puedo arrestarlo––sugirió y yo negué de inmediato.