Ni Amigas, Ni Enemigas. (Jori)

Más De Ella.

-No puedo dormir- le dije a Jade, amortiguando mi voz en su nuca.

No sé qué hora era, ni me importaba, lo único de lo que era conciente en ese momento era de lo feliz que estaba de dormir abrazando a la pelinegra.

En definitiva la sensación era mucho mejor que abrazar a alguno de mis peluches.

-Si dejaras de hablar, podrías hacerlo- la escuché murmurar.

El silencio volvió a reinar en la habitación por unos minutos. La verdad es que enserio no tenía ganas de dormir, todas las emociones y sensaciones que sentía en estos momentos no me permitían hacerlo.

-Jade...- la llamé en un susurro- ¿Ya estas dormida?- pregunté.

Un bufido se hizo presente, la pelinegra giro, para así por fin verme de frente con molestia en sus ojos.

-No aún no estoy dormida Vega y en serio quiero dormir porque si no lo hago, empiezo a pensar en otras cosas y eso no es bueno, así que deja de hablar o si no te voy a echar de mi habitación- me amenazó.
Su malhumor era muy notable.

-¿En que otras cosas piensas?- le pregunté con curiosidad y en voz baja.

-Vega no quiero iniciar una conversación contigo a las 2 de la madrugada- admitió con fastidio.

-¿Por qué no?- hice un puchero que la hizo gruñir.

-Tenemos que dormir- ordenó con firmeza.

-No, no tenemos- le dije acercándome un poco más hasta que nuestras respiraciones comenzarán a mezclarse.

-Vega...- soltó con reproche.

-Bien- respondí alejándome un poco y acomodándome de nuevo en la cama para intentar dormir.

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La verdad no se que le ví a una persona que no puede quedarse en silencio por lo menos 5 segundos.

-Oye...- dijo de repente. Gruñi al oírla de nuevo.

-¿Ahora que Vega?- pregunté intentando ocultar mi enfado.

-Me siento muy feliz que no puedo dormir- contestó con un ligero tono infantil.

-Con gusto podría golpearte para que ya no estés tan feliz y te duermas de una vez- le dije con una sonrisa inocente.

-Esa idea no me gusta- me miró con el ceño fruncido- ¿Por qué mejor no vamos al jardín? Puedo preparar un poco de café- agregó, puse los ojos en blanco ante su propuesta.

-Bien- termine por aceptar- pero solo porque tengo ganas de café, si no ya te hubiera echado de mi habitación por no dejarme dormir- me queje y ella sonrió de lado.

-No echarías a tu novia- contestó con firmeza.

-No uses esa carta conmigo Vega- le reclamé y ella solo sonrió con diversión.

Nos levantamos de la cama y fuimos a la parte baja, Vega tardo un poco más ya que se quedó en su habitación buscando no sé que cosas.

Me alcanzó en el jardín, dónde coloco una manta en el suelo y me entrego otra.

-Voy por el café, ahora regreso- dijo y sin más regreso a la casa.

Después de unos minutos regreso con dos tazas en sus manos.
Se sento a mi lado sobre la manta, sin decir nada, solo tomando de la deliciosa bebida, nos quedamos ahí, hasta que la voz de Vega se volvió a escuchar.

Si que le encanta hablar.

-La luna está muy hermosa hoy- comentó con la mirada puesta sobre el cielo- Esto funcionará ¿Verdad?- agregó cambiando completamente de tema.