Me froté las sienes antes de entrar a la casa con mi hermana y mi supuesto amigo, con quién he estado conflictuado desde el primer día que se fue. Sin resolver ciertas cuestiones que debían ser resultas lo antes posible. No comparto sus ideales.
Lo único que compartimos es el amor y cariño hacia Azumi.
Nada más.
— ¿Te sientes bien? — Getou se dejó caer en el sofá y su novia fue por un vaso de agua.
— Sip, ya se me pasaron las náuseas... Sería bien comer algo, estuve encastrada en una cama con comida horripilante y sin apetito — su mal humor era perceptible, jamás la había visto quieta durante cierto tiempo. Era difícil aquel cambio.
— ¿Qué quieres de comer? — hasta yo me puse más de malas por la pregunta de Suguru —. Ay, por favor. ¿Ya me lincharán por sólo una pregunta?
— ¡Señor Getou! — el cántico de ellas había tardado en llegar. Ambas lo abrazaron con demasiado cariño y él se dejó querer por ellas dos, después fueron directamente a Azumi pero se detuvieron en el proceso al verla con los ojos cerrados.
Miraron a su criador, les guiñó un ojo indicándoles que sería mejor hablar con ella después.
