Zeit | Gojo Saturo, Suguru Getou & Oc

NACHWORT

La nieve está cayendo moderadamente sobre el piso, la mancha de humedad que se forma en la ventana era debido a que mi nariz estaba demasiado cerca del vidrío. Mis ganas de salir me hacen levantarme y andar como si nada.

Observo primero a los lados cerciorándome de que nadie me viera y salir corriendo al gran jardín que tenemos en casa. El frio golpeo mi piel con violencia haciendo que tiemble y me arrepienta de mi decisión tan estúpida.

— ¡MIMIKO! — El señor Getou está ofuscado con la chamarra en las manos —. ¿Esto está de adorno?

— Me dijeron ganas de salir así — voy corriendo por ella y me salgo nuevamente sentándome en el césped pintado de blanco.

Mi hermana aún no llegaba de su cita, está tontamente enamorada de un idiota que es buena persona. Cierro los ojos recordando el centenar de tarea que me queda por hacer, porque Getou optó por dejar sus cosas de hechiceros a un lado para darnos una vida con los monos, según él.

Ahora vivimos en Inglaterra aprendiendo aún un acento que realmente me hizo llorar sangre, y no porque estuviese horrible, sino por lo complejo que era; pero eso sí, sonaba bastante elegante a la hora de practicarlo.

Mi padre sigue cuidándonos arduamente también teniendo un empleo que le ha dado suficiente dinero para mantenernos en escuelas destacadas y siempre con un plato de comida caliente.

Tuvo unas cuantas aventuras y ninguna de las chicas valía la pena, todas eran unas interesadas asquerosas. Así que mi hermana y yo les hacíamos la vida imposible porque esas fueron las palabras de Azumi... O bueno, eso dio a entender.

El tiempo le dio la cordura necesaria para salir adelante después de la partida de Azumi. Y ella cumplió la promesa que le hizo, picotearle la cabeza cuando tomara decisiones incorrectas. Fue meramente sorprendente.

Ahora tenemos a un Golden Retriever que duerme a sus anchas en las camas sin que se le dijese nada. Está más educado que nosotras y eso me hacía bastante gracia.

Su nombre es Gojo.

Bueno, debía ser así, pero Getou hizo un drama diciendo que era una falta de respeto. Al final se le llamaría Chip.

Muchas veces pensé en la situación llegando a la conclusión de que Azumi fue el precio que debió pagar él para enderezarse en el camino algo sumamente hostil y doloroso.

En su aniversario luctuoso no se le recordaba con llantos, sino decorando aún más su altar, Chip robaba una que otra manzana de ahí haciéndonos enojar, pero Azumi seguramente se burlaría.

Ella está con nosotros, de eso estoy segura. Muchas veces he soñado advirtiéndome cosas que terminan por suceder, pero ahora ya mantengo mis sentidos alerta.

Era perfecto.

Simplemente perfecto.

Y hablando de Gojo... Ha mantenido lazos con nosotros, y viene a visitarnos.

Gojo

— ¿Profesor Gojo?, ¿Por qué siempre habla mirando al cielo como si esperase que le cayeran las respuestas? — miro al chico con una cara de incógnita.

— Aunque no lo creas ella me manda señales.

— Y ahora es esquizofrénico — suelta fríamente otra persona.

— ¿De quién habla?

— Oye no seas chismosa — le recriminan.

— Digamos que fue como el amor de mi vida — sus rostros son para matarse de risa —. Lastimosa ella ya no me acompaña de forma física, pero sí espiritual.

— ¿Cómo se llamaba?

— Azumi... Bueno, Yoshioka Azumi — una ventolera me revuelve los cabellos —. Y ellas les dice: Hola.