CAPÍTULO 6

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Se removió perezosamente entre las cobijas, estiró un brazo y apagó la alarma de su celular sin siquiera voltear a ver la pantalla. Había dormido plácidamente. Esos días que llevaba viviendo en su nuevo hogar le habían enseñado que tener un lugar asegurado donde dormir, al menos durante un tiempo, le quitaba mucho estrés y peso de encima.

Bostezó antes de tomar la difícil decisión de abandonar su cómodo escondite.

Bajó las escaleras y se adentró a la cocina aun tallándose los ojos, no los podía abrir por completo debido a que el sueño lo invadía. Estiró el brazo para abrir el refrigerador, pero la sensación blandita de éste lo hizo abrir los ojos de golpe al mismo tiempo que Kate profesaba un grito.

—¡Perdón! —se disculpó Will asustado. Kate se llevó una mano al pecho que subía y bajaba rápidamente. Ella llevaba una extraña mezcla verde por todo el rostro. —Ehm, ¿qué es eso?

Kate rodó los ojos.

—Una mascarilla de aguacate.

—¿Es realmente necesaria a esta hora de la mañana?

—Por supuesto que sí —respondió ofendida—, me ayuda contra las arrugas y líneas de expresión. No quiero envejecer tan rápido —se sirvió un vaso de leche y cerró el refrigerador.

Will bufó con gracia.

—Aún eres joven, no tendrías por qué preocuparte de esas cosas tan pronto.

Kate se sentó en una de las sillas de la barra mientras observaba a Will ir y venir del refrigerador sacando cosas para hacerse desayuno.

—Por supuesto que sí —repitió con el mismo tono de antes—, estoy regresando al club para hacer ejercicio y he escuchado en los baños que una de las señoras de ahí le comentaba a otra que "cómo era posible que Kate anduviera con esa piel por todo el lugar". Así que he decidido comenzar a ponerme mascarillas.

Will la miró por encima del hombro, sonriendo.

—¿Y qué si esas brujas piensan eso?

—Ohhh, no tienes idea. En mi mundo las opiniones de ciertas personas importan muchísimo.

—Mi mundo... —repitió Will. Kate lo vio reflexionando y preguntó:

—¿Qué tiene?

—¿Las quieres?

Kate frunció el ceño a medio trago.

—¿Perdón?

—¿Quieres a esas señoras? ¿Son parte importante de tu vida?

—Pues como tal... no, pero-

—Pero nada, no debería de importarte lo que ellas digan —regresó su atención moviendo la comida del sartén—. Sólo importa lo que tú pienses. Creo que la respuesta correcta hubiera sido "porque las mascarillas me relajan en la mañana", o algo así, al final del día eso es para ti, deberías disfrutarlo.

Kate reflexionó un poco al respecto mientras se terminaba su vaso de leche. Will servía su comida en un plato. Echó un vistazo rápido a su compañera de casa.

La había notado un poco más delgada que la primera vez que la vio. Y, ahora que lo reflexionaba, pocas veces la había visto comer. Por lo general estaba absorta trabajando o haciendo cosas en el estudio, pero nunca le refería que fuera a engullir algo o que se la encontrara en la cocina.

Sacó otro plato de la alacena y sirvió en porciones iguales el desayuno: huevo con espinaca.

—¿Quieres café? —preguntó sacando a Kate de sus pensamientos.

Roomies sin romanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora