♡ C A S T Í G A M E D A D D Y ♡

treinta

Me encontraba en una habitación oscura, todo se veía completamente negro, mi respiración empezó a elevarse ya que esto era uno de mis miedos, el estar encerrada en un cuarto sin que pudiese ver algo realmente me aterraba, estaba a punto de gritar pero una puerta se abrió, dejando entrar luz, rápidamente fui hacia ella y era otra habitación, mire a mi alrededor y me di cuenta de que no era una habitación común y corriente sino que era la habitación de Isaac, seguí caminando para asegurarme de que si fuera la de él y estaba en lo correcto, todo estaba en su respectivo lugar, pero quería salir de aquí, en cualquier momento Isaac puede llegar y no quiero hablar con él o al menos no por ahora, cuando ya estaba por llegar a la puerta extraños sonidos empezaron a escucharse al igual que un par de cosas caerse, me asuste porque estaba segura de que no había nadie más, quizá entraron a robarle o yo que sé, los sonidos empezaron a hacerse más fuertes y mi curiosidad despertó aún más, me guié por el sonido y venía del despacho de Isaac, supongo que aquí guarda su dinero lo  y ahora intentaban ¿sacarlo? giré la perilla y abrí la puerta lentamente, provocando que rechinara, hubiera preferido ver a un par de ladrones a ver esto, era Isaac, con la chica del otro día en el escritorio, para ser más específica se la estaba cogiendo, al parecer los sonidos venían de ellos dos, me quede ahí parada, mis ojos estaban llenos de lágrimas y empecé a llorar, haciendo que ellos se dieran cuenta de mi presencia.

— ¿Qué no ves que estamos ocupados? — dijo la chica mirándome con rabia, no le conteste — Agh, basta papi ya se me quitaron las ganas — y así Isaac se detuvo, mirándome de la misma manera.

— ¿Qué mierda haces aquí Sarah? — dijo Isaac subiéndose los pantalones, yo trate de decir algo pero no encontraba las palabras — No balbucees, lo odio ¿ahora ves porque no sigo contigo? — ayudó a la tipa a bajarse del escritorio y la besó, sinceramente, me dolió — Nos vemos en un rato preciosa — la besó por última vez y le sonrió, la chica me volvió a dar otra mirada asesina y pasó al lado de mi, empujándome — ¡Dios! deja de llorar — se sentó en su silla y encendió un cigarrillo — Por esto es que te deje Sarah, eres una niñata inmadura, ambos sabemos que necesito a alguien más... experimentada — se levantó y caminó lentamente hacia mi — Solamente eras para... un rato — se carcajeó — Eras para esos momentos donde solo quería follar con alguien — se acercó aún más, yo me iba alejando de él — Eras mi juguetito sexual, pero tu trabajo ya acabó — tocó mi nariz — Ahora estoy con una mujer, una mujer que si amo — todas sus palabras solamente me ocasionaban mas llanto.

— ¿Entonces t-todo era mentira? — se volvió a carcajear.

— ¿Enserio creíste que te amaba? Joder Sarah eres tan ingenua, cualquier persona puede decir "te amo" y no sentir nada — solamente lo miraba sin decir nada, quedándome callada — Bueno, lamento tener que correrte pero tengo que follarme a una mujer de verdad, vete por favor — y todo se volvió oscuro otra vez.

— ¡Sarah! Sarah despierta, se te hará tarde para el instituto — abrí mis ojos, era mi madre moviéndome — Sarah llevo hablándote durante 10 minutos, ahora levántate y date una ducha — se levantó de la cama y salió de la habitación, me senté, todo esto había sido un sueño, un sueño muy real a mi parecer, puede sonar algo muy estúpido pero las palabras de Isaac seguían en mi cabeza "¿Enserio creíste que te amaba?" Puede que eso haya sido una señal del destino de lo que Isaac realmente piensa o tal vez solo sea mi mente jugando conmigo y haciéndome sentir mal, todo podía pasar, me volví a recostar, no quería ir a la escuela, donde quería deprimirme era en mi habitación no en otro lugar, además es viernes, no voy a perderme meses de clases solo por faltar un día, mamá volvió a entrar a la habitación.

— ¡Sarah ya levántate! Enserio se te hará tarde —

— Mamá me siento mal — tosí, se sentó en la cama y me tocó la frente.