Sayumi Konoe decide escaparse a Tokio para buscar a su "amiga" de la infancia, Nana Komatsu, ya que esta última se había olvidado de ella.
Al llegar, la vida de Sayumi se pone patas arriba al conocer a la compañera de piso de su amiga y los amigos d...
Noté como mis ojos se llenaban de lágrimas, en aquel momento la rabia invadió mi cuerpo.
Sayumi: ¿No lo hiciste? ¿¡No lo hiciste?! A cada día que pasa, cuando me levanto lo primero que se me viene a la mente es a ti encima mío forzándome y ¿¡Te atreves a decir que no pasó?! (Levanté demasiado el tono de mi voz, gritando, mientras que metía manotazos y las lágrimas rodaban por mis ardientes mejillas por la ira que sentía en ese momento)
Takumi paró el coche, estábamos en un parking de esos que eran subterráneos, debido a la ira del momento no me había percatado de cuándo habíamos llegado ahí...
Se quitó el cinturón.
Entonces, puso su mano en la ventanilla que estaba más cerca de mi cara, de manera que me dejó acorralada contra el sillón.
Acercó su rostro al mío, mi primer reflejo fue tratar de apartar mi cara, sin embargo, él con la mano que le quedó libre me sostuvo la barbilla para que le mirase a los ojos.
Takumi: Escúchame bien, Sayumi, porque solo voy a repetirlo una única vez: tú harás como si nada de aquello hubiera pasado, porque si se te ocurre decir nada de todo aquello te las verás con mis abogados... Y ¿a quién crees que creerán? ¿A un hombre bien posicionado o a una aparecida que quiere iniciarse en el mundo de la música? Toda la prensa dirá que eres una buscafamas. Así que, Sayumi, si lo que quieres es hundir la reputación de tu grupo, que ni siquiera a despegado allá tú, es tu problema. Pero si por el contrario deseas mantener una buena reputación, te recomiendo que tengas esa boquita tan bonita que tienes bien cerrada. Todo está en tus manos, pero piensa en tu hermano...
De nuevo sentí cómo las lágrimas caían por mi mejillas.
Me sentía completamente impotente.
Takumi: Oh, pero no llores, pequeña... (Con la mano que antes sostenía mi barbilla limpió mis lágrimas) solo estamos hablando, tampoco te pongas así...
Sayumi: Me quiero ir a mi casa... (Aquello lo solté entre sollozos, ya no quería hablar, solo quería huir de aquella situación como fuese).
Takumi volvió a colocarse en el asiento del conductor correctamente, se abrochó el cinturón y encendió el coche.
Takumi: Está bien, te dejaré en la puerta de tu edificio.
Y sin más emprendió el camino en completo silencio, solo se escuchaban mis sollozos de vez en cuando.
Entonces llegamos a la puerta del edificio.
Antes de que me bajase del coche Takumi me sujetó de la muñeca.
Takumi: Recuerda lo que te he dicho, Sayumi.
Yo aparté mi mano y salí de aquel horroroso todoterreno lo más rápido que me fue posible.
Una vez hube llegado a casa, me percaté de que no había nadie, me tiré en la cama. Desconsolada.
El concierto sería por la noche, pero yo me quedé dormida.
Entonces, alguien zarandeándome me despertó.
Abrí los ojos encontrándome con mi hermano.
Sayumi: ¿Enta? ¿Qué hora es?
Kenta: Sayumi es tarde, por lo que más quieras levántate ya mismo y arréglate.
Me percate que él estaba arreglado, igual que Ryota.
Mi hermano vestía una camisa negra que tenía varios botones abiertos dejando ver parte de su pecho, con una americana negra también que tenía de decoración imperdibles y cadenas, unos vaqueros a cuadros blancos y negros (aunque predominaba el negro), unas botas de cuero negras y por último un collar pegado al cuello al estilo “collar de perro” y varios anillos en ambas manos.
Ryota tenía una camiseta blanca con una chupa de cuero negra, vaqueros negros pegados a sus piernas y botas de cuero negras, además de una cadena muy gruesa de plata y al igual que mi hermano varios anillos en sus manos.
Yo le levanté de un bote de la cama y eché a ambos de la habitación para cambiarme.
Cuando hube estado arreglada salí de la habitación, encontrándome con ambas Nanas, Yasu, Shin, Nobu, mi hermano y Ryota en la habitación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sayumi: Vámonos.
Salimos corriendo de casa, no sabíamos que aquello solo sería el principio de lo que sería nuestra carrera musical...
