Narra Alice:
¿Estabas con Aiden?-pregunto Alan sorprendido-
Oh si, estábamos poniéndonos de acuerdo sobre en qué casa nos revolcaríamos -me encogí de hombros, este se detuvo en seco mirándome incrédulo- Alan, estaba bromeando.
Tonta, por un momento me asustaste -suspiro aliviado-
¿Crees que sería tan puta de revolcarme con ese imbécil? -encarne una ceja al ver que no respondía nada- pues déjame decirte que no, ahora vamos a comprar algo porque tengo hambre -este asintió y continuamos nuestro camino- por cierto, ¿Dónde dejaste a tu noviecita?
¿De qué hablas? -pregunto confundido-
Amy -respondí con una sonrisa de lado haciendo que se sonrojara-
¡Alice! -regaño-
¿Qué?, ¿acaso me vas a negar que te mueres por estar con ella?-su silencio respondió a mi pregunta-
Está esperando en el negocio -susurro en voz baja-
Bien, entonces no hagamos esperar más a tu princesa -con una sonrisa de lado seguimos con nuestro camino, hasta que siento unos fuertes brazos rodearme-
Hola belleza, ¿te acompaño hasta tu salón? -pregunto un infeliz rodeando mi cintura-
Si quieres que esa nariz siga siendo firme y sana quita tu brazo de mi -dije mientras lo volteaba a ver seria, Alan se iba a interponer pero lo detuve-
Uy, qué salvaje -dijo el muy idiota y antes de que pudiera seguir, se encontraba en el suelo tocando su nariz la cual sangraba por el golpe que le había dado-
Esa es mi chica -rio Alan antes de besar mi mejilla y caminar hacia el negocio, compramos algunos sándwich mientras reíamos cuando Amy recordó la vez que le lance el jugo en la cabeza. Luego de eso sacamos algunos libros y nos dirigimos a nuestra segunda clase, historia, que genial-nótese el sarcasmo- Entramos y lo primero que pude ver fue a la perra de Amanda junto a Lee, ambos besándose apasionadamente lo que me hacía vomitar, me acerque hacia ellos y me senté en la mesa, mientras Alan y Amy me miraba desde nuestros asientos-
Ey putita, a lo que toque el timbre quiero hablar contigo, a solas -mire a Lee el cual me sonreía como idiota-
¿Y de que querrías hablar conmigo? -Pregunto mirándome con desprecio-
Ya lo sabrás -la fulmine con la mirada mientras me levantaba dirigiéndome a mi asiento-
...
¿De qué querías hablar conmigo? -pregunto Amanda mirándome fijamente-
Primero, deja de tener esa mirada de valiente conmigo, no te queda, segundo, se trata de mi madre -su cuerpo se tensó- ¿sabes algo respecto a su muerte? -solo algunos sabíamos lo que de verdad había ocurrido, ya que como Darrell trabaja en el departamento de policía, arreglo todo para culpar al único testigo que había metiéndolo preso, este no pudo protestar ya que mi "querido padre" lo amenazó con matar a su familia-
¿Qué?, c-como quieres que sepa algo... -note su nerviosismo por lo cual me acerque más a ella acariciando su mejilla, provocando un leve temblor bajo mi tacto-
Amiguita...sé que sabes algo, me lo dirás ahora mismo si no quieres que esta linda carita sufra las consecuencias -sonreí maliciosamente por lo cual esta comenzó a hablar de apoco-
