-En mi vida siempre existía una sola cosa, el engaño. Mi padre tenía una amante, mi madre lo sabía, pero para guardar las apariencias no hacía nada, sino que por el contrario, siempre sonreía feliz. Con Spencer, mi hermano, nos dábamos cuenta de todo, pero hacíamos como si nada sucediera. Papá siempre sintió un fuerte desprecio hacia nosotros, pero mamá lo escondía con regalos que compraba ella misma diciendo que nuestro padre los enviaba.
Con el paso del tiempo nos enteramos de que el señor que llamábamos por "papá", no era nuestro verdadero padre. En mi caso, fui fruto del único hombre que amo mi madre antes de comprometerse con mi padre. Sus padres al enterarse de su embarazo, decidieron alejarla del amor de su vida para casarla con aquel hombre mayor que desde un principio me hicieron reconocer como padre. Luego de eso, y por riesgos de vida, mi madre no pudo tener más hijos, lo que desato la ira de su esposo, y por ende, decidió que viajáramos a otro país por un largo tiempo, así escondería el no-embarazo de mi madre, que por ser empresarios famosos darían de que hablar y con esto, tener tiempo de adoptar a otro bebe, el cual resulto ser Spencer, quien era menor que yo solo por algunos meses. Arreglado el asunto del supuesto embarazo de mi madre, volvimos a nuestro país, donde todos creían que éramos una familia feliz.
Cuando cumplí mis 15 años de edad, encontré a mi madre llorando en su habitación, me adentre y quede paralizado al ver su muñeca cortada y cubierta de sangre encima de unas fotos, me acerque a ella y pude notar que se trataba de ella junto a un hombre que le acariciaba su panza, la cual se notaba levemente debido a la polera ajustada que llevaba, y fue entonces cuando conocí a quien era mi verdadero padre.
Con el paso del tiempo mi madre enfermo gravemente, pero ese no era un motivo para detener las andanzas de mi padre, quien seguía con sus putas y derrochando el poco dinero que le quedaba-
¡Mamá está muy grave! -grite viendo como mi padre se ponía su caro abrigo-
¿Y a mí qué?, para eso los tiene a ustedes -apreté mis puños fuertemente tratando de calmarme-
¡Es tu esposa!, ¡¿Cómo mierda puedes tratarla así?!-grito incrédulo mi hermano-
Miren par de mocosos, por si aún no les queda claro, yo nunca escogí este matrimonio, y menos ella, así que dejen de fastidiar -se puso sus zapatos-
Eres una basura -murmuro Spencer con rabia-
Si claro, como digas -tomo su maletín y salió de la casa con una gran sonrisa en su rostro-
¡Lo odio! -grite golpeando la muralla-
Jóvenes, su madre los necesita -hablo una de las sirvientas quien ayudaba a nuestra madre-
Vamos hermano -Spencer me tomo del brazo y corriendo subimos a su habitación-
Mamá...-susurre acercándome lentamente-
Mi hijo... el fruto de mi único verdadero amor -cogió mi mano con dificultad- Spencer... cariño ven... -Spencer se acercó y nos sentamos a su lado delicadamente-
Mamá... te pondrás bien... solo tienes que aguantar y...
No... -interrumpió a mi hermano quien ya comenzaba a acumular las lágrimas en sus ojos- ya estoy cansada y vieja...
No digas eso mamá, aun eres muy joven -exclame aguantando un sollozo-
Saben que los amo ¿verdad? -respondió ignorando por completo lo que decía-
Si... nosotros también te amamos -la abrace fuertemente- y por ese motivo tienes que seguir adelante... -susurre-
Eres igual a él... igual al gran amor de mi vida...-acaricio mi mejilla delicadamente- quiero que cuides de tu hermano... protégelo y por nada del mundo se separen... -bese su mano la cual ahora retiro para acariciar a Spencer- mi amor... sé que quizás no te tuve en mi interior... pero quiero que sepas que siempre te he amado como mi propio hijo, desde el día en que te conocí y te tuve entre mis brazos...
Lo sé mamá... -su voz salió débilmente mientras que su rostro se empapaba poco a poco-
Oh mi bebe... no llores... por favor.... ven aquí -mi hermano se agacho hasta poder tomarla en un fuerte abrazo, abrazo el cual luego compartí, sintiendo por última vez sus caricias, su aroma, su amor-
Los amo... -y dicho eso cerro sus ojos con una sonrisa en sus labios y lágrimas en sus hermosos ojos-
¡Mamá! -grito Spencer abrazándola fuertemente, cerré mis ojos mientras lagrimas corrían de ellos, los abrí para poder tomar a Spencer y alejarlo, y fue entonces que volví a ver su muñeca, marcada por todos los cortes que se había echo-
-Con la muerte de mi madre el odio que sentíamos hacia nuestro padre aumento, quien comenzó a traer a cada puta a casa sin siquiera tener la desfachatez de llevarlas a alguna habitación, si no que siempre lo pillaba follándoselas en la sala o living. Fue entonces que comencé a tomarle asco a aquella casa.
Con Spencer y Marcus, quien era nuestro primo y cuyos padres habían muerto en un accidente de avión, sacamos algo de dinero de mi madre y nos compramos una casa nueva, de apoco la fuimos acomodando según nuestros gustos, hasta que mi padre se suicidó ya que no pudo con todas las deudas que tenía, dejándonos así con ellas, que gracias a la fortuna que nos había dejado nuestra madre pudimos pagar.
Por un tiempo Andrew y Dennis se ofrecieron en ayudarnos con algunos gastos, pero como la empresa en la que sus padres trabajan también fracaso, no podíamos quitarles el poco dinero que tenían, por lo que se consiguieron unos trabajos mientras que nosotros también.
En una de las tantas fiestas a las cuales íbamos conocí a Bruce, quien me comento de las carreras clandestinas que se realizaban a las afueras de la cuidad en las cuales si eras bueno, ganabas un gran dineral, de apoco me fui interesando y como aún tenía la moto que me había regalado mi madre, decidí adentrarme en ese mundo, y gracias a esto, conseguir dinero. Con esto y más lo que ganaban los chicos, lo juntaríamos para así poder poner nuestra propia tienda de CDS.
Con respecto a Amanda, pues, la conocí cuando comencé a asistir a este instituto en el que Dennis nos había metido, por ser mayor de edad, se convertiría en nuestro tutor. Fue entonces que la vi, al principio me parecía interesante y me llego a gustar, pero fue entonces que me di cuenta de la verdadera clase de chica que era, por lo que me deje llevar y comencé con una relación que solo se basaba en sexo, cuando ella no estaba disponible, me buscaba otra chica y asunto arreglado, así comenzó a ser mi vida, con solo ver la historia de mi madre me bastaba para darme cuenta que el amor no existía, la felicidad nunca llega, eso es solo para algunas personas, y alguien como yo, jamás podría llegar a amar-
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