-Era una chica común y corriente, con una familia perfecta, o bueno, eso creía yo. Mi padre, un destacado policía con un cargo muy alto, se podía decir que era el que manejaba todo el equipo junto a Arnold, su mejor amigo y mano derecha. Mi madre, una ejemplar profesora de violín y piano, fundo su propia academia en la cual trabajaba, y por este motivo, yo era una experta a la hora de tocar estos instrumentos, aunque mi favorito siempre fue el violín.
Mi hermano, un universitario junto a sus dos mejores amigos, Chad y Travis. Alan y Amanda eran mis mejores amigos, ambos como unos hermanos para mí, siempre fueron de la familia, mi madre los amaba como si fueran sus propios hijos. Dave, un novio perfecto, nos amábamos desde ya hace un año, todo era muy lindo a su lado, me hacía vivir en un mundo lleno de fantasías, sus caricias me volvían loca y podía pasar horas a su lado sin ni siquiera cansarme de verlo.
Al cumplir los 16 años, mi padre sugirió que podríamos hacer un viaje a la nieve todos juntos como familia, mi madre no tenía muchos ánimos de ir, pero al ver que eso me alegraba mucho, opto por ceder. Pero no todo fue tan genial, Dave no podía ir por algunos problemas familiares, a pesar de vivir en una casa llena de lujos igual a la mía, su familia era muy fría con él, su padre lo obligaba a hacerse cargo de algunos asuntos de la empresa, a pesar de ser un simple estudiante. Amanda tampoco podía ir con nosotros, prefirió quedarse en casa junto a su padre, ya que luego de la muerte de su esposa, quedo con una gran depresión. Al igual que Chad y Travis quienes se quedaron haciendo algunas cosas. Alan fue el único que nos acompañó y el único que estuvo conmigo en todo momento.
Según lo planeado nos quedaríamos tres días en la cabaña que teníamos, al llegar, con Ben y Alan decidimos ir a dar un paseo por los alrededores, dejando a nuestros padres solos. Al volver, celebramos mi cumpleaños con una simple cena, en realidad no era de las chicas que le gustaba hacer nada exagerado, a pesar de vivir rodeada de algunos lujos. Me preocupe un poco al ver a mi madre con sus ojos hinchados, pero según mi padre era por la emoción de que su hija cumpliera un año más de vida.
Los tres días siguieron así, de vez en cuando me entraba una preocupación al no recibir ninguna llamada de Dave ni de Amanda, pero supuse que estarían ocupados así que no le di mayor importancia. Por otro lado veía a mi madre triste, distante con mi padre, cosa que no me agradaba en lo absoluto-
¿Mamá? -pregunte al escucharla sollozar-
¿Dime hija?- respondió secando sus lágrimas y escondiendo su rostro-
¿Te encuentras bien? -pregunte preocupada, levante mi mano para tratar de quitar un mecho de cabello pero esta se alejó de inmediato-
S-sí, ¿porque mejor no vas a dormir? ya es tarde -sugirió levantándose y adentrandose al baño-
mm pero me gustaría que diéramos un paseo juntas -me acerque al baño y pude ver como se aplicaba maquillaje en su mejilla morada- ¿qué te sucedió en la cara? -pregunte preocupada, justo en ese momento entro mi padre, nos miró fijamente mientras yo solo esperaba la respuesta de mi madre-
N-nada... ya sabes lo torpe que soy, me golpee con un mueble en la cocina -trato de sonreír mirando nerviosamente a mi padre-
Debes tener más cuidado mamá -murmure riendo- papá, ¿te gustaría ir a dar una vuelta con nosotras a la nieve? -pregunte abrazándolo-
¿Quieres salir ahora? -pregunto preocupado-
Sí, no he tenido la oportunidad de salir con mamá ya que siempre estoy con los chicos -reí levemente-