No puedo creerlo... -escuché que alguien hablaba, pero negándome a despertar me moví abrazando mi almohada-
Son unos traidores... -habló otra persona y de un momento a otro sentí como nos movían-
Dejen dormir... -gemí escondiendo mi cara en la almohada, mis piernas estaban sobre algo y un peso me aplastaba el abdomen-
¡Alice, Ben! -gritó una voz chillona y gimiendo más fuerte abrí los ojos-
¡Qué! -gritamos Ben y yo al mismo tiempo, ambos nos miramos y soltamos una gran carcajada-
Nena... no puedo creer que me hayas engañado con tu hermano -giré mi cabeza encontrándome con Aiden cruzado de brazos, a su lado un divertido Chad y frente a nosotros una molesta Emma-
¡Siempre lo supe! -gritó Chad señalándonos- su relación de hermanos era muy rara, tarde o temprano terminarían follando.
¡No, qué asco! -gritamos haciendo que ambos rieran, menos Emma-
¿Se puede saber porque están durmiendo juntos? -preguntó cruzándose de brazos-
Nos arreglamos y quisimos dormir juntos -exclame encogiéndome de hombros-
¿Qué tiene de malo que duerma con mi hermana? -cuestionó Ben tomando mis piernas para quitarlas de encima de él y así sentarnos cómodamente en la cama-
¡Estás desnudo! -gritó Emma alarmada y con Ben rodamos los ojos-
Estoy en bóxer, sabes que duermo así -explicó soltando un gran bostezo que me contagió, al darse cuenta sonrió y revolvió mi cabello-
¡Aiden, di algo! -gritó señalando a mi novio el cual comenzó a caminar hacia la cama-
Por favor Emma, son hermanos ¿acaso no querías que se reconciliaran? -esta chillo y Aiden se encogió de hombros, se acercó al borde de la cama estirando sus brazos, de inmediato me levante y salté para enrollar mis piernas en su cintura haciéndolo reír-
Pareces una bebé -se burló Chad mirándome divertido-
Soy una bebé -le saqué la lengua acariciando el cuello de mi novio con mi nariz-
Es mi bebé -los tres reímos y salimos de la habitación para dejar a la parejita hablar a solas-
Iré a preparar el desayuno -avisó Chad y ambos asentimos caminando hacia nuestra habitación-
Me encanta verte sonreír así, no sabes cuánto lo extrañaba -murmuró besando mi mentón sin bajarme-
Gracias a ti pude lograrlo -se separó uniendo nuestras frentes mirándome fijamente- arreglé todo con Ben y volvimos a ser como antes, sin ti nunca hubiera podido lograr todo esto -acaricié sus mejillas sin dejar de mirar esos ojos con ese brillo especial que tanto me gustaban-
Te amo Alice. Lo sabes ¿verdad?-depositando un casto beso en sus labios asentí-
Lo sé, me lo has demostrado siempre -volví a acariciar sus mejillas con mis manos sin dejar de verlo- ¿y sabes porqué otro motivo lo sé?
No, ¿Por qué? -preguntó mordiendo su labio inferior-
Porque yo también te amo -lentamente lo fui acercando hasta unir nuestras bocas en un tierno beso, beso que fue subiendo de tono a medida que caminaba hacia la cama para recostarme en ella-