PARTE 8

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—¡Escuché que alguien de aspecto llamativo me buscaba! ¡Jamás pensé que fuera usted, su majestad!

Volviéndose a ver a la mujer de unos treinta años de edad, de ojos y cabellos negros, poseía una figura elegante y reservada, dirigiendo una sonrisa liviana, expreso su alegría de volver a verla.

—¡Me alegra volver a verte Nana! ¿Me sorprende que me reconozcas después de tantos años?

—¡Cómo no reconocerte, fui yo quien te crío! Has crecido y madurado, pero sigues siendo el mismo.

Al escuchar sus palabras un sentimiento de nostalgia invadió su corazón, aquellos tiempos fueron momentos llenos de alegría y paz, una paz que hoy en día no tenía y una alegría algo agotada.

—¿Sabes la razón de mi visita, Nana?

Seika, analizo al joven en un intento de comprender sus razones, su cabello poseía una liga que amarraba su largo cabello blanco. Vestía de un traje algo sencillo y difícil de identificar ¿Tal vez egipcio u otomano? Su figura reflejaba la belleza natural y divina.

—¡Estimo que no hiciste el viaje hasta aquí, con el fin de recordar viejos tiempos!

Sonrió mientras saco la horquilla. Sus emociones se desbordaron al reconocer el diseño perteneciente a su difunta amiga. Afligida, sintió sus piernas temblar, recostó su cuerpo del árbol de cerezo. Siguiendo su ejemplo, karyun tomo asiento al pie del cerezo.

—¿Te ves bien? ¿Cómo has estado?— Pregunto karyun esta vez, sin formalidades.

—¡Tan bien, como se puede estar! ¿Cómo has estado tú?—Respondió devolviendo la pregunta.—¿Escuché que tienes un hijo? Se me hace difícil imaginarte como padre.—Respondió entre risas sarcásticas.

Una ligera sonrisa, no forzada, se reflejó en el rostro de ambos. —¡El tiempo pasa rápido! Ya no soy tan joven y tú ya no eres un niño!—Ambos parecían afligidos. Cambiando el tema, pregunto ansiosa por escuchar la respuesta.—¿Dónde está markus? Escuché que vino contigo.

Su rostro se contorsionó, al recordar haber abandonado a markus, en tal situación, fue un acto inhumano de su parte. Una dama se acercó a ellos anunciando la hora del té.

—¿Te gustaría tomar té?—Pregunto Seika, claramente la invitación también incluía a markus.

Mientras tanto en el palacio imperial …

Dando un paseo por el jardín se encontraba Maryan, esperando la tan apreciada carta de respuesta de su padre. Luego de media hora, la carta llegó a sus manos, al leerla su rostro se frunció, tal respuesta fue inesperada.

—¡Me ha negado el permiso!—Respondió arrugando la carta. Viendo el rostro claramente enojado, su dama de compañía intento calmarla.

—¡Su honorable padre, estaría desafiando una orden imperial si le permitiese la entrada a vengermen!

Su enojo se vio reflejado, pero con tal rechazo, sus manos estaban atadas, la tarde carmesí empezó a emerger y cómo era costumbre, todos los martes las concubinas tenían que presentarse ante la emperatriz regente. —¿Es hora de la cena? Tenemos que alistarnos, hoy cenaremos con la emperatriz regente.

… … …

Viendo el cielo rojizo que anunciaba el anochecer, ambos cuestionaron sus razones de estar en el jardín.

—¿Por qué estamos aquí? Pensé que tomaríamos el té.—pregunto karyun.

—¡Tomaremos té, mientras las chicas bailan para ustedes!—Respondió Seika.

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