Parte 35

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Su mente estaba dudosa, había cosas que no lograba concluir, aceptar la oferta de cafmen, era su mejor opción. El poder y las riquezas nunca fueron de su agrado, pero, esto era lo necesario para proteger a su familia, incluso sin la oferta de cafmen, está tendría que alejarse de su familia, pues quedarse con ellos no es una opción.

Más que todo, intentó ver las cosas malas, para distraerse de olvidar lo que más dolor le causaba, una pregunta aún más importante la hizo templar, ¿Será capaz karyun, de dejarla ir? Cómo convences a un corazón de no sertir nada.

La noche cayó y con esta, llegó su última noche antes de partir, nadie a parte de ella y cafmen, sabía sobre este asunto, viendo a seika junto a sus compañeras, pensó en como decirle sobre el tema de ser la aprendiz del hombre que tanto daño le causó.

Camino hacia ellas, mientras todas parecían felices, el ambiente era cálido, y las personas amables, cerca del lago había un festival, la noche fue divertida y sus amigas fueron quienes la ayudaron a relajar su mente confuza, pasado de la media noche las personas empezaron a encender sus barcos de velas o sus linternas flotantes, un espectáculo como ninguno, ellas también prendieron sus barcos de velas y lo lanzaron al lago.

—¡Deves pedir un deseo!—Dijo seika.

Un deseo, ojalá todo fuera tan sencillo, como pedir un deseo y esperar que se haga realidad, prendió la vela en el barco y pidió poder tener paz.

A lo lejano se podía ver los barcos flotando a la deriva, un sentimiento pulsante en su estómago le advirtió sobre su  inminente partida, pasaron dos horas donde todo fue mágico, desde que su hija, murió no había podido relajarse tanto como en esta noche, las locuras de mery le causaron grandes cantidades de risas.

Está vez, les tocó a ellas ser atendidas por los demás, se posaron en un local al ire libre, mientras vevieron y rieron. El ruidoso lugar de un momento a otro se volvió silencioso, todas las personas estaban viendo hacia el cielo oscuro con sus manos en lo más alto.

El invierno había llegado a vengermen, alzo sus manos en compañía de sus amigas y seika, pequeñas y frías porciones de nieve cayeron sobre sus manos. Al principio eran pocas, pero después de unos minutos, el lugar se volvió borroso debido a la nieve que caía como si fueran senisas de un volcán. Sus amigas y seika se dirigieron a la plaza para ver el baile ceremonial de vengermen, pero ella se quedó para seguir contemplando la belleza del lugar.

El frío invadió sus pulmones, respiro con deseo de ser embullida con el olor que atre el invierno. Miro con anelo a las personas del pueblo, muchos estaban en parejas, según seika, muchos se casan antes del invierno, pues pasar el primer invierno juntos es una prueba de amor.

Sintió un deseo inesplicable de sonreír, el dolor en su pecho era incluso sofocante, en lo único que podía pensar era en las ganas de ver al hombre que roba sus sueños.

Unas manos cálidas cubrieron sus ojos.—¿Rion?—Dijo extrañada. 

—¡Me comparas con el!—Dijo la voz de karyun, su cuerpo tembló al escucharlo, no esperaba verlo tan pronto, sostuvo sus manos presionando los con fuerza.

Normalmente al estar tan Serca de el está se alejaría voluntariamente, pero sinseramente solo quería sentir un poco más el calor de sus manos, por su parte, se sorprendió al darse cuenta de que está no lo empujó o lo alejo. Destapó sus ojos y con impulso la enrollo en sus manos.

—¿Tienes frío?—Pregunto, pero está solo guardó silencio. —¿Por qué estas aquí?—No deberías estar en la plaza viendo el baile ceremonial de vengermen.

—¡Vine a buscarte! Seika me dijo que todavía estabas aquí.—Respondio sujetando fuertemente sus manos.

A todo esto, ella nunca se voltio a verlo, sentio que se lo miraba a los ojos, está vez no podría soltar sus manos. ¿Cómo reaccionara al enterarse de que mañana partirá? Este era el momento indicado para entablar una conversación tranquila sin ser interrumpidos.

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