10. Caída de Rowlia

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Mucho antes de que el resto de países cimentara sus Estados-Nación y de que el Imperio Mirishial siquiera se formara, existió una poderosa civilización que estableció su corazón en el continente central.

Su nivel de tecnología y conocimientos no tenía punto de comparación, eran muy avanzados en todos los sentidos y sus fuerzas militares lograron someter y avasallar al resto de pueblos del mundo. Las cosas permanecieron así durante siglos, pero durante ese tiempo, al no tener competencia alguna, la arrogancia les embriago a tal punto de considerarse mejores que sus creadores, a envidiar la responsabilidad de la tutela absoluta sobre el mundo y mas allá.

Las deidades reinantes en los cielos, en un acto de colera, arrojaron estrellas desde el cielo contra la antigua civilización y estos entraron en guerra directa. Las décadas se sucedieron entre desastres naturales globales que sacudían al mundo producto de la contienda bélica entre los Dioses y sus hijos rebeldes. La antigua potencia empezaba a perder contra las divinidades y sus armas de mounstruosa destruccion masiva. Antes de sucumbir en la contienda contra sus dioses, se vieron obligados a lanzar un hechizo que los desapareció de la tierra, dejando atrás una parte ínfima de su tecnología e historia.

Casi todos los vestigios de esa antigua civilización se perdieron, y lo poco que quedó sirvió como base sobre la cual se levantaría la nueva potencia mundial, el Sacro Imperio Mirishial.

Hace muchos años se halló un escrito muy antiguo que rezaba:

"Del gran Rey Padre que alguna vez fue y no volverá, dos parientes suyos buscarán reclamar su trono. El primero será el hijo, que tomará el lugar del dominio, pero cuando el manto de oscuridad cubra el mundo y las mareas se agiten, el reflejo de lo que fue su autoritaria madre vendrá a reclamar lo que en otro lado le perteneció. Entonces la batalla por el dominio comenzará y todas las naciones volveran a temblar, como ya ocurrio antes".

La historia pasó a ser relato que se perdió entre el viento y los años, pero fragmentos aun persisten en espera de volverse a unir para relatar una historia, para fungir como heraldo de la invasión en las crónicas de una batalla anunciada.

Calendario Central, año 1637, 12 de julio. Reino de Rowlia, capital real Jin Hark, Castillo Hark

—Señor Kanata, esta usted viendo esto—.

Un muy intranquilo consejero del Ministro Kanata veía el paso de las fuerzas militares mexicanas por fuera de la capital. Sus grandes números y su ingente cantidad de maquinaria bélica le causaba incomodidad y desconfianza.

—¿No es demasiada fuerza para someter a un país?, mas bien parece que se preparan para tomar el continente—.

El Primer Ministro Kanata veía la escena y no sabia muy bien como sentirse al respecto. Quería negarse a considerar haber sido traicionado, por le bien de su pueblo, no quería volverse hostil a su aliado, o al que creía su aliado, pero no podía dejar de sentirse así de dudoso cuando tenía la sensación de que estaba cometiendo un error.

—Acompañeme a la oficina del embajador Contreras. Aclaremos esto—.

...

—Entiendo sus preocupaciones, señor Kanata, pero no me han revelado mucho más allá de la información que sabe usted. El Mando Militar no comparte sus planes con las dependencias de gobierno ni con la cancillería, sin embargo, se me notificó que, en caso de que sus autoridades solicitaran mas información, les comunicara que las fuerzas que puedan observar transitar en su territorio serán empleadas en la ocupación de todas las ciudades de Rowlia, por lo que las fuerzas se dispersaran por todo el reino para controlarlo. Espero que eso sea suficiente para su tranquilidad—.

Disrupción Dimensional: México Imperial en otro Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora