Siempre me habían encantado las hogueras.
Pero era de noche, compartía la manta con Natsu y él se arrimaba a mí cuando el único progenitor presente estaba a punto de irse a dormir, así que las expectativas de disfrutar eran mucho mayores.
Eso sí que era una buena hoguera. La mejor.
-Buenas noches, chicos -dijo mi padre, estirándose a la vez que se ponía en pie.
Habíamos conseguido resistir la cena gracias a que mi madre se la había pasado encerrada en su despacho, echándole una bronca a alguien por el móvil.
Aunque mi padre era raro, resultaba fácil tenerlo cerca si no perdías de vista que siempre andaba con la cabeza en las nubes.
Yo había aprendido a aceptar ese hecho como algo inevitable, y a Natsu tampoco parecía suponerle ningún problema.
-Buenas noches, papá. -El corazón ya me iba a cien por hora. Sabía que en cuanto nos quedáramos solos ocurriría algo.
Así de palpable era la tensión entre ambos durante la hora que llevábamos intercambiando miradas expectantes, con las manos ávidas mientras nuestras piernas se rozaban y lo que callábamos resultaba más explícito que si nos lo hubiéramos dicho en voz alta.
-Buenas noches, señor Hertfilia. ¡Gracias otra vez por la cena! -gritó Natsu cuando mi padre nos dio la espalda, con una mano a punto de posarse encima de mi rodilla-. Me cae bien tu padre -dijo, mientras trazaba círculos en el interior de mi muslo con el pulgar.
Me fue imposible ofrecer una respuesta más allá de una sonrisa y un gesto de asentimiento.
-De tu madre aún no sé qué decir -comentó, echándose a reír. Otro gesto de asentimiento y otra sonrisa.
-Y tú me gustas -prosiguió con voz grave-. De hecho, me gustas mucho. -Levantó la mano del muslo y la posó en mi mejilla. Luego hizo lo mismo con la otra mano. Me sujetaba con tal firmeza que era imposible mirar nada que no fuera su rostro, pero al mismo tiempo con una delicadeza que me habría permitido apartarme de él si hubiera querido hacerlo.
-Tú también me gustas.
Él enarcó una ceja y aguardó.
-Me gustas mucho -añadí, y sentí que en mi interior saltaban tantas chipas que podría haber ardido en llamas en cualquier momento-. No le doy mi número de teléfono al primer chico con el que me cruzo, ¿sabes?
Él sonrió y deslizó el pulgar hasta mi boca.
Mientras recorría la línea del labio inferior me escrutaba como si fuera algo comestible.
Yo estaba totalmente a favor de la liberación de la mujer y toda esa historia, pero ante la calidez de esa caricia deseé que Natsu me poseyera de todas las formas posibles en que una persona puede poseer a otra.
Diría que estuvimos así más de un minuto; claro que es muy posible que yo ya hubiera perdido por completo la noción del tiempo.
Abrí los ojos. Los de Natsu eran del negro más claro que había visto en la vida.
-Puedes besarme, Natsu.
Esperaba casi cualquier cosa, excepto que apartara la cabeza al tiempo que su mirada se ensombrecía.
-Ya sé que puedo -repuso con voz tirante-. Lo que no sé es si debo.
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Nalu - CRASH (Adaptación)
RomanceSouthpointe High es el ultimo lugar donde Luce quería terminar su último año escolar. Justo entonces, ella tropieza con Natsu Dragneel, un chico que hace honor a su nombre, y es sinónimo de problemas. Él tiene una larga lista de antecedentes penales...