Natsu y el Chevelle tenían unos diez segundos de ventaja antes de que una hilera de coches de la policía arrancara tras él con las sirenas aullando.
Yo me quedé allí, petrificada como un gnomo de jardín, contemplando toda la escena como si no fuera real.
El chico del que creía estar enamorada abandonó el aparcamiento con un derrape, después de impactar contra los badenes con tanta fuerza que el Chevelle despegó del suelo con una patrulla de coches de policía a la zaga... Aquello no podía ser real.
Entreví su cara apenas un instante y comprobé que parecía extrañamente tranquilo. Lo único que explicaba que alguien se mostrara tan sereno en una situación como aquella era que estuviera más que acostumbrado.
Un ejército de agentes salió en tropel por la puerta que acabábamos de cruzar y pasó por mi lado a la carrera, sin saber que acababa de estar con Natsu.
—Sospechoso en vehículo robado se dirige al norte por la avenida Hemlock —dijo la voz al otro lado del walkie-talkie cuando pasó el último policía.
Un robo. Un robo de vehículo.
Fue la gota que colmó el vaso. Me dejé caer al suelo, me abracé las piernas, cerré los ojos y recé para no volver a despertarme.
—Así que ni siquiera has durado toda la noche, ¿eh? —dijo alguien, con tono recriminatorio, a la vez que una tela de un rojo metálico aparecía en mi campo de visión—. Déjame adivinar —añadió Allie, mirándome con una sonrisita de suficiencia—, ¿en el cuarto del conserje?
Aquel rollo era lo último que necesitaba en esos momentos.
—¿No? Entonces, en el vestuario de las chicas, ¿verdad? Es uno de los sitios preferidos de Natsu.
No me derrumbaba con facilidad, pero lo de esa noche lo superaba todo. No tenía lo que hacía falta para aguantar tanta estupidez.
—De acuerdo, pues en el sofá del despacho del director.
—Vete a la mierda —solté, sin levantar la cabeza.
—¿Qué se siente? Abandonada en la cuneta como la basura que eres —insistió, agachada a mi lado—. Cuando acabó de montárselo conmigo, por lo menos disfruté de unos minutos de mimos y una cama caliente.
—¡Allie! —gritó alguien detrás de nosotras—. La fiesta en casa de Morrison está a punto de empezar. No querrás llegar tarde, ¿no?
—Vaya, pero si es Sting al rescate, a lomos de su caballo blanco. —Allie se echó a reír. Sting la rodeó, con la chaqueta echada sobre uno de los hombros—. ¿Vienes a buscarla justo después de que se haya liado con Natsu? Porque me juego lo que quieras a que ahora mismo está lista para un revolcón de rebote.
—Maldita sea, Allie —dijo Sting. La asió por el codo y se la llevó de allí, cojeando por culpa del tobillo—. Eres bastante más soportable cuando vas pedo, así que ¿por qué no vas a pillarte una cogorza?
—Eso no ha tenido gracia —protestó, mientras intentaba que le soltara el codo.
—¡Conner! —gritó Sting a un tipo que subía a una camioneta cuya plataforma iba a rebosar de alumnos—. ¿Hay sitio para uno más?
—¿Tú qué crees, Sting? —contestó Conner de igual modo, al tiempo que revolucionaba el motor—. Tendrá que ir sentada encima de alguien.
—Perfecto —dijo Sting, y dejó a Allie sentada en el regazo de uno de los tipos acomodados en la camioneta, cosa que no pareció molestar a ninguno de los dos.
—¿Nos vemos en casa de Morrison? —preguntó Conner, mientras se dirigía a la salida del aparcamiento.
—Puede que más tarde —contestó Sting, dándole unas palmadas al cajón de la furgoneta cuando pasó por su lado.
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Nalu - CRASH (Adaptación)
RomansaSouthpointe High es el ultimo lugar donde Luce quería terminar su último año escolar. Justo entonces, ella tropieza con Natsu Dragneel, un chico que hace honor a su nombre, y es sinónimo de problemas. Él tiene una larga lista de antecedentes penales...