El coche de mi madre estaba allí. Fue lo primero que me llamó la atención al detener el mío junto a la cabaña, después de clase.Nunca llegaba a casa tan temprano, para ella era una especie de pecado mortal salir de la oficina antes de las cinco.
Y, por supuesto, había escogido mi peor día en años para saltarse aquella norma.Habría metido la marcha atrás del Mazda al instante si ella no hubiera estado observándome por la ventana de la cocina. A la espera. Justo cuando creía que ya había tocado fondo y que solo me quedaba remontar.
Me desabroché el cinturón, cogí la mochila y me dispuse a enfrentarme a lo inevitable.Abrí la mosquitera, respiré hondo y entré.
Lo único que quería era coger una manzana, correr al piso de arriba y acurrucarme junto a Rambo, porque esa noche sería la última que lo tendría.Los Darcy habían acabado por enamorarse de la bolita peluda mientras me hacían el favor de cuidarla, y los niños no los habían dejado en paz hasta que habían accedido a adoptarlo.
Iba a resultar muy doloroso volver al día siguiente y encontrar mi puf vacío.
Rambo era el primer perro que mis padres habían dejado entrar en casa, seguramente porque se sentían culpables de haberse pasado la noche durmiendo a pierna suelta mientras su caseta ardía; sin embargo, era muy consciente de que haría falta un milagro como el de Annie Sullivan para colarles otro perro.
Mi madre estaba sentada a la mesa, con dos tazas de té humeantes delante de ella. La mayor sonrisa que la mujer era capaz de esbozar tomó posición.
- ¿Qué tal te ha ido el primer día?
«Un desastre de dimensiones épicas. El peor primer día de clase de la historia del mundo. Humillante.»
- Bastante bien -contesté, aceptando la taza de té que me alargó.
-¿No ha ocurrido nada especial? -preguntó, como si le interesara.
«Antes de que acabara la primera case, ya me habían nominado para la guarrilla del instituto.»
-La verdad es que no -dije, y me encogí de hombros.
-¿Has hecho algún amigo?
Tomó un sorbo de té, sin dejar de mirarme con ese atisbo de sonrisa.
«He hecho un montón de enemigos.»
-Unos cuantos.
Mentir no debería ser tan fácil.
-¿Has visto alguna cara conocida?
Mis padres no eran precisamente fans incondicionales de Natsu. Si se enteraban, se plantearían muy en serio sacarme de Southpointe y hacerme ir en autobús al instituto de otro distrito o vender sus órganos en el mercado negro para enviarme de nuevo a la escuela privada, solo para asegurarse de que no me lo cruzara por el pasillo.
Aunque todo lo demás relacionado con Southpointe era una mierda, una parte muy importante no.
Vale que no tenía, ni parecía probable que fuera a tener, amigos allí; el temario comprendía trabajos que ya había empezado en primaria, y era tan antiguo que no había sala, aula o pared que no oliera a bolsa vieja de gimnasio.
Sin embargo, Natsu iba allí. Y, por alguna razón, eso era lo único que importaba.
-No -contesté, con voz entrecortada, cosa que alertó a mi madre de inmediato.
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Nalu - CRASH (Adaptación)
RomanceSouthpointe High es el ultimo lugar donde Luce quería terminar su último año escolar. Justo entonces, ella tropieza con Natsu Dragneel, un chico que hace honor a su nombre, y es sinónimo de problemas. Él tiene una larga lista de antecedentes penales...