ANTHOLOGY | Traducción ✔

Capítulo #11; Chantaje

Resumen: Draco chantajea a Hermione.
Clasificación: B
Categoría: angustia, enemigos políticos.
Advertencias: Chantaje, referencias a situaciones sexuales.

[...]

—¿Qué quieres?

Draco arqueó una ceja y se recostó en su silla.—¿Hablar?

Ella le frunció el ceño y sacó un sobre de su bolso, arrojándolo venenosamente sobre su escritorio. La fuerza hizo que se abriera la solapa y se deslizaron varias fotografías.

Presentaron el rostro extremadamente reconocible de Granger involucrado en una escena que, incluso de manera conservadora, se denominaría una orgía.

No estaba involucrada en nada ilegal, pero la mera existencia de las fotos arruinaba su carrera en una cultura tan meticulosamente conservadora como el Ministerio Británico de Magia.

Draco solo los miró por unos momentos antes de volver a mirarla.

Sus mejillas estaban teñidas de escarlata mientras lo miraba.—Supuse que este sobre era tuyo, dado que eres el único que sigue viendo la necesidad de interferir y tratar de destruir todo lo que hago.—Su voz era temblorosa y ligeramente ahogada. Tenía los dientes al descubierto y parecía casi salvaje.—Entonces... obviamente: tú. ¿Qué quieres?

Draco se reclinó y le dirigió una dura sonrisa.—Ahora, ahora, Granger, piensa en lo débil que serías como oponente si yo no hubiera estado aquí todos estos años, tomándome la molestia de llamar tu atención sobre todas tus lagunas legislativas y vulnerabilidades.

Su sonrisa se hizo más afilada y entrelazó los dedos, apoyando la barbilla en los nudillos.—Debo admitir que estaba empezando a preguntarme si alguna vez lograría derribarte lo suficiente como para que finalmente vinieras arrastrándote a mi oficina. Sin embargo, incluso los muggles saben que cuanto más alto sea el ascenso, más larga será la caída. Simplemente demuestra que ninguno de nosotros es perfecto, ni siquiera tú.

Sus ojos se apartaron de ella y se agachó para recoger una de las fotos. Lo miró fijamente durante varios segundos mientras Granger hervía.

—Ya que estamos aquí, solos, tengo que preguntar.—dijo finalmente sin apartar la mirada de la foto.—¿Qué diablos te poseyó para hacer algo tan idiota?—Él la miró.—Has tenido tus ojos en el asiento del Ministro desde antes de graduarte. Tenías que haber conocido este tipo de: la indulgencia tenía el potencial de destruir todos tus sueños de una manera tanto permanente como espectacular.

Él chasqueó la lengua y sacudió la cabeza antes de mostrarle una de las fotos. Inmediatamente desvió la mirada.

Las mejillas de Granger están teñidas de rojo, pero el resto de su rostro estaba cada vez más y más blanco.

Su boca trabajó en silencio por un momento antes de tragar visiblemente.—No fue mi idea.—dijo finalmente con voz tensa.

Draco resopló. Estuvo tentado de poner los ojos en blanco y asegurarle que eso era muy obvio, pero esperó a escucharla tratar de explicarlo.

—Fue... fue...—Parecía como si estuviera a punto de desmayarse delante de él.—Él... él dijo que yo trataba mi trabajo como si importara más que nuestra relación. Que yo... siempre basé mis decisiones en eso, en lugar de en él. Era... se suponía que...—su garganta se sacudió.—para darle vida a las cosas. No sabía que iba a ser... así. Prometió que sería muy discreto.

Draco resopló de nuevo y miró la fecha en el reverso de la foto.—Todo lo que Pucey sabe no cae en ninguna parte del ámbito de la discreción. Deberías haberme preguntado.—él la miró con lascivia por encima de la foto.—Podría recomendar varios lugares que se toman en serio la privacidad de su clientela, si este es su tipo de cosas.