El aire pesa en la mañana,
las ansias pesan en la noche.
Tus ojos pesan en mi,
yo no digo nada.
Las ganas rompen la noche,
tus ganas me rompen a mi,
yo no hago nada.
El sol quema en la mañana,
tus besos también.
Tu cuerpo quema la noche,
enfrente de mi,
desnuda ante el mundo,
sin lógica alguna,
sin razón de demora,
con mirada de leona.
Yo no digo, yo no hago.