Solo tengo las mejores cartas
para tus oídos.
Solo pienso en ganar el juego
de tu boca.
Tengo la jugada maestra.
Tengo la apuesta ganada
y nadie lo sabe.
Pero no se trata
de las putas cartas,
no se trata del juego.
Se trata de la locura
que tenes en la cabeza,
de la locura que tenes en el corazón.