Pendenciero se mostraba
a centímetros del alcohol.
La veía a ella
sentada en la ventana
a la mitad de un cigarro,
con las piernas estiradas,
con el escote al aire
y se veía a él,
como si fuera un gatito indefenso.
Sumiso se mostraba
a centímetros de su rostro,
su rostro oscuro,
su pelo ceniza,
sus ojos luna.
Aguerrida se mostraba.
Ella, con el escote al aire,
con sus piernas en el infierno,
con su rostro en el cielo.
Seducida estaba
por la mirada de él.
Seducida estaba
por el color de la noche.
Pendenciera se mostraba
al mundo nocturno.
Seducida estaba
por el calor de la noche.