Historia 7.
La habitación.
Diana había encontrado una habitación muy barata para alquilar. Demasiado barata.
Ella acababa de llegar a la ciudad para estudiar la carrera pero no tenía mucho dinero, de ahí que buscase una habitación bastante barata. Y la encontró. Pensó que había tenido mucha suerte.
La antigua inquilina de la habitación se había ido de un día para otro, dejando dicha habitación totalmente vacía. Nadie sabía lo que le había sucedido ni a donde había ido, sólo que de un día para otro, esa habitación de un piso compartido estaba vacía y podía ser alquilada de nuevo por un nuevo inquilino.
Para Diana había sido un golpe de suerte. Pues realmente necesitaba ahorrar cada centavo que pudiera ahorrar. Era becada, su beca era muy pequeña y por mucho que pudiera trabajar, ese trabajo no le daría suficiente dinero para tener gastos muy elevados.
En cuanto pudo hizo la mudanza y se comenzó a vivir allí, deseosa de comenzar los estudios universitarios. Iba a estudiar fisioterapia. Deseaba poder ayudar a la gente y poder vivir de ello.
En cuanto estuvo la mudanza hecha, estuvo todo preparado y el papeleo de la universidad hecho, comenzaron las clases.
En un principio parecía ir todo muy bien; conocía a gente nueva, las clases eran interesantes, disfrutaba del día a día.
Pero la situación fue cambiando poco a poco. Diana no se dio cuenta al principio o al menos no le dió mucha importancia. Primero comenzó a notar cierto olor en la habitación, supuso que habría algo que había dejado la antigua inquilina o algunas compañeras del piso. Limpio una y otra vez la habitación pero el olor no sé iba de allí. Comenzó a usar velas aromáticas y todo aquello que tapara dicho olor. Aún así el olor no sé iba y quedaba en el ambiente mezclándose con los ambientadores.
Pero no fue lo único que tendría que sufrir Diana. Las cosas iban a ir empeorando con el tiempo. Poco a poco empezó a sentir no solo olores sino también empezó a oír ruidos. Unos ruidos muy extraños, como si algo o alguien estuviera royendo un trozo de madera o algún objeto parecido. Esto indudablemente fue en aumento, primero solo lo oía por las noches, creyendo que había roedores y haciendo mirar cada una de las habitaciones de la casa, molestando a sus compañeros de piso que empezaban a mirarla como si estuviera loca y murmurando a sus espaldas. Pero luego se empezó a escuchar dichos ruidos también durante el día. En cuanto llegaba de clase comenzaba a oírlos. Eso la extraño todavía más pues sabía que no había ningún animal. Esto la estresada todavía más. Y también hacía que sintiera que la locura estaba entrando en su cabeza.
Justo cuando cavilaba si todo eso era producto de su imaginación y de su cabeza comenzó a ver un pequeño monstruo apenas sin pelo con dedos y manos largos, color marronáceo que gemía en una esquina. Ahí supo que ella debería tener algún problema y que eso no lo podía ir comentando a los demás.
Ese pequeño animal, primero se quedaba en una esquina del cuarto, gimoteando y tapando su feo rostro con esas manos largas. Así, se llevó bastante tiempo hasta que se acercó a Diana mientras dormía y se subió encima de ella. Intentó zafarse de ese bicho pero le fue imposible pues se agarró bastante fuerte a ella y finalmente acabó intentando ahorcarla con su manos. Su tacto era frío y pegajoso. Realmente tenía mucha fuerza. Casi consigue que ella pierda el conocimiento. Quedó bastante mareada y mal.
Pero el acoso de esa pequeña bestia no quedó ahí, pues no solo comenzó a subirse encima de ella durante todas las noches, sino que cuando estaba en la habitación o en el baño la perseguía y le.gritaba haciendo que se sintiera bastante molesta.
Esto hizo que Diana intentase pasar el menor tiempo en la casa, pues el estrés que ese pequeño monstruo le causaba era terrible. Es más, sus notas estaban bajando y no podía permitírselo. Sabían que si seguían así perdería la beca.
Y aunque en un principio estaba tranquila porque eso solo le perseguía en casa,un día lluvioso, vio al pequeño monstruos pegado a una de las ventanas de su clase. Sus brazos estaban estirados y las palmas de sus manos estaban pegadas al cristal al igual que el resto de su cuerpo. Le miraba fijamente, como con celos, como si ella fuera de su posesión y no me gustase que ella estuviera allí.
A Diana le empezaron a salir unas lágrimas por los ojos. No se podía creer que su mayor pesadilla estuviera ahí. Que la hubiera perseguido hasta allí. No había ningún sitio donde sentirse protegida.
Su angustia fue en aumento.
Pero cuando llegó a casa la situación no fue mejorando. En cuanto entró en su habitación, estando la casa totalmente solitaria, fue agredida físicamente por dicho bicho o pequeño monstruo. Se abalanzó sobre ella, tirándola al suelo. Le comenzó a pegar puñetazos y a arañarla, haciendo que acabase inconsciente en el suelo.
Estuvo así durante varias horas hasta que en la madrugada se despertó.
Se acostó en la cama y se tapó bajo la atenta mirada de aquel monstruo que no le permitía ni tan siquiera tener una vida normal fuera de esa casa.
No se atrevió a salir de casa con el rostro y el cuerpo totalmente golpeados. Se encerró en su habitación y no volvió a salir. Eso pareció gustarle al pequeño monstruo que estaba algo más alegre de lo normal y que aprovechó para pegarse aún más a Diana. No lamdejaba en paz en ningún minuto y eso le agobiaba todavía más.
Parecía como si fuera una pareja tóxica y celosa.que no la dejaba salir de su habitación.
Cada día se encontraba peor, no dormía, no comía, apenas se movía de su habitación. Perdió su trabajo y su beca pero era incapaz de salir de allí, ni aun cuando sus padres le llamaron por teléfono para pedir explicaciones y que fuera para casa. Su situación empeoraba por momentos.
Se sentía muy acosada por dicho monstruo. Y muchas veces se preguntaba porqué le estaba pasando esto y porqué la habían elegido a ella y no a otro.
Odiaba su vida y odiaba a ese pequeño monstruo. Deseaba poder acabar con él. Le había destrozado la vida. Sus compañeros, ya ni tan siquiera le saludaban o le hablaban, pensaban que estaba tan loca como la anterior inquilina de dicha habitación que había desaparecido de manera sorpresiva.
Finalmente, un día cogió valor para enfrentarse a ese monstruo.
En una de las veces que se abalanzó sobre ella para dormir lo agarró y empezó a pelear con dicho monstruo. Aunque en principio el estaba ganando, consiguió noquearlo y pudo clavarle un cuchillo que había cogido previamente de la cocina. Dicho monstruo desapareció de su habitación sin dejar rastro, tras ver como al sacar el cuchillo, la sangre salía y la vida del monstruo desaparecía.
Ella se sentía muy feliz y muy alegre pero a la misma vez angustiada. Se dirigió hacia la esquina y comenzó a balancearse. Poco a poco su conciencia se hizo más simple y no noto el paso de los días, hasta que notó que un chico entraba en la que era hasta ahora su habitación. Habían sacado todas sus pertenencias de su habitación y este chico estaba metiendo las suyas.
Diana comenzó a molestarse con el chico. Le había quitado su habitación. Estaba realmente molesta pero no podía dejar de mirarlo desde su pequeñez……. Miró sus manos y su cuerpo. Se había convertido en aquel pequeño monstruo.
Ahora llegó su momento. Su momento, de ser la que tomará el control allí y doblegar vidas……
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One shots de historias de Terror
Horrorpequeñas historias de Terror para contar en una noche cerrada. cada capítulo, una historia distinta. Espero que os gusten.