DC: NO DIGAS UNA PALABRA

CAPÍTULO 9

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¡Disfrutar!

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Un escalofrío invernal invadió el aire a mi alrededor, enviando escalofríos por mi columna vertebral. Sabía que estaba superado, podía sentirlo, incluso más que esa vez que luché contra el tipo Búho.

"Black Bolt, ¿verdad?" Deathstroke me gritó: "Estás muy lejos de Star City, chico".

Retrocedí un paso, cuanto más hablara, más tiempo tendría Batman para llegar.

Deathstroke se rió entre dientes, al verme caminar hacia atrás sin apartar los ojos de él, parecía divertirlo, estaba asustado, lo cual estaba, ni siquiera podía usar mis poderes donde estábamos, el almacén estaba cerca de un área residencial, uno susurro y millones morirían.

Me tenía en mate jaqueado.

"Muy bien entonces", se rió Deathstroke, "Veamos qué tienes".

Desenvainando su espada, Deathstroke saltó hacia mí con sorprendente presteza.

Al ver que no había forma de evitar la confrontación o escapar, me acerqué a él y le lancé un gancho de derecha. Sin embargo, Deathstroke atrapó mi ataque cuando llegó, atrayéndome hacia él, antes de asestarme un golpe con la empuñadura en la garganta.

El bastardo estaba apuntando a mis poderes.

Con dolor, me tambaleé hacia atrás.

Una sola mano aferrándose a mi garganta.

Por mucho que me doliera admitirlo, esta era una batalla que si quería sobrevivir, tendría que pelear con la intención de matar, solo entonces, mis posibilidades mejorarían.

Con ese pensamiento en mente, saqué un cuchillo de mi traje y me puse en posición, y sin dudarlo cargué contra mi enemigo.

Deathstroke esquivó mis primeros golpes con una facilidad increíble, atrapó uno de mis golpes con el centro de su espada, rápidamente quitó mi cuchillo de mi mano, antes de girar y lanzarme una patada en la cabeza.

Me agaché por debajo de su patada justo a tiempo, pero antes de que pudiera reposicionarme, Deathstroke giró más rápido de lo que podía ver o prever y clavó su pesada bota en mi cara, estrellándome contra la pared con un fuerte estrépito.

"Eres bastante bueno, mejor que el niño prodigio", felicitó Deathstroke, con la espada apoyada en su hombro con mucha ligereza. "A diferencia de él, conoces la importancia del miedo", agregó, dando pasos lentos y pesados ​​hacia mí. "El miedo te ayuda, el miedo te moldea, al menos desde mi punto de vista".

Con dolor, me puse de pie, la nariz sangrando, la cara adolorida por el dolor mientras la sombra amenazante de Deathstroke se acercaba a mí, con cada segundo que pasaba.

Respiré hondo, me puse en posición y corrí hacia mi enemigo, concentrándome únicamente en ganar tiempo.

"Bien", felicitó Deathstroke una vez más, siguiendo su ejemplo.

Saltando sobre unas cajas, lancé un fuerte puñetazo al mercenario, poniendo todo mi peso en él, pero el golpe falló cuando Deathstroke dio un paso al costado, pero no dejé que eso me detuviera y seguí con un gancho de derecha y una patada horizontal. , ambos ataques fallaron, ya que Deathstroke una vez más los esquivó.

Estaba bailando a mi alrededor.

"Muy bien", dijo Deathstroke, cuando una vez más traté de golpearlo.