DC: NO DIGAS UNA PALABRA

CAPÍTULO 20

[Gotham. 22 de abril, 17:35 PDT.

POV de David Lance]

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¡Disfrutar!

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[Punto de vista de David Lance]

Robin y yo corrimos a través de las instalaciones. Lidiando con los secuaces que íbamos a encontrar en nuestro camino con facilidad, lo cual no me sentaba nada bien, ¿dónde estaba el Joker? Harley?

Estaba loco, seguro. Pero no era estúpido, ni mucho menos, tenía que saber que éramos demasiado para sus matones.

Lo que significaba que o nos estaba subestimando, lo cual no encajaba con su perfil demente, o todo esto era parte de su plan delirante imposible, que era la opción por la que me inclinaba.

"Robin, podríamos estar caminando hacia una trampa", señalé, llamando la atención de Robin, quien asintió ante mi declaración.

"El Joker está loco, pero no es estúpido", respondió Robin, frunciendo el ceño. "Probablemente tenga una trampa de algún tipo esperándonos más adelante, ¿qué exactamente? No puedo descifrarlo". Él suspiró.

"Has peleado con el bastardo más veces de las que puedo contar. ¿Algo que deba saber?" Pregunté, lanzando una bola de metal a un matón que corría hacia nosotros, golpeándolo en la cabeza, dejándolo inconsciente.

"Él siempre va a matar, no siente dolor... bueno, es más como si disfrutara del dolor, así que las lesiones no lo detendrán, y es impredecible..." murmuró Robin, su voz se quebró por un segundo. "Aparte de eso, tenga cuidado con su gas. Es muy peligroso y difícil de curar... generalmente mata en una hora más o menos".

Asentí, tomando la información en serio. "Batman tiene un antídoto, supongo". Pregunté, sabiendo ya la respuesta.

"Sí", asintió Robin, mirando hacia abajo, su voz se quebró aún más. "Siempre llevamos una dosis o dos, por si acaso". Explicó, sacando un artículo de su cinturón de herramientas. El antídoto contra el veneno del Guasón.

"¿Cuántos tenemos?" Pregunté, mirando el vial que sostenía frente a mí.

"Uno", respondió Robin, dándome el vial. "Para ti."

¿Una? ¿Por qué llevaría solo uno? Eso es muy diferente a Batman, el maestro del juego previo.

"Yo... no reabastecí mi cinturón antes de irme, no me perdía nada importante... o eso pensaba", murmuró Robin, su voz con un innegable borde de culpa. "Sea como fuere, eso depende de mí. Te traje aquí, puse tu vida en peligro nuevamente... Así que, al menos... puedo asegurarte de que tienes una salida de esto".

Fruncí el ceño, respiré hondo, antes de abofetear a Robin, "Si tienes la intención de morir, es mejor que no lo hagas bajo mi vigilancia. Ya tengo suficientes traumas para que agregues otro, ¿me escuchas?" Firmé, enojado.

"No puedo oírte..." Robin se rió, frotándose la cara con un leve dolor.

Sonreí, eso era mejor. "Vamos", señalé, señalando hacia adelante.

"¡Vamos a patearle el culo a un payaso!" Robin vitoreó, sin dejar de liderar el camino, ahora de mejor humor.

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[Punto de vista del espantapájaros]

Cuando uní fuerzas con el Guasón, mis planes eran bastante simples: sacar a Batman y luego lidiar con el demonio con el que había firmado mi contrato.

No tuve reparos con otros villanos y sus objetivos finales. ¿Pero él? Era un psicópata, un monstruo más allá de la razón, uno que con un retorcido sentido de amor por el Caballero Oscuro, acompañado de un repugnante sentido del humor, bordeaba lo sádico.

Sea como fuere. Él había sido el más cercano de nosotros, en Gotham, para casi matar al Murciélago.

No es que quisiera tener éxito, no, eso era seguro.

Simplemente quería jugar con Batman, para siempre.

Quería que Batman lo matara, para probar que tenía razón todo el tiempo.

Para probar que no hay diferencia entre él y todos los demás. Que todo lo que se necesita es un mal día para reducir a la locura al hombre más cuerdo del mundo. Que así de lejos está el mundo de donde él está. Sólo un mal día.

Quería que Batman descendiera a su nivel.

Ese era su objetivo final.

No permitiría que esto sucediera.

Si Batman alguna vez cruzara esa línea, todos moriríamos.

Si no podíamos derrotarlo cuando se estaba conteniendo, no quería imaginar cómo sería cuando no lo hiciera.

El objetivo final del Joker era, en otras palabras, nuestro fin último, si alguna vez lograba empujar al Caballero de la Noche hasta el punto de ruptura. Una hazaña que considero imposible de lograr, por mucho que odie al Murciélago, su fuerza de voluntad no tiene igual.

Su espíritu era indomable.

Pero no quería probar lo indomable que realmente era.

Yo no era como Dos Caras, no era un apostador.

Quería al Murciélago muerto, y lo quería muerto ahora.

Incluso si eso significaba tratar con la encarnación de la locura misma.

"¡No estás emocionado, Baggie!" El Guasón se rió, saltando de un lugar a otro como todas las chicas de la pradera de un libro viejo.

"¡Mi nombre es Espantapájaros!" Le susurré, disgustada por su mera presencia. "Pero si se atreve a usar mi nombre, muéstrelo. Llámeme Dr. Crane, o Jonathan si debe insistir en ser tan informal".

El Guasón hizo un puchero antes de gimotear infantilmente: "¡Pero así es como se tratan los amigos! ¡Les dan apodos y regalos!". sonrió, riéndose como el monstruo trastornado que era. "¡Ya veo! ¡Solo eres tímido! ¿Por qué no lo dijiste, Baggie? ¡No te preocupes, Papa Joker te dará un espectáculo para derretir esa máscara que usas!"

Me estremecí ante su comentario, manteniendo mis ojos en él. Era solo cuestión de tiempo antes de que este lunático me traicionara, tenía que mantener la guardia alta, después de todo, no podía irme hasta que nuestro experimento conjunto fuera puesto a prueba.

Una mezcla de su veneno y mi toxina.

"¡Jajajajajajaja!"

"¡Así es, mi budín! Le daremos al Sr. Frowny Bag un espectáculo para todas las edades, primera fila de asientos, ¿no tienes suerte?" Harley se rió, haciendo un giro de ballet mientras se acercaba al Guasón.

"¡Ciertamente, Harley! ¡Después de todo, cuando The Joker hace un espectáculo, los asientos siempre se agotan!" Respondió el Joker, en un tono escalofriante. "¡Jajajajajajaja!"

Tal vez había cometido un error con este... arreglo.

Por desgracia, era demasiado tarde para volver.