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Alguien llamó a la casa de Momo, donde estaba Nayeon. A pesar de todo, las dos eran como hermanas. Nayeon fue a abrir la puerta y encontró a una hermosa chica frente a ella.

-¿Im Nayeon?

-Soy yo

-Minatozaki Sana- dijo la chica tendiéndole la mano.

Nayeon lo sacudió. -¿Eres tú? Me dijeron por teléfono que me mandarían una chica más fea

-¿Hay algún problema?

-No, no. Pasa

Sana entró y las dos chicas se dirigieron al sofá.

-¿Qué debo hacer?- preguntó la japonesa.

-Tendrás que pretender ser una emprendedora y decir que quieres invertir en Yoo Jeongyeon

-¿Por qué hacer tal cosa? Se decepcionará cuando se entere de que no es así- dijo la actriz.

-En cambio es así, porque ya soy dueña del restaurante que tendrás que darle

-¿Eres dueña de un restaurante y quieres dárselo?

-No sabes lo difícil que fue comprar el lugar... No hay preguntas. Solo quiero que hagas lo que te digo

-Está bien

Momo estaba limpiando el mostrador, mientras Jeongyeon limpiaba el piso. Habían pasado tres semanas desde que ella y Nayeon no se habían visto, pero estaba logrando tolerar su impulso de refugiarse en el alcohol. Estaban a punto de cerrar pero siempre hay tiempo para un último cliente.

-Buenas noches, YeonYeon de Yoo Jeongyeon?

La rubia se sorprendió. -Soy yo

La chica sonrió. -Soy Minatozaki Sana, trabajo para cadenas de comida y me enteré del escándalo de Jeon Constructions. También ha habido artículos sobre el nombre del proveedor de su cafetería y dicen que te alejaste porque sabías del escándalo

-No, mis asuntos con el Sr. Jeon son personales

-Bueno. No estamos aquí para hablar de él. Si has servido a un hombre tan presuntuoso y crítico, debes ser muy buena. ¿Te interesaría una colaboración?

-¿Una colaboración?

-Tengo un lugar que no uso. Es muy grande y también tiene un jardín. Estoy dispuesto a dártelo, si llevas a trabajar a algunas personas queridas para mí

-Perdóneme, ¿estás bromeando?

-Absolutamente no. Necesitan un trabajo y nadie los contrataría porque son malos. Si los contrataras me ayudarias mucho

-Mh... Tengo que pensarlo

Sana sonrió. -Es comprensible. Te dejo mi tarjeta de presentación.- La japonesa sacó la tarjeta de su bolso y se la dio a Jeongyeon. -Llámame cuando puedas

-Lo haré. Gracias

-No hay problema. Hasta pronto

Sana salió y Momo se acercó a Jeongyeon. -Guapa, ¿verdad?

-Mh- Jeongyeon miró la nota que sostenía. -¿Qué debo hacer?

-Comprobar la veracidad de la propuesta y, si todo está en orden, ¿por qué no?

-Tengo que tener mucho cuidado y leer los términos del contrato

-Exactamente. No te dejes guiar por la prisa

Habían pasado dos días y Jeongyeon todavía estaba pensando en qué hacer. Cuando tuvo algo de tiempo libre en un momento decente, decidió llamar a Sana y le pidió que se encontraran.

YeonYeon|2YEON|ESPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora