El sol, con su inmenso e infinito brillo, cubriendo el pequeño pueblo de Cielos Grises (vaya nombre para un pueblo), empezó a asomarse por la ventada de una casa a las afueras del pueblo. Sus brillos empezaron a amenazar al joven que se encontraba bajo las gruesas cobijas en su cama individual, situada justo a una esquina de la habitación. Y sin aviso ni gusto, la alarma sonó, marcando las 6:20. Después de unos segundos, el joven despertó y con su mano alcanzo el botón de la alarma, apagándola al fin. Un minuto de silencio, lúgubre ante la realidad de despertarse tan temprano, todo para ir a la famosa y desdichada escuela Preparatoria, siendo el primer día de su primer año; 15 de Agosto, del 2015 (Órale, no me había dado cuenta 15/8/15). Una vez pasado el minuto, y una vez la resignación se apodero del joven, este se levantó, se sentó, y miro sus pantuflas rojas con pesadez.
-Dios, que flojera- dijo el joven, arrastrando las palabras, a la vez que se ponía sus pantuflas y se levantaba.
Una vez de pie, se dirigió al baño, después de 15 minutos, se encontraba frente al espejo, lavándose el rostro y mirándose fijamente.
-"Bueno, tengo que aprovechar la oportunidad que se me dio, gracias Miranda, todo esto es tu culpa"- pensó mientras se lavaba los dientes y se dirigía a la cocina.
Una vez en la cocina, su madre le servía el desayuno y lo miro de arriba abajo.
-Ya son las 6:40, ya deberías de tener el uniforme, el desayuno está listo, tienes que apurarte y salir a las 6:50, pasaran por ti los Rio, te llevaran a la parada, el camión debería pasar por todos los del pueblo a las 7:00, corre- dijo la madre con energía.
Una vez escucho el regaño y consejo de su madre, el joven corrió a su cuarto para ponerse su uniforme, el cual simplemente consistía de una polo azul, o blanca, dependiendo del día. Ese día tocaba azul, así que se la puso, junto con un suéter delgado gris. Regreso al a cocina, se sentó y empezó a desayunar; huevos con tocino.
-Por cierto, no olvides tu mochila, y aquí tienes unos 50$ para tu almuerzo, salúdame a Miranda, y vuélvele a agradecer por esto- dijo mientras le extendía un billete. -Si madre, por 3ra vez le agradeceré- respondió, con un tono enfadado.
Tomo el billete, termino el desayuno, y de un movimiento se puso de pie y avanzo a su cuarto por su mochila, una económica mochila color negro, metió el dinero en su bolsillo y se dirigió a la puerta.
-¡Ya me voy! - Grito despidiéndose de su madre, mientras escuchaba un carro llegar a su casa, los Rio
-¡Vamos Gris! ¡Levántate de la cama! - grito con tono de burla el señor Rio, mientras el joven abría la puerta y lo miraba con pesadez
-Ya ya, aquí estoy, si me levante- respondió enfadado
-Jajaj mas te vale, no te iba a esperar, vamos, sube, el camión ya viene- respondió mientras reía y apuntaba hacia los asientos traseros
El joven cerró la puerta y avanzo hacia el alto carro de los Rio, en el volante estaba el señor Rio, con su bigote y complexión gruesa; su imagen, así como su profesión eran ideales (Si, un leñador jaja...), en el copiloto estaba su hija mayor, Oksana, que estaba en su celular, sin prestar atención a la situación. Y en uno de los asientos de atrás, el hijo menor, Armando que se había equivocado de polo y era muy tarde para regresar y ponerse la azul. Una vez dentro del carro, el señor Rio salió con prisa hacia el centro del pueblo, a la calle principal, por donde pasaba el autobús escolar, que hacia parada por todos los pueblos hasta llegar a la escuela, el Colegio Aynu Mosir (Tierra de Hombres, en japonés o algo así...).
-Llegamos, rápido, ya viene el camión- dijo el señor Rio mientras detenía el carro en la parada y miraba por la ventana el camión acercarse por la calle principal
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3 años para conquistarte
Genç KurguJamás fui bueno contando anécdotas, historias, recuerdos, válgame, jamás fui bueno comunicándome... Pero supongo que en algún momento alguien me preguntaría esto, y está bien, es el momento para contarlo, ¿Por qué no? Lo logre, ¿no? Bueno... ¿Por qu...