capítulo 4

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Cantamos todo el camino diferentes canciones, mientras los demás nos escuchaban, por suerte tenemos muy buena voz, si no fuera así hace mucho nos hubieran mandado a callar, fue un viaje tranquilo, ya solo estaba ansiosa por llegar y ver cómo estaban los chicos, me había comunicado por el link y dijeron que estaban bien, pero hasta verlo no estaría tranquila.

Llevamos seis horas de carretera aún faltaban alrededor de 15 minutos para llegar según el cálculo de tío, son las ocho de la noche, el cielo se encuentra nublado, Ashley, Alma y Niko están durmiendo, yo por el contrario he estado alerta en todo el traslado quiero que estén bien, también me encontraba ansiosa quería ver a Sebastián, Santiago  Marcos y Leonard.
Vuelvo a observar por la ventana y admiro el paisaje lleno de arboles que forman parte de un bosque gigantesco, la zona en donde viviremos está situada entre esta arboleda, la misma se extiende hasta la ciudad en la que se encuentra nuestro nuevo instituto. Eso será estupendo para entrenar, sin que los humanos nos noten- pienso satisfecha-

Llegamos- suspiro al estacionar el auto frente a una cabaña enorme, bajo y la admiro con más atención, posee tres niveles, un porche de buen tamaño decorado con floreros, una mesa redonda y cuatro sillas, en el medio un camino de grava rodeado de rosas azules y rojas, todo el jardín esta lleno de ellas y un hermoso cerezo que ya comenzó a marchitarse por el otoño.

Busco con la mirada a Sebastián, Santiago o alguno de mis guardias, pero nadie está a la vista así que comienzo a oler el aire y capto que se encuentran dentro, avanzo hasta la puerta y la abro.

Veo a la derecha una hermosa sala de un estilo hogareño, a la izquierda está la cocina con electrodomésticos nuevos, sigo sin ver a alguno, subo las escaleras, cuando escucho bulla afuera, freno y salgo al jardín trasero y ahí los veo Sebastian esta jugando con Santiago para comprobar quien es el más fuerte, mientras hacen apuestas, no puedo creer que pierdan el tiempo y no estén vigilando, aunque lo entiendo, todos tenemos la misma edad. Suerte para ellos que no representamos ningún peligro, al menos no uno real, si no estarían en grandes problemas.

-¡¡GANEEEE!! – grita de repente mi beta al lograr vencer a Sebastián mientras empieza a hacer una acrobacia hacia atrás en honor a su victoria y luego empieza a hacer reverencias mientras los demás aplauden y ríen, me aclaro la garganta y voltean a observarme sobresaltados, les sonrió cálidamente pero ellos tiemblan con miedo, sé que tengo los ojos de color verde rodeados de brillos escarlata, se puede observar mi enojó en ellos, los escucho tragar y mi beta con nerviosismo empieza a hablar.

– Oh preciosa ¿Desde cuándo estás ahí? ¿Tuviste un buen viaje? – lo miro directamente y lo fulmino empieza a temblar más de miedo anticipando que nada bueno le sucederá.

- ¿buen viaje? Si, claro, solo que hubo un pequeño problema- me cruzo de brazos y los observó a cada uno.

- Desde cuándo se van sin pedir permiso ¿Acaso olvidas que tengo que estar informada de todos sus movimientos, que no se deben ir adelantando a ningún lugar sin mi presencia u orden? – les digo de manera lenta  mientras los veo bajar la cabeza en señal de respeto y sumisión.

- Lo sé preciosa , solo quería revisar el área antes de que vinieras y asegurarme de que no habría peligro, no te pedí permiso porque sé que te opondrías– me dice mientras mira para todos lados sin mirarme a la cara.

- Además no vine solo se unieron los chicos para que así cuando supieras no te preocuparas, es nuestro deber como tus subordinados asegurar tu bienestar y el de tus hermanas además de el de Niko- argumenta por último todavía sin mirarme a los ojos.

- Mírame – le ordeno y al instante me observa.

- Primero que cualquier otra cosa, son mis amigos, mi familia, no deben ponerse en riesgo, no quiero perder a nadie mas, a menos que se los ordene no volverán a tomar decisiones sin consultarme previamente, como castigo por esta desobediencia ustedes se encargarán de bajar todo del camión, además entrenarán el triple mañana- al decir esto abren los ojos de la impresión.

- ¿Que?- hablan a la vez los cuatro – eso es demasiado, cariño – me dice Marcos – tiene razón, nena, ¿no puedes bajarle?- trata de negociar  Leonard

-No, por su impertinencia tendrán ese castigo ni llamandome con apodos lindos me convencerán son mis amigos pero no abusen- me doy media vuelta y antes de salir los miro por sobre el hombro.

-Ah, y también quedan sin licor por un mes- les digo y salgo de la cabaña mientras los escucho renegar.

Al verme tío Alan, señala el auto -deberías despertarlas -  asiento y camino en dirección al automóvil - por cierto ¿Qué les hiciste? - me pregunta.

Volteo la mirada y lo observó - Los castigué con el triple de entrenamiento y sin alcohol - me encojo de hombros, no es nada, si sólo fuera cualquier otro mínimo diez veces lo repetirían.

-¿ solo eso?- me observa y se rie. - Aún son jóvenes al igual que tú, es normal.

Lo miro con el seño medio fruncido mientras sigo mi camino hasta las chicas – Sé que lo soy pero igual se debe madurar y prestar más atención a otras cosas, más aún cuando solo el hecho de distraerse puede terminar en muerte.

Llego al auto y deslizó la puerta trasera mientras empiezo a rodear con una bruma rosada que salen de mis dedos y se extiende alrededor de las chicas y Niko, comienzo a mover lentamente a Ashley y Alma, a los segundos  empiezan a abrir lentamente sus ojos.

- ¿Ya llegamos? – me pregunta Alma mientras empieza a frotarse sus ojos, Ashley sale del auto y se queda observando la cabaña

- ¿Esa es la casa? –Pregunta embelesada.

- ¿Cuanto tiempo viviremos aquí?  esa casa es muy lujosa para solo ser nuestra por 4 meses – me mira a mí y luego a tío.

- Esta vez permaneceremos aquí medio año, tal vez más, será nuestra última mudanza, terminarán su carrera y nos iremos.- me notifica tío Aarón-

La última vez que vivimos en una misma zona por ese tiempo fue hace seis años, y fue cuando pasó...
-Alma no termina de completar la oración

Más fuerte que antes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora