CURITAS-008.

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Cuando desperté a la mañana siguiente se me hizo raro no encontrar a Emmanuel en la cama, salió del baño todavía adormilado y se tumbó junto a mi.

—Tu y yo acordamos que llegarías acá pero ni te vi.—era la voz de Yailin.—Ya te dije que tantas oportunidades tu no vas a tener, tu amarre no estuvo tan bueno.

—Te dije que tenia asuntos pendientes.

—Te quedaste cuidando a la lisiada.—Emmanuel sonrió.—Yo no sé que de te perdió pero cuidado, papi que te la hago botar o que renuncie.

—¿Que te dió, chica?

—¿No te gusta ella verdad?

—No.

—Ya eso lo vamos a ve...

—Emmanuel.—chillé con voz inocente.—¿Será que me lleva al baño?, necesito alistarme para ir con Gus.

Emmanuel me miró frunciendo el ceño, me quedé mirando el cel cuando en tipo colgó sin siquiera despedirse de la desequilibrada Eda con la que andaba.

—¿Y eso?

—¿Gus?

—Mi ex.

—¿Quedaron en verse?.—me crucé de brazos.—Mera, Cabrona , te pregunté algo,

—No.—pero no parecía satisfecho.—Ni siquiera hablamos.

—¿Quieres bajar?.

—Voy a lavarme los dientes primero.—asintió con su cabeza antes de arroparse,—Creí que fui clara cuando dije que durmieras en el otro cuarto.

—No te vi quejándote las veces que bajé a buscarte agua, ¿y ahora si?.—rodé los ojos, llegué al cuarto del baño e inmediatamente puse el de trófico sobre el cepillo de dientes, comencé mi tarea sintiendo la mirada de Emmanuel sobre mi, no comprendí por qué.

—Manu.

—¿Ah?

—¿Será que me llevas a buscar un cel nuevo?

—Dale.—comenzó a reírse, de seguro rememoró el momento en que yo seguro que nada se rompería y mi teléfono decidió llevarme la contraria.

Una vez terminé con mis dientes el siguiente paso era bañarme , sufrí demasiado para meterme en la bañera pero finalmente lo logré, me tomé mi tiempo para lavarme bien hasta que finalmente salí para reunirme con vestirme.

—Me quiero vestir,please.

—¿No necesitas ayuda?

—Chistoso...

—Ya me tapé.

—Okay, pero vas a tener que llevarme al otro cuarto y para eso es mejor que te vayas y me dejes a mi aquí.

—Como digas ...— lo vi salir del cuarto mientras mandaba un mensaje.

—Manu...—tenia miedo de preguntar pero es que mi intuición me decía que no era nada bueno.—¿Qué pasó?

—Meta las narices en sus cosas.—soltó antes de marcharse.

Decidí seguir acicalándome para salir pero como Emmanuel era idiota pues decidí mostrarle que no estaba aquí porque lo necesitaba sino porque a mi se me pegaba la gana.

Bajar las escaleras fue lo más duro, bastaba con pisar mal o apoyar el pie lo suficiente para provocar que el dolor ascendiera rápidamente, al sobresaltarme de seguro también terminaría cayéndome.

Agarré las llaves del carro y salí.

—¿Toy pintado o que carajos?

—No lo estás pero se me pega la gana manejar, ¿qué le hacemos?

—Deja de hacer el pendejo y si ya estás lista, vámonos porque con la pierna así no puedes manejar.

—Puedo.

—No es buena idea.

—Métase en sus asuntos.

—¿En serio tú te va a poner así ahora?

—Ya te dije que conmigo no vas a estar portándote como con todas las demás, trabajamos juntos y hasta ahora pensaba que podíamos ser amigos fuera de lo laboral pero es que siempre encuentras como joder.

—Solo te dije que te ocupes de tus asuntos.

—Eres mío, Emmanuel.—sacudí la cabeza.—Asunto, eres asunto mío,—se cruzó de brazos.—Y la única razón por la que quería saberlo era para minimizar daños pero es que tú...—apreté lo dientes.—¿Qué hiciste?

—No hice nada.

—Está bien, te creo.—pasé por su lado.

—Majo, no.—me agarró por el brazo, alcé la vista para verlo a los ojos y me sentí chiquita.—No es nada que no pueda manejar así que deja de ponerte de esa forma que no es grave.

—Tienes suerte que se me dañó el teléfono porque no iba a tardar ni medio minuto en averiguar.

—No quiero que tenga mas importancia de la que parece.

—¿Qué tanto secreto ah?.—le arrebaté el aparato y sentí como si estrujaran mi corazón, eran screenshoot de tweets que Gus me dedicó en los cuales afirma que ando con Emmanuel y me llama demasiadas cosas (ninguna de ellas fue agradable).

—Yo me encar...—negué con mi cabeza.

—Déjalo...—retrocedí y me obligué a subir las escaleras.

En el tercer escalón apoyé pésimo y caí, mi vista estaba nublada por las lagrimas debido a lo que había visto, pensaba que estábamos enamorados el uno del otro y sentía que era la única persona que me conocía aparte de mis papás pero verlo refiriéndose a mi de esa forma me dolió más de lo que me gustaría admitir.

—¡carajo!.—grité con la voz cargada de frustración mientas golpeaba la pierna herida.—¡ya déjame!.—sollocé.

—Dej...

—¡No!.—grité.—Yo sabía que no debí aceptar esto, pero te dije que si porque pensé que me necesitas para cuidar la imagen que los fans tienen de ti pero lo cierto es que lo que pierdo ni siquiera se acerca a lo que tú arriesgas.

—¿Te molesta?

—Me molesta que una vez más me ves envuelta en un romance falso.

—Lo importante es que tu sabes la realidad de las cosas y los demás que se mamen un bicho y piensen lo que quieren.

—No puedo hacer eso, Emmanuel, si trabajo cuidando la imagen es por esto mismo, demostrar siempre que la moneda tiene dos caras.

—Ya deja de llorar , te ves ridícula.

—Puras mamadas andas diciendo siempre.

—Como digas.

—Solo necesito unos minutos para pensar, necesito cerrar esto antes de que se vuelva más mediático, Gus ni pensó en nada cuando hizo esto .

—Ya olvidate de ese cabrón.

—Pensaba que por fin di con el que pensaba formar una familia, pero miren nada más como ha reaccionado por algo que no es cierto, ni me ha dej.,,—el timbre me interrumpió , me puse algo nerviosa al verlo, estaba bien lindo.—Hola.

—Tenemos un problema que me gustaría resolver si fueras capaz de escucharme.

—Solo quería devolverte lo que me diste en su día.

—Hay muchos recuerdos...

—No quiero ninguno....—las lagrimas recorrieron mis mejillas.

—Arranca pal carajo o yo mismo te planto allá.—le dijo Emmanuel aburrido.—Huelebicho.
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JAJAJAJAJ YAI Y GUS, cuidado

MAJO CURITAS.[ANUEL AA] ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora