CURITAS-016.

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—Estoy confundida.

—¿Tú estás confundida?.—me reí sin ganas.—Paris, te pusiste modo kill bill y te enfrentaste a narcos, todo ello estando embarazada y respaldas por tu papá y un pana de Luar que resulta que no sabes si sientes algo por él, por Luar tampoco, por ninguno de los dos más bien además de tu papá que resulta ser un Pablo Escobar francés mezclado con la Diabla, ay no.—realmente me costaba creer la información que me acababa de dar mi mejor amiga.

—Siento ni habértelo dicho antes pero debía esperar a que el proceso se cerrase, ya liberaron a Luar y le dejaron limpio el historial.

—Eso es bueno mami, espero que tengan la tranquilidad que merecen ya que al parecer y...—me quedé confundida al ver el montón de llamadas perdidas de Frabian.—¿Qué carajos?.

—¿Qué pasó?

—¡Baby!, Emmanuel golpeó unos tipos en la en...—se quedó callado al verme en la pantalla.—¿Sigue odiándome?

—No.

—¿Por qué ella me mira como s...

—¡Lo mataré!.—grité histérica.

—¿A mi?.—preguntó preocupado.

—No, Armando. Es con Emmanuel.

—Dios lo cuide.—susurró antes de desaparecer.

—Sé que estarás enojada pero par de golpes si recibió, intenta ser algo suave.

—Cuida de mi sobrino o sobrina, Paris, dile que su tía debe ir a cometer un asesinato a sangre fría con ensamiento, alevosía y todos los agravantes existentes.—cerré la pantalla del ordenador y salí directamente afuera de la casa.

—¡Cabrona!.—me reí incrédula al ver a Emmanuel bajándose del carro, tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—Han pasado dos dias, Emmanuel , dos.

—También los sentí una eternidad.—negué con mi cabeza cuando hizo el amago de abrazarme.—Estaban jodiendo.

—¿Qué hicieron?

—No te lo voy a decir.

—Entonces no fue por nada.

—Por culpa de las provocaciones de Frabian y tu temperamento andan diciendo que eres una chapi, que te abriste pa mi y te fuiste.—desvié la mirada porque me sentí mal, realmente no esperaba esto, podía entender críticas por hacer mal mi trabajo pero no por algo como eso, elevé la mirada para evitar llorar.—¿Y así querías que no los golpee?

—Pues sí, Emmanuel.—sollocé.—Yo, Dios...—moví las manos descordinadamente.—Me jodí por llegar hasta aquí y están manchando todo mi esfuerzo reduciéndome a un polvo, ni siquiera quiero tu dinero.

—No tienes que decírmelo.

—Sabía que no debí aceptar, llegaron para meterme en esto, me arruinaron y se fueron, ¿quién se preocupa por mi ah?.

—Majo.

—Discúlpate.

—Sobre mi cadaver.

—Emmanuel, hemos trabajado mucho por tu imag...

—Has trabajado mucho más allá de mi imagen y si no paras , te aseguro que llegará el día en que no debas ingeniar milagros porque sabré cargar con mis responsabilidades.

—No me necesitas, Frabian lo dejo claro.

—Le importan los chavos pero no entiende el medio, tu si.—se acercó a mi.—Él no te necesita pero yo sí.—me miró a los ojos.—Pueden hablar de toda la mierda que hay en mi pero na más presta atención cuando hablen de lo bueno, es tu nombre lo que va a sonar.

—Por Dios...—me abrazó por la cintura.—Retira tu renuncia y vuelve conmigo, ¿si?

—¿Vas a disculparte?

—Con ellos no.

—Mejor, no se lo merecen.—comenzó a reír.

—Cabrona...—besó mi frente.—Estás haciendo un muy buen trabajo, que una rata no te haga pensar lo contrario, ¿si?

—No voy a retirar los cargos.

—No lo hagas, tienes todo el equipo legal para ti, hágale pasar un susto a ver si deja de joder por cinco minutos.—su teléfono comenzó a vibrar.

—Pensaba que eran panas.

—Han descubierto par de cosas de Frabian...—chascó la lengua.—Nada de lo que debas preocuparte, yo voy a resolver.

—¿Estás bien?

—No, baby pero que sé yo, el dinero vira a la gente.—me separé un poco.—Me está robando, lo descubrí cuando habló de la seguridad, no gasto chavos en tu seguridad porque es la misma que la mía, vamos para todos lados juntos y no hay que ser licenciado pa entender que sería absurdo pagar dos combis de seguridad.

—Lo siento.—jugué con sus cadenas.—Que feo, igual ese tipo nunca me gustó.

—Yailin tampoco y mira como resultó, tienes un don.

—Estaré por si necesitas que hablemos, ¿si?

—Quiero que vuelvas.

—Emmanuel , yo no...

—¡Es tu trabajo, la embarro y lo arreglas!.—brinqué por el susto.—Seguiré así y cuánto más me dejes caer mucho más va a costarte sacarme a flote.

—Emmanuel...

—¡Puñeta, Majo!.—se llevó las manos a la cabeza.—Es tu trabajo, acábalo.

—Le bajas dos a tu show.

—No lo entiendes, ¿verdad?

—Entiendo que buscas llamar la atención para traerme de vuelta a o como dé lugar.

—A mi no me interesa mejorar para ellos, quiero mejorar para ti.—me quedé callada.—Querina que me viera bien pero nadie se había preocupado por hacer que yo mismo me viera bien, sólo lo querían para la gente y tu llegaste  y me hiciste mejor a mi y nada más por eso mejoré afuera porque el problema estaba aquí.

—Mi trabajo no es el corazón Emmanuel.

—Igual estabas sanando el mío, me estabas sanando a mi, todo el caos que era..

—No soy una clínica de rehabilitación.

—Y yo no soy una causa perdida y estás clara de eso.

—Yo no p...

—Quiero que vuelvas.—susurró.—Probablemente siga dejando salir el caos una y otra vez.

—¿Me estás amenazando?

—¿Funciona?

—Cabrón.—dije riéndome.

(...)

—Necesita entender que están mejorando por si solo.

—¿Hablas del señor controversia por aburrimiento?.—quiso saber Venus.

—Literalmente pelea por diversión.—apoyó Lala.

—Pienso que uno no se abre a cualquiera, si te dijo que estabas sanando algo que ya lo estaba destruyendo de adentro, es cierto.—acotó Paris.—No hay nada mas puro que eso, dejarte ver vulnerable con tal que la persona que quieres conozca lo que sientes por él.

—Yo no puedo salvarlo, no soy Dios.

—No hace falta que lo seas, no hace falta que hagas nada, te necesita a ti.

—Que lo acompañes, que lo aconsejes, quiere tu cariño, tu atención, ¿no es lindo poder sanar a alguien con tan poco?

—La pregunta es, ¿lo quieres sanar?, tu no lo rompiste.

Y si, señoras y señores.

Venus había hecho la pregunta del millón.

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Volvimos por aquí bebés❤️

MAJO CURITAS.[ANUEL AA] ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora