CURITAS-015.

1K 88 8
                                    

—¿Interrumpo?.—me miró mientras seguía masturbandose.—¿Por qué no me despertaste?

—Tenías que descansar.—susurró.

—Si es pa chingar, levántame.—sonrió.—Es como si yo me diera deo' estando tu aquí.

—Ese totito es mío.

—¿Lo es?.—asintió.—¿Entonces no puedo hacer esto?.—me senté cerca suya, llevé mi mano a mi panty y comencé a acariciarme por encima.

—No puedes.—se mordió el labio.

—¿No?.—negó con su cabeza.—Pero quiero hacerlo, se siente rico.

—¿Se siente rico?

—Mucho.

—Ven acá.—jadeó, aparté su mano y me deslicé por su bicho hasta entrarlo completo.—Puñeta, Majo.—se quedó quieto unos segundos.

—¿Viste que si se siente rico?

—Mejor con la perla.—bromeó.—Chíngame, cabrona.

Me tomó por el cuello para besarme, sin interrumpir el beso le hice inclinarse, apoyé mis manos en sus hombros antes de comenzar a moverme encima de él, al principio cerré los ojos pero cuando sus gemidos se hicieron notar los abrí, nuestras miradas estaban fijas en la del otro haciendo el momento aún más mágico.

—¿Te gusta?

—Me encanta, Cabrona.—gemí cuando me dió una nalgada.—Baja más.—obedecí.—Que rico.—otra nalgada más fuerte.—Bésame.—exigió con la voz ronca.

Obedecí a la orden, mis movimientos comenzaron a ralentizarse cuando él comenzó a embestir desde abajo, escondí mi cara en su cuello para ahogar los gemidos hasta que después de un largo rato él también se acopló a un ritmo moderado.

—No te quites.

—¿No?

—No, quiero que lo sientas adentro.—aceleró un poco sus movimientos antes de llegar al orgasmo, cerré los ojos al sentir el líquido caliente en mi interior.

—Puñeta...

—Ya sé, estás a punto...—introdujo para de dedos en mi interior para cumplir la misión, y antes de que pudiera hacerlo.

Ding dong.

—Embuste.—sollocé.

—Shhh...No sabrán que estamos.

—Mmmmm...

—Pero sé discreta, Cabrona.

—Mmmmmm, ya cas...—me tapó la boca en el momento indicado, cerré los ojos tratando de regular mi respiración pero el tipo no cooperaba, comenzó a pasarme la lengua por las tetas.—Emmanuel...—me miró mientras mordisqueaba la derecha.

—¿Segundo round?

—Hay alguien esperando a que abramos la puerta.

—¿Y eso que?

—Ya, deja de mamar teta que no eres un bebé.

—Hasta que llegue el nuestro, a alguien tendrás que alimentar.—se puso su bóxer.—Yo te soy tu lechita siempre que la pides, ¿por qué no puedes hacer lo mismo conmigo ah?

Rodé los ojos, agarré su camiseta y me la puse, bajamos las escaleras y enseguida abrió, fruncí el ceño al ver a Frabian.

—¿Cómo que estás embarazada?

—Cuando dos personas que se quieren mucho h...—lo detuve , por alguna razón me hizo gracia porque comenzó a reírse solo.—Que preguntaera tan estupida desde tan temprano.—Carajo, lárgate.—se agarró el bicho.—Toy bien cargado todavía.

MAJO CURITAS.[ANUEL AA] ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora