Sense | 𝗝𝗟

chapter 17

Pese a cualquier pronóstico me sentía incapaz de alejarme por mi cuenta de Jennie, durante la noche me fue imposible dormir con tranquilidad, en cada mínimo momento recordaba su rostro y en cuál sería el mejor camino a tomar.

La mañana llegó sin aviso, y yo me sentía fatal por no pegar si quiera un ojo en la noche. Me levanté de mi cama y caminé a rastras por el pasillo hasta el baño donde me esperaba una deliciosa ducha caliente. Bajo ella pensé y re pensé en todas las posibilidades y me encontré con una palabra que me hizo ruido de lleno; cobarde. Eso estaba siendo, alejándome por temor a salir lastimada cuando no estaba segura si quiera si esa podría ser una posibilidad.

Si conocía a Jennie, podía ver en sus ojos el mismo amor que se retribuía solo, y si la quería, era un insulto compararla en algún sentido con Dahyun.

Porque ella era dos vidas mejor persona de lo que es ella.

Dahyun me abandonó, es cierto.

Pero yo jamás había visto el amor en sus ojos de la forma en que los veía en los de Jennie y ciertamente ese era mi cable a tierra.

Luego de salir de la ducha, cepillarme los dientes y peinarme, el espejo me devolvió un reflejo lúgubre de mi misma, tenía ojeras y me veía fatal por la falta de sueños y el exceso de problemas.

Tenía una marca roja sobre el hombro y recordé cuando Jennie me la hizo. Solía hundirse en el placer de tal modo que a veces me dejaba una que otra marca dolorosa, sólo ella lograba que de alguna manera el dolor en mí se volviera placentero. Incluso me he replanteado ser switch* si es sólo con ella.

Me coloqué mi bata y caminé hasta mi habitación, allí estaba el traje que me pondría hoy, sobre esa cama que nunca había utilizado con ella.

Es casi cómico pensar que una vez creí que entre más lejos lo tuviera de ella menos me importaría, ahora pienso que si la hubiera usado para hacerle el amor como esa noche en hotel, justo como quería un montón de veces, ninguna duda se habría pasado por mi mente a la hora de ver de vuelta a Dahyun.

Entonces me di cuenta, si ella era capaz de verme de esa forma incluso cuando yo siempre le di un lugar poco favorecedor, cuando siempre la tomé casi como un objeto, y la alejé... Entonces me amaba más de lo que yo merecía. Y era momento de empezar a merecer ese amor.

El motor de mi auto se apagó un momento después de estacionar en la Universidad, tomé mis notas y me dispuse a bajar de él.

Necesitaba ver a Jennie para decirle que al fin había decidido y que quería que ella fuera algo más que sólo mi sumisa.

— Lalisa — Llamó una voz femenina y sentí una mano sobre mi hombro — Necesitamos hablar.

Dahyun se veía como si no habría dormido la noche entera, tenía una expresión cansada y hastiada.

— Ya hablamos todo. Ahora quiero que hables con mi abogado — Ella rió negando con la cabeza y algo de eso me olió mal.

— No me vas a dar el divorcio — Respondió convencida.

— ¿Estás segura? — La desafié y ella se relamió los labios cambiando a una expresión de falsa satisfacción.

— Tan segura como que si no vas ahora mismo y dejas a esa chica, todos aquí se van a enterar de su romance secreto. ¿Ahora, qué pensaría Lee al respecto de que una de sus empleadas esté jodiéndose a su única nieta mujer?

— Tú — Sentí tan ira y frustración que pensé por un segundo en una locura.

¿Acaso estaba chantajeandome?

— ¿Qué quieres? — Demandé ante su amenaza.

— La casa — Ella se acercó y me besó el cuello — Y te quiero a ti, amor. Sé que si me pruebas vas a entender que todo esto es un capricho tuyo porque herí tu ego.

— Nunca. No siento nada por ti — Respondí ignorando el contacto y que su mano se dirigía hasta mi entrepierna, rápidamente tomé su mano y la levanté sobre su hombro mientras la miraba con odio — Destruime si quieres, pero con ella no te metas.

Ella volvió a reír y se mordió el labio inferior.

— Tengo todo previsto en mi mente... A ti te echarán, tu legado quedará manchado y probablemente no puedas volver a ejercer como profesora — Habló ella con aires de grandeza — Igual te veo mejor que a ella. Probablemente cuando Lee sepa que su nieta es homosexual y que encima es masoquista, termine en un instituto de salud mental, en dónde el dolor realmente va a ser poco placentero.

— Eres peor de que pensé.

— Sólo cuando se meten con lo mío. Y tú, amor, siempre serás mía — Ella se alejó— Despídete de ella, quiero que vayas y le digas que ya no la quieres. Que volverás conmigo.

— No puedo hacer eso — De repente todo se volvió un agujero negro y sólo quería desaparecer —.No puedo lastimarla así.

— Pues lo vas a hacer, por que no estoy bromeando Lalisa. Esa chica va a sufrir más si te pones en rebelde.

Asentí y me fui del lugar sin saber cómo diría tales palabras.

Sabiendo que después de eso ella me odiaría para siempre y tendría que quedarme junto a una persona que no amo.

— Quiero terminar esto. Ya no puedo hacerlo más.

Cuando Jennie se fue sentí que mi razón de vivir se iba con ella.

Cada palabra me presionaba el pecho con filo dejando una marca dolorosa, me recargué en el escritorio para evitar derrumbarme porque todo dolía.

Lo peor es que era cierto cuando decía que necesitaba terminarlo, que ya no podía seguir pero no hablaba de nuestra relación, sino que no podía seguir con eso, me dolía verla llorar.

Justo que había decidido elegirla a ella, todo se me daba vuelta contra mí.

Ahora Jennie me odiaba, y no era para menos cuando yo misma lo hacía.

Jamás debí exponerla así. Jamás debí enamorarme de ella sabiendo todo lo que iba a sufrir.

"Lo siento, amor... Algún día vas a entender."