Despedida

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Ella lo guía de nuevo, hasta una parte aún más espesa del bosque, era difícil ver por la pared de vegetación en todas direcciones, por un momento Arthur cree que lo está guiando a su perdición después de haberla desafiado, se supone que era ella quien llevaba el mando de las situaciones y no al revés. Pero las miradas que intercambian en el camino lo hacen dejar ese pensamiento, no había enojo en su expresión, sino quizás un poco de nerviosismo.

Llegan hasta un tronco en el suelo, donde yace un pequeño bulto envuelto en una manta desgastada. Él lo ve curioso en especial al notar el pequeño movimiento.

-Se que será algo inesperado, pero te presento a tu hijo- le dice en voz baja, como temiendo su reacción.

Arthur siente un escalofrío recorrerlo, sabía por simple deducción que el tiempo no cuadraba para nada, por tanto lo que sea que estuviera allí no era humano, sino un ser sobrenatural y quién sabe que clase de monstruosidad. Aún así, llevaba su sangre de cierta forma; y una parte de él, la misma que lo había metido en todo este asunto, sentía curiosidad por ver su apariencia.

-Sabes que nuestra especie toma la energía de los seres humanos para sobrevivir y también tomamos la "semilla" de los hombres para reproducirnos, mi padre me habló del proceso, pero... es la primera vez que paso por él, ni yo entendía lo que me estaba ocurriendo al principio.

-¿Por qué no me lo dijiste de alguna manera? Me habría gustado poder ayudarte en lo que fuera posible- reclama.

-Estaba débil y... tenía miedo. Él... nació hace unos días, se supone que me iría pronto a donde pudiera mantenerlo a salvo, ¿supongo que esto cambia tus planes?

El joven respira profundo y se acerca a la manta. Logra reconocer el cabello negro de Merlín y un rostro bastante tierno, no cuernos, no cola, no escamas, ni nada extraño. Parecía un bebé común y corriente, pero no tenía el aspecto que debía tener un recién nacido, se veía fuerte y sano, por lo que supone que Merlín usaba su energía para dársela a él.

-Siguen siendo los mismos pero con unos pasos extra. Creo que deberíamos irnos juntos, planeo pronto renunciar a mi labor en el sacerdocio. Seguro encontraré otra forma de ayudar a los demás.

-Entiendo, pero yo aún no puedo tomar una decisión...

-El alma de esa niña sigue atándote a este lugar, mientras estés aquí tu también seguirás sufriendo.

-Lo sé, pero no es sencillo, así que si en verdad quieres que esté a tu lado debes darme tiempo y... ¿me harías un favor?

-Si, supongo, si está en mis posibilidades.

-¿Podrías quedártelo por un tiempo? - dice acariciando las mejillas del bebé que Arthur sostiene en sus brazos- No puedo decirte cuánto será, pero espero no sea mucho.

-Entiendo, debes hacer este proceso sola- había algo de tristeza en su voz, pero sabía que era por algo mejor- Por supuesto, me quedaré con...

"no tenía nombre y nisiquiera hablaba"

El relato viene a su mente, sobre aquel hombre y su hija, seguramente deambulantes entre pueblo y pueblo. Temía que ese fuera el destino que le esperaba, pero debía confiar en Merlín y quería que ella también confiara en él.

-Puedes elegir su nombre- dice besando la frente del pequeño- Ahora deben irse.

***

El joven empacaba sus pocas pertenencias en aquella maleta, el pequeño bebé lo observaba atento desde la cama, sus ojos eran violetas como los suyos, pero de noche se volvían color rojo como la sangre.

La puerta se abre y el padre entra en la habitación.

-La primavera es la época de las oportunidades- exclama el pelinegro mientras la expresión de Mordred cambia a una sería, Nanashi lo nota y ríe levemente- Eres aún muy pequeño para saberlo, pero tus instintos te dicen que nuestros clanes son enemigos naturales.

-¿Por qué renunció al cielo y decidió vivir entre nosotros?- pregunta Arthur.

-Por qué me di cuenta que no todos los seres que llamarías demonios, son completamente malvados. Algunos aún tienen esperanzas, al igual que las almas humanas, muchas solo están perdidas.

-Gracias por todo.

-No lo digas como si fuera una despedida, es un hasta pronto y la próxima vez que nos veamos tendrás una corona sobre tu cabeza, su Majestad.

-¿Lo que me dices es verdad?

-Por supuesto, pero no puedo decirte más detalles o el camino puede estropearse, tampoco puedo decirte si volverás a ver a Merlín.

-Ella estará de mi lado, eso lo sé, puedo sentirlo aquí- dice tocando su pecho y sintiendo los latidos de su corazón.

-Te extrañare y me habría encantado tenerte aquí siempre, pero tienes un destino más grande. Se valiente, noble y nunca pierdas la confianza en ti mismo.

Arthur agradece y cierra la maleta, después de un cálido abrazo, coloca a Mordred dentro de un manta y lo ata en su pecho, de esa forma sus manos estarían libres.

-Tu caballo espera, busca el poblado más cercano y trata de conseguir víveres, tu hijo no los necesita, pero a ti se te harán falta.

Arthur se despide de todos en aquel monasterio, monta en su caballo y busca su nuevo destino. Debía ir y venir de vez en cuando, visitar aquel bosque y quien sabe, algún día Merlín estaría allí para irse con él. 

Deseo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora