Un terrible mareo me recibe apenas recupero la conciencia, el lugar está oscuro pero aun así es posible vislumbrar todo a mi alrededor.Intento enderezarme pero un dolor violento me lo impide, no encuentro mi daga por ningún lado, estoy desarmado.
Mi corazón amenaza con salir de mi pecho cuando la puerta chirría, mi cabeza trabaja en segundos y una idea corre por mi mente. Mi mano vuela hasta aferrarse de algo macizo, salgo disparado arrancando uno de los tablones del catre.
Estoy dispuesto a atacar a quien sea que venga del otro lado, no pienso arriesgarme a quedar varado en dios sabe dónde, con dios sabe quién.
Caigo de pie bruscamente, y ese dichoso dolor me recuerda la pelea del callejón. Empleo toda la fuerza que me queda para impulsarme, cuando estoy suficientemente cerca de la puerta, golpeó, alguien sale, no puedo verlo y estoy cayendo.
Impacto de bruces contra el suelo, apoyo las mano en la madera y me giro quedando de frente, el lanza la mano hacia mi y me estampa contra la pared.
-Calmado, mocoso del diablo-Dice a centímetros de mí.
Reconozco esa voz, la reconocería a cientos de kilómetros, en qué momento se haserco tanto como para agarrarme por el cuello.
-No solo te vas sin decir una palabra , me metes en problemas, casi terminas muerto en un callejón donde terminas con huesos rotos, una puñalada y la cabeza partida. Sino que despiertas, después de que te palmaste, a mitad de uno de los barrios más jodidos de Tokio, y lo primero que haces es darme un golpe con una madera. -Gruñe furioso presionando mi cuello como si fuera una prensa. -Te juro que si no tuviera la necesidad de mantenerte vivo acabaría contigo en este mismo instante -amenaza balanceando el dedo libre cada vez más cerca de mi cuello.
No soy imbécil, sé que no puedo moverme, sé que un solo rose me mandaría a la tumba y no estoy dispuesto a morir, no sin terminar primero con ellos.
-Te estoy hablando, mocoso-dice zarandeándome, aplicando cada vez más fuerza-Agradeceria que te dignaras a responder, o mínimamente, hazte un favor y la próxima vez que te despiertes en una habitación desconocida, no te abalances contra tu posible captor con una madera, niño estupido.
-Gracias por el consejo, pero sería mucho más simple entenderte ,si me llegara algo de oxígeno al cerebro. -Logro, murmurar. -Si fueras tan amable de dejarme respirar te lo agradecería- Lo veo Arquear una ceja, como si estuviera indignado por mi petición, está enojado claramente lo está, no puedo fiarme de que no me desintegre, completa o parcialmente en cualquier momento.
No me responde, se limita a mirarme como si pudiera ver dentro de mi cabeza. Se que se está controlando, no soy el primero que trabaja con él, a los demás los mato por mucho menos, pero por alguna razón parece querer que me mantenga vivo, eso debería ser un consuelo, pero con él nunca se sabe que esperar. Aún no afloja el agarre, este evaluando que hacer a continuación, que hacer conmigo.
-Maldito seas midoriya-gruñe, soltadome.
En cuanto lo hace caigo de culo contra el piso, empiezo a tomar bocanadas de aire intentando regular mi respiración. Mi garganta está ardiendo y quemando,cada respiración es como si tragara piedras.
-No me llame así-digo masajeandome la garganta-Sabe que detesto ese apellido.
El no dice una palabra, solo suspira, se acerca y me tira del brazo, no soy demasiado pesado, me levanta con relativa facilidad y me arrastra hacia la cama, obligándome a sentarme. Me mira a los ojos y ase una muca de hartazgo antes de buscar algo en el cajon de la mesita de noche, hay una cajita pequeña de color azul, un pequeño aparato de masajes y un frasco plastico blanco, tiene una etiqueta pero no llego a leerlo adecuadamente, parece medicacion y huele a farmaceutico. Ignora todo esos objetos y toma un pequeño botiquín de emergencia, deja la cajita sobre la cama y toma unos vendajes, algodón y agua oxigenada.
Empieza a pasar el algodón empapado sobre una herida en mi cabeza, lo escucho maldecir lanzando mi pelo de un lado a otro, poco a poco el piso se llena de ceniza mientras tomaba otra venda o algodón que termina hecha polvo. Hago silencio mientras "cura" mis heridas pero luego de un rato grita haciendo que me sobresalte.
-Maldita sea, no puedo con esto, termina tu, no eres tan imbesil como para no poder ponertun e par de vendas-Sentencia, saliendo a pasos furiosos de la habitacio-Y asme el puto favor de quedarte aqui, tuviste suerte de que te encroramos antes que algun otro enfermo.
Asiento rápidamente y cierra la puerta de golpe, como puedo me pongo de pie y agarró un par de vendas y algodón, bueno lo que queda de eso. Escaneo el lugar, hay una pequeña consola, algunos controles y una pantalla. Esta debe ser la habitación de shigaraki, me sorprende que me haya dejado aquí usualmente no me permite siquiera acercarme a la puerta.
Veo un pequeño espejo colgado en una de las paredes, me acerco y escaneo la figura que se refleja en él. Una figura baja, con pelo rizado y revuelto de un profundo verde, mismo color que el de uno de mis ojos, solo uno el otro a tomado un tono rojo, con las pupilas alargadas y un brillo sobrenatural en ellos. Tengo una profunda abertura de uno de los lados de mi cabeza, más abajo, en mi torso tengo una buena cantidad de vendas. Desenvuelvo las vendas con sumo cuidado, las telas se pegaron a mi piel por la sangre, siento que me arrancó trozos de piel mientras tiro de ellas, en estos momentos agradezco mi alta tolerancia al dolor. Con cuidado empiezo a limpiar la herida, no es profunda pero realmente es molesta, cuando termino con ella me concentro en la de mi cabeza, esta es pequeña, y rápidamente está curada y envuelta.
Estoy limpio no tengo la sangre que recuerdo en las manos, tampoco el polvo y barro en mi rostro, solo tengo unos pantalones holgados, no podría ponerme una camiseta, mi ropa es bastante ceñida al cuerpo, la necesito asi para moverse con libertad y se que si me pongo alguna terminaría lastimando las aún más.
Cuando termino, me tomo el tiempo de verme más a detalle en el espejo, no me reconozco, estoy mucho más alto, mantengo mi musculatura, pero no es tan prominente como antes, siendo sincero me siento mejor de esta manera. Tengo algunas ojeras bastante notorias y más cicatrices de las que puedo contar. Hace años que no me miro en un espejo, de niño mi apariencia era el menor de mis problemas, ahora al menos, entre las pilas de papeles y los recurrentes encargos, consigo hacerme un espacio para descansar mi mente, sin esas pocas horas a la semana creo que enloquecería.
E aumentado algunos kilos, la ultima ves era muy delgado, razón por la que mis músculos se marcavan mucho más que ahora, aunque soy consciente de que mi salud en ese tiempo era deplorable, no importaba mi cuerpo, había otros que hacían el trabajo pesado, no se molestaba en darles entrenamiento psicológico ni matemático como a mi, yo no sii demaciado entrenamiento fisico solo lo suficiente para que mi cuerpo aguantara y siguiera funcionando, realmente no extraño esa epoca.
Me reprendo mentalmente por rememorar el pasado, soy consciente de que aquí no es un buen lugar para estar, también de que mi vida pende de un hilo en todo momento, que ante el mas minimo error podrian acavar con migo sin consecuencia alguna. Pero me siento afortunado el jefe al que todos sirven aquí es muy exigente con el trabajo, pero fuera de eso se comportan bien con migo, tengo comida, abrigo y un techo sobre mi cabeza, eso es todo un lujo para los que son como yo y estoy agradecido de que aun me den un buentrato.
Toda mi vida me prpararon para el trato tosco, rudo, a trabajar con hambre sed o frío, a no esperar un buen trato, el simple hecho que me traten con humanidad es algo de lo que estoy muy agradecido.
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Prodigium
FanfictionIzuku midorilla, mejor conosido como Tenshi Kuro, es un joven jenio, que despues de pasar por diversas situaciones termina al cuidado de la liga de villanos. Aunque no comparte los ideales de los villanos, el logra ganarse la confiansa apsolu...