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Me paseo encantado por los estantes repletos de alcatraces, auque me trae mucho malos recuerdos un lugar como este, tiene algo que logra fascinarme y creo que es mas que nada porque cuando termino de ayudar con lo que sea que esa vez me halla pedido me da rienda suelta para aser mis propios experimentos.

aun que el se suele ir mas por el lado de la experimentación humana a mi me parece algo asqueroso e inmoral, mis experimentos suelen irse mas por el lado teórico tengo mil y un inventos a medio construir amontonados al costado de mi habitación y cientos de inventos en mi cabeza.

-¿Como vas con eso?-pregunta el doctor asomandose por detrás mio.

-Masomenos, estoy trabado en esta parte.

Le digo alejándome de mi hoja, tengo la libreta llena de cálculos llevo casi cuatro horas intentando terminar con esto. Desde hase meses estoy con una idea en la mente.

-¿De que son esos cálculos?

-nada importante intento probar una teoría.

Y no le menti es exactamente lo que estoy asiendo.

-No puedo ayudarte, me perdiste a la mitad de todas esas cuentas-me dice antes de alejarse.

Me vuelvo a sentar en mi lugar y sigo concentrado en lo que estaba haciendo. Comienzo a murmurar en voz alta una pequeña manía que nunca logre controlar.

4:30 am

Había logrado que me dejaran quedarme en el var. Después de limpiar un poco la sangre de la mesa y el piso el lugar se volvió un pequeño taller. Me pongo de pie y me sirvo una buena tasa de cafe negro, porfin habia logrado havansar con mi teoria y no correre el riesgo de que toda esta lusides desaparezca mañana en la mañana, para ese entonces empezare a ocuperme de Togata.

Tomo un largo sorbo apoyándome en la pared, mi vista está fija en la gran pizarra abarrotada de cálculos. Tengo restos de cables en todo el piso y una caja de herramientas desperdigadas. busco en mis bolsillos una pequeña libreta, en ella hay algunos dibujos detallados con breves explicaciones y anotaciones, entre armas, trajes y algunos delirios fantasiosos doy con un viejo prototipo de reloj futurista, pienso copiar varios de los cálculos que tengo anotados y se que funcionan. Cuando me acerco nuevamente a la pizarra con un fibron en una mano y el café en la otra las ideas empiezan a fluir de manera espontánea los espacios se rellenan con números pequeños, bocetos y anotaciones.

sonrió satisfecho estoy en esa fase que yo llamo abstracción y mi cerebro parece trabajar incluso mas rápido que mis manos apenas logro terminar una de mis tantas ideas cuando mi cerebro ya esta maquinando otras cinco. Mi cerebro avese era increíble podia ser mi tortura como tambien mi mejor aliado tiene temporadas de trava como tambien de inteligencia sobre natural como haora mismo haveses parece que nisiqueiera pienso mi mente se pone en blanco y mis mans escriben a toda velocidad cada pensamiento antes de siquiera poder poder procesarlo.

-¿No es algo tarde para que tu cerebro decida ponerse a trabajar?

me sobresalto y suelto un chillido mi mente se desconecta y de repente estoy nuevamente en esa habitación presente a esa pizarra y con Shigaraki a pocos metros de mi.

-¿Qué está haciendo aquí?-pregunto con una mano en el pecho como si fuera a ahogarme.

-Eso te lo pregunto yo

-Nada solo intentaba...

-Escaparte-dice-.Siempre haces lo mismo, no tienes los huevos de quedarte y te quedas encerrado en este laboratorio durante horas. LL

-Que necesita.

-Nada estoy aburrido y verte volverte loco con tus cuentas es bastante divertido-contesta en tono burlón-.Continúa, yo estaré por aquí, as como si no estuviera.

Suspiro y hago mi mejor esfuerzo para extraer mi mente nuevamente para continuar con lo que hacía, pero como siempre pasa no consigo nada.

Bufé y caí en mi asiento. Shigaraki estalló en carcajadas, la risa resonó en la habitación.

-¿Ese pequeño cerebro tuyo no está funcionando como debería?-él está apoyado contra la pared, sonriendo como una hiena.

Las manos que usa siempre me ponen la piel de gallina, pero cuando sonríe así prefiero que se las ponga.

-Claramente no lo hace.

El me mira con expresión amenazante.

Mierda... él realmente odia que le conteste. Y mí mente decide recordarlo solo cuando el golpe está a centímetros de mí.

Su puño me impacta en el rostro estanpandome contra el piso.

El sabor metálico, me inunda la boca y la sangre gotea por mis labios.

Su mano baja hasta mí mentón y me apreta con fuerza, obligándome a mirarlo.

-Recuerda tu lugar niño-gruñe-.No somos iguales. No te confundas mocoso-me suelta y se aleja un par de pasos-.No quiero que me vuelvas ha hablar de esa forma.

Me acosté en el suelo, luchando por respirar y tratando de procesar lo que acababa de pasar. Mi cabeza está palpitando y mi cara se siente como si estuviera en llamas. Puedo sentir las lágrimas comenzando a brotar de mis ojos, pero las obligo a bajar. No puedo mostrar debilidad frente a él, no ahora. Lentamente me pongo de pie, limpiando la sangre de mis labios. Trato de mantener mi voz firme mientras hablo.

"Entiendo", le digo, mirando al suelo. "No volveré a cometer ese error".

Shigaraki solo me sonríe, sus ojos llenos de una mezcla de diversión y malicia.

"Bien", dice, pero no me suelta. En su lugar baja su mano asta mi garganta y empieza a apretar con una sonrisa.

Jadeo por aire, ahogándome cuando su agarre se aprieta. El pánico se eleva dentro de mí mientras lucho contra su agarre.

-¡Shigaraki, por favor!-- grito

Él solo se ríe, su agarre sigue siendo fuerte.

Solo cuando mi vista empieza a nublarse me suelta y caigo al suelo, tosiendo y jadeando por aire.

-Lo siento-susurro.

Shigaraki asiente, con una sonrisa cruel en su rostro.

-Bueno.

Se da la vuelta y se aleja, dejándome tirada en el suelo, sacudido y magullado.

A esto me refería cuando decía que nunca sabes cómo podría reaccionar. Hace algunas horas cuando desperté intenté sacarlo, y no le conteste de buena manera. Pero en esa ocasión me soltó. Ahora por un simple comentario casi me mata.

No sé lo que me depara el futuro, pero estoy seguro de una cosa: no estoy a salvo con Shigaraki.

Pero por ahora, no tengo más remedio que soportar su abuso y permanecer bajo su control. Debo tener cuidado con cada palabra que digo, cada acción que tomo. Debo mantener un perfil bajo y tratar de sobrevivir. La idea de escapar cruza mi mente, pero sé que es demasiado peligroso. Solo puedo esperar que algún día, estaré libre de este infierno. Hasta entonces, debo mantenerme fuerte y aguantar. El miedo a la ira de Shigaraki me mantiene bajo control, y rezo para que algún día pueda escapar de sus garras.


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