Capitolo Sette

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Si Lauren todavía fuese humana estaba segura que estaría llorando a cántaros.

Sus ojos infectados en veneno mostrando las lágrimas que con tanta pasión deseaba derramar, encerrada en su habitación soltando sollozos y pequeños hipos por la impotencia.

Los vampiros no podían quedar inconscientes, simplemente no estaba en su naturaleza como no lo estaba el dormir, sin embargo, Lauren estuvo inconsciente. Su cabeza recreando sucesos espantosos y traumáticos, pero esta vez no vió solo partes de la historia, no, vio el cuento completo.

Tenía miedo. En su vida pasada se había convertido en un monstruo y Aro, Caius y Marcus tuvieron que acabar con su vida para que ella dejase de ser miserable y no acabase con otras vidas más.

Se había arriesgado a permanecer en ese pueblo destrozado cuando tenía la oportunidad de sobrevivir solo por su madre, y fue su madre quien la condenó. Pero Lauren sabe que su yo del pasado no se arrepintió y lo volvería a hacer si eso significaba que tenía una pequeña oportunidad de salvarla, ella misma volvería a los brazos de la mujer que la transformó en una come humanos si eso también significaba llegar un segundo antes para salvar la vida de su madre actual.

Pero ahora Lauren no lloraba por su madre difunta y el hecho de que la anterior la haya condenado. Ella ahora lloraba por su miedo.

Aro, Caius y Marcus la habían traído hasta Volterra porque la conocieron antes que ella los conociera a ellos.

Ellos la vieron cuando era un fenómeno maldecido por la luna y acabaron con su patética vida cuando no pudieron ayudarla, y ahora la traen hasta Italia por encontrarse con su alma reencarnada y maldita de una manera diferente, maldita por la muerte al igual que ellos mismos.

Seguro tenían curiosidad porque es poco común que una persona reencarne con la misma alma en el mismo cuerpo, poco común más aún que una persona que murió como un hijo de la luna sea ahora uno de los suyos.

Ella no puede culparlos por su curiosidad, pero si puede culparlos por ser tan cruel al respecto.

Lauren se siente tan traicionada y tan humillada que hace que su corazón duela. Podrían haberle explicado la situación desde el principio y no haberla hecho sentir especial cuando no lo es.

Lauren solo fue una chica promedio que tuvo la mala suerte de encontrase en el momento equivocado en el lugar equivocado, en sus dos vidas. La primera le costó la muerte y la segunda... Está segura de que pronto también.

Lauren llora sin lágrimas por su dolor, entristeciéndose por el hecho de ser utilizada como objeto de observación tan cruelmente. Renata y Corin tenían razón cuando dijeron que no valía nada, que solo era un juguete bonito para ser desechado después.

Ellos solo fueron amables y cariñosos como entretenimiento, un juego de amor por ver quién destroza primero su corazón joven en lo que se aseguraban de investigar el raro hallazgo que era ella misma.

Solo fue un juguete... Solo fue utilizada... Ella solo fue una idiota ilusionada.

Lauren, amor mío, abre esta puerta por favor. - la voz de Aro se escucha desde el otro lado. Lauren solo entierra la cabeza entre sus piernas y trata de acallar sus sollozos molestos.

— Cariño, sabemos que está despierta. Por favor, no nos dejes afuera. - Marcus también estaba junto a Aro, si el sonido de su voz melancólica e incluso podría decirse que más devastada que la de Lauren si hablaba era una pista. Caius también debería estar con ellos.

— Lauren, abre esta puerta ahora mismo si no quieres que la derrumbe. - Caius gritó desde el otro lado junto con varios golpes y Lauren solo deseó no haber acertado en su suposición.

Caius... Espera

Aro reprendió desde el otro lado y Lauren levantó la cabeza de entre sus piernas para ver qué ocurría. El golpe que siguió la sobresaltó tanto como la gran puerta doble de su habitación desprendida de su marco y tirada hecha añicos en el suelo.

Los brazos que la envolvieron provocaron que su cuerpo se tensara solo para relajarse sin razón. El cabello rubio le hacía cosquillas en la cara con la cabeza enterrada en el hombro de Caius.

Cariño, dime lo que está mal - Marcus súplica a su lado, pero Lauren aún está temblorosa, pensando cosas sin sentido y con miedos estúpidos.

Lauren empieza a fosajear, tratando de apartarse desesperadamente de Caius, pero lo único que hizo fue que su agarre se fortaleciera aún más.

Estate quieta. - Caius gruñó y Lauren se paralizó. Sus ojos abriéndose como platos porque Caius nunca usó una voz tan enojada con ella.

Vamos cariño. Dime lo que está mal. - Aro habla cuando Caius por fin rompe el abrazo pero no quita sus brazos sobre ella. Lauren solo niega seguidamente con la cabeza ante la solicitud de Aro, negándose rotundamente a que sepa lo vulnerable que se siente en este momento.

Aro suspira, acercando sus manos al rostro de Lauren, se intenta apartar pero las manos de Caius aún la retienen.

Cuando las manos de Aro por fin tocan su rostro, el suyo se contorciona en una mueca cuando sus pensamientos no fueron lo que esperaba.

Intercambia unas miradas con Caius y Marcus, y suelta un suspiro innecesario.

Oh, cariño. Tenemos mucho de lo que hablar - Aro pronuncia y Lauren comienza a relajarse.

Caius por fin la suelta y Marcus toma su cuerpo inmortal como lo haría con una novia en el día de su boda. Lauren se burla internamente con ese pensamiento.

"Comparación estúpida considerando la situación"

¿A dónde nos dirigimos? - Lauren pregunta con voz chica mientras la llevaban fuera de la habitación.

A la biblioteca, esta conversación es algo que debimos tener hace mucho. Es nuestra culpa no haberte explicado esto antes. - le responde Marcus a Lauren.

Incluso Marcus lo piensa. Te lo dije Aro. - Caius se burla de su hermano quien solo lo mira con mala cara. Lauren no entiende exactamente pero sin importar la situación parece que las ligeras chinchetas entre Caius y Aro no van a dejar de divertirla.

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Bleeding Soul •|Volturi Kings|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora