La vida de Mao Lee era relativamente "tranquila".
Pero todo cambio por la llegada de ese extraño Camaro y la pésima suerte de su mejor amigo Sam Witwicky.
¿Saben el dichoso giro de 360°? Bueno, algo así paso con su vida.
Paso de una vida tranquila a...
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-Por Dios Mao......¡¿Qué sucede contigo, eh?! ¡NO LO ENTIENDO MAO!- Al escuchar aquella voz la chica volteo hacia el lado contrario temerosa.
-¡Otra vez en la comisaría! ¿Esos son los valores que te enseñamos? ¡¿Cómo quieres terminar?! ¿¡QUIERES SER UNA CRIMINAL!? ¡¿QUIERES TERMINAR EN LA CÁRCEl?!- La joven miro al suelo apenada.
Sabía que no debía medirse en problemas otra vez. Ya tenía varios informes por cosas malas que había hecho. Ella iba a controlarse, se lo había prometido a sus padres, pero todo se fue a la borda ayer por la llamada hacia aquel policía.
-......yo no hice nada, además no salimos con un cargo- Un fuerte golpe la hizo saltar de la cama.
Sorprendida, miro a su madre quien alzaba su mano temblorosa. La joven llevó una mano a su brazo afectado algo exaltada.
Su madre le había golpeado.
-¿¡De verdad crees que voy a creer en esos cuentos!?- Mao pudo notar la decepción en su mirada y solo miro al suelo entristecida.
Era la primera vez que su madre le pegaba, nunca lo había hecho....pero en parte tenía razón. La entendía, debía ser duro que uno de sus hijos cometiera el mismo error. Pude notar la mirada de decepción de mi padre y sintio como su pecho se hacía más chiquito.
-Creo que ya es hora de que vayas al internado, no puedo permitir que suceda esto nuevamente, tenemos que darte un alto- Abrí mis ojos en shock al eso.
-¡¿Q-Qué?! ¡No!- La madre alzó su mano deteniéndola.
La puerta de su habitación se cerró duramente y ella termino arrodillándose atónita.
Ella no podía ir al internado, si....tenía la edad para hacerlo pero simplemente era algo que quería, no.
La chica caminó de un lado hacia otro, habían sucedido muchas cosas en tan pocas horas.
Su pecho dolía bastante, ¿cómo era posible que su vida iba a seguir de esa forma? Debía cambiar, ella consciente de eso.
¿Pero porque cometía aquellos actos? ¿Por seguirle la corriente a otras personas? ¿Sentirse mejor?
Revolvió su cabello exasperada y con fuerza suspiro.
Tantas cosas sucedieron ayer que simplemente no pudo procesar lo que había sucedido.
Pero ella estaba completamente segura de algo. Lo que había visto ayer con Sam era real, fue real. No era un invento ni una alucinación por efectos de las drogas.