New (Bumblebee y tu)

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Toda aquella valentía que había tenido la joven se esfumo como el viento. Sus piernas empezaron a temblar y si no fuera poco aquel odioso hombre quien reía con diversión.

-Vamos, no tenemos mucho tiempo- La imponente voz de Optimus hizo que los jóvenes voltearan rápidamente.

El extendía la palma de su mano invitándonos a subirse  en ella.

- Y una mierda - Pensó la joven tensa.

-¡Vamos Mao no te quedes parada como una tonta!- Sam tomo el brazo de la joven y tiro de el llevándola a la mano de aquel autobot.

Optimus levanto su mano hacia la unión de su cuello y hombro, desesperada la joven se aferro fuertemente sintiendo como sus brazos pesaban. Sam y Mikaela no quedaron atrás y se aferraron a la armadura del gran robot.
Sin ninguna advertencia previa, Optimus comenzó a caminar con dos helicópteros rodeándole, el corrió por la carretera impidiendo pisar a los peatones.

-Cálmense, lo tengo bajo control- La voz de Optimus llamo la atención de los presentes pero Mao grito aterrada.

Esto era irreal, simplemente lo era.

- ¿¡Qué mierda pasa con todos!? ¿¡Como carajos mantienen la calma!? - Pensó abrumada.

El cuerpo de la joven se movió bruscamente hacia la derecha, Optimus había dado un giro brusco hacia un callejón perdiendo de vista al helicóptero.
Al saber esto, Optimus camino con sumo cuidado hacia un puente cerca del arroyo, dando un gran salto al interior del puente, usando su altura para sostenerse en los pilares del puente, dejando expuesto su cuerpo al aire.

Mao sintió como su respiración se contenía al ver el suelo, su agarre cada vez se hacía más flojo haciendo que sus brazos temblaran adoloridos. Su corazón empezó a latir con mucha fuerza haciendo que le doliera el pecho, poco a poco empezó a hiperventilar perdiendo el control. 

-A-Ayuda...- No dio tiempo para que los tres respondieran a lo que sucedió.

Mao había perdido el equilibrio y aquel desesperado agarre que mantenía con Optimus había desaparecido.

-¡MAO!- Grito Sam lanzándose hacia delante, tomando la mano de la joven con fuerza.

-¡ESTÁ BIEN, ESTÁ BIEN LO TENGO CONTROLADO!- Grito su amigo tratando de tranquilizar a su compañera.

Pero Mao solo sintió miedo.
Un sentimiento que ya había experimentado múltiples veces en este fatídico día. Fijo su mirada en el suelo haciéndola temblar, sabía como iba a terminar esto y era algo que ella temía.
Unas lágrimas amenazaban por salir de sus ojos, hasta que se rompió en un desconsolado llanto.

-¡TRANQUILA MAO YO PUEDO CON ESTO!- Grito desesperado.

-¡MAO!- Grito Mikaela horrorizada.

Sam grito adolorido ante la gran tensión que Mao le generaba en su brazo derecho, él se inclina sosteniendo a Mao con ambos brazos, tratando de disminuir la tensión. Mikaela corrió detrás de él jalándole de la cintura. Mao con todo su esfuerzo se levantó sobre Sam tratando de subir, pero aquel agarre que ellos mantenían se fue desvaneciendo poco a poco.

-¡Sam!- Grito Mao desconsolado.

-¡NO, JODER NO TE VOY A SOLTAR!

-¡L-LO SIENTO, CADA VEZ ARRUINO LA COSAS!- Grito ella arrepentida.

-¡NO, NO, NO!- Sam intentó tomar de la capucha de su chaqueta pero había fallado.

-¡MAO!- Exclamo Optimus exaltado.

Pero fue inútil, aquel fuerte agarre se había roto haciendo que Mao cayera al vacío. Sam se quedó estático, sus pupilas se dilataron y sintió como todo su mundo se derrumbaba al ver caer a su amiga.

Mao soltó un grito desgarrador, llamando la atención de todos los presentes.

-¡NOOO!- La voz de su amigo se hizo más opaca.

Horrorizada, la joven cerro sus ojos, sintiendo aquella abrumadora brisa que chocaba en ella. Cada segundo era solo un paso más hacia la muerte. Ella no quería morir, tenía demasiado miedo a morir.
Pero la muerte era inevitable para ella, caer de 50 metros de altura no era nada talentoso para nadie.

Sintió como una ráfaga de viento la atravesaba, el sonido de unos engranajes de metal chocando entre sí llenos sus oídos. Un olor de metal quemado llena sus fosas nasales, haciéndola abrir los ojos de golpe. Desconcertada, miro su alrededor y quedo en silencio al ver dos colores conocidos por ella.

Amarillo y negro.

Aquel robot la sostenía con gran delicadeza, como si fuera algo tan delicado que se podría destruir en cualquier momento. Preocupado miro a la joven verificando que se encontraba bien.
Mao no soporto más y se aferró al gran pecho de aquel robot abrazándolo con fuerza, un llanto desconsolado no tardo de aparecer de aquella joven.

-Gracias...gracias...gracias- Agradecía en un hilo de voz.

Bumblebee acerco su cabeza hacia la joven emitiendo un pequeño zumbido de su radio.
Mao limpio sus lágrimas y con miedo miro hacia su alrededor, unas luces brillaron apuntándolos y una docena de autos se amontonaron a su alrededor. Bumblebee acerco más a la joven y escanea su alrededor alerta.

-Bumblebee tienes que irte, ellos te van a hacer daño- Le suplico la joven con miedo.

- No te voy a dejar - Le respondió desde la radio y el dejo en el suelo.

Pero una lanza atravesó el brazo izquierdo de Bumblebee haciendo voltear de golpe, Mao cayo al suelo y rápidamente se levantó asustada.

-¡NO, NO ES MI AMIGO!- Grito Mao tratando de parar a los hombres.

Bumblebee intenta mover su brazo, haciendo que la cuerda lo jale hacia un lado, perdiendo el equilibrio. No retrocedió al ver el helicóptero, quien amenazaba desde los aires.

Sam y Mikaela corrieron a nuestra dirección, pero fueron bloqueados por otros hombres.

-¡Al suelo!- Grito un hombre detrás de Mao.

Sintió como varios hombres la empujaron hacia el suelo bruscamente, llevando sus manos a la espalda. Bumblebee fue forzado a tirarse al suelo con varias cuerdas atadas en sus brazos y en sus pies, mientras unos hombres le rociaban hielo seco en el. Mao intento salir del fuerte agarre de los hombres al escuchar los quejidos de Bumblebee.

-¡El no los está atacando! ¡Por favor basta!- Grito desesperada.

Lágrimas caían de los ojos de la pequeña, frustrada por no hacer nada. Los hombres que la sostenían con fuerza la llevaron a la camioneta sin dejarla decir nada.
Mao no dejo de observar como Bumblebe la miraba con desespero, era un sentimiento mutuo que sentían los dos.

Se sentía impotente....

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¡Hola a todos!

Lamento haber desaparecido así nomás.
¿Saben cómo son los problemas de internet en Venezuela?

Para resumirlo. ... horrible

En fin, aprovecharé al máximo estos momentos de "buen internet" los amo y muchísimas gracias por el apoyo.