007.

1K 134 8
                                    

130 d.c

Una tormenta azotaba desembarco de rey, las palabras de Heleana no habían dejado dormir a Vaegon y la lluvia no lo estaba ayudando mucho.
Escucho un golpe en la puerta y pensó que se lo había imaginado pero cuando este se repitió con más fuerza, se paró de su cama para ver quién lo busca a altas horas de la madrugada.

-Aemond?- eso no se lo esperaba.

- La lluvia no me deja dormir.

- ¿Quieres pasar?- el rubio asintió. Abrió la puerta por completo para dejarlo entrar y así lo hizo.

-Tu tampoco podías dormir? Dime que no te desperté- aún estaba parado en la puerta, mientras el peli negro volvía a la cama.

-Estaba despierto- se acomodó entre las sábanas- ven aquí, está haciendo mucho frío para estar fuera de la cama.
Con un poco de duda se acercó hasta la cama y se acostó quedando frente a frente con Vaegon.

-Por qué no podías dormir?- susurro el mayor.

-Te vas a reír si te cuento.

-Solo dime.

- Yo... me dan miedo los truenos- y como dijo antes Vaegon no puedo evitar reír- esto es en serio, deja de reírte- justo en ese momento se escuchó un trueno por todo el castillo, sobresaltado al platinado y haciendo que se acerque más al peli negro, el cual no perdió el tiempo y lo envolvió entre sus brazos.

-Tranquilo- empezó a dejar caricias sobre su cabello- Nada te pasara mientras estés junto a mi.

- De verdad tienes que irte?

-No quiero dejarte ni a ti, ni Heleana, pero también tengo otra familia que me espera y ansío verlos.

-Aegon va ha estar insoportable.

-Solo ignorarlo, dedícate hacer tus cosas. Puedes prometerme algo?- asintió- no confíes en Aegon y cuida a Hela por mi, si?

-Te lo prometo- levanto su cabeza para mirarlo a los ojos- Tu viaje no será muy largo, cierto?

-Solo serán un par de lunas.

-Esta bien- se acurruco buscando estar más cerca del mayor si es que eso era posible.

No tardaron mucho en caer dormidos disfrutando del calor del otro. Porque eso es lo que necesitan los dragones calor para convertirse en fuego y arrasar con todo a su paso.

🔥.

A la mañana siguiente Vaegon se despertó con Aemond dormido sobre su pecho, con mucho cuidado se levantó de la cama y volvió a tapar al rubio con las sábanas. Se dio un baño rápido y se vistió y antes de salir por la puerta dejó un beso sobre la frente del ser que dormía plácidamente en su cama.

Caminaba por los pasillos solitarios pues era bastante temprano, llego a los establos donde uno de los caballos lo esperaba para ir al pueblo, pues tenía algunos asuntos que resolver antes de su viaje.

El trayecto por el pueblo duro algunos minutos, cuando llego a la casa que buscaba, bajo del caballo y dejo un par de golpes en la puerta.

-Buenos días príncipe.

- Buenos días, dígame que ya tiene listo mi pedido.

-Asi es, permítame un segundo- el anciano volvió a entrar a la casa para volver a salir unos segundos después- Aquí esta- Vaegon tomo las piezas para observarlas a detalle, quedando satisfecho con el trabajo.

El Deseo Del Dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora