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Narra Langa

Me puse muy nervioso al ver aquel edificio, tenía un aura tenebrosa, también tenía muchas grietas y ventanas rotas como si se fuera a derrumbar en cualquier instante. Eso sin contar que había criaturas con intención de matar adentro.

Aún con los nervios y temblores que tenía decidí entrar, necesitaba acabar con todas las criaturas que había en ese lugar antes de que el virus se expandiera por todo el país. Lo peor es que aún no sabía si había salido alguna o no.

Entré intentando no hacer ningún ruido, escuché un sonido detrás de mi me di la vuelta y apunté con la metralleta, cerré los ojos y sin pensarlo disparé, al abrir los ojos vi algo que estaba temblando en el suelo. Me acerqué sin dejar de apuntar, empecé a temblar todavía más. Era uno de los que había enviado, la bala le dio en el hombro y no paraba de sangrar, me agaché e intenté tocarlo pero me intentó morder. Me levanté rápidamente y empecé a disparar muchas balas, al rato se me acabaron y agradecí haber traído más de repuesto. Ya estaba muerto, me acerqué otra vez, está vez sangraba mucho más.

Me levanté y caminé por un pasillo largo que había, subí unas escaleras y ahí lo escuché, escuché sollozos y gritos de un chico, pero también había más de esos ruidos que hacían aquellas criaturas. Me asomé por una esquina de una pared y vi más o menos ocho de ellos, también vi una celda, de ahí venían los gritos y sollozos. Las criaturas estaban intentando entrar a la celda, posiblemente para matar al chico que había ahí dentro.

Decidido, me acerqué y empecé a disparar bala tras bala, se me acabaron y aún quedaban algunos vivos, se me acercaron pero rápidamente saque otro recambio, ya solo me quedaba uno, así que debía aprovecharlo bien. Mate a los que quedaban, aún así se me escaparon un par de ellos que se fueron hacia el otro lado, empecé a respirar agitadamente.

Cuando me calmé me acerqué a la celda y vi a un chico, aparentaba tener mi edad más o menos. El estaba mirando el suelo lleno de sangre después me miró a mi, parecía enfermo, tenía muchas ojeras y llevaba una bata de hospital, se le veía muy asustado. Estaba echado en suelo intentando apoyarse con un brazo sobre el suelo, estaba temblando.

Lo miré con pena, pensé que sería uno de los pobres chicos a los que usaban como ratas de laboratorio en este sitio, el pobre estaba aterrado, normal después de haber visto algo como lo de antes.

Me agaché y hablé.

- Hola... - no me respondió, solo me seguía mirando fijamente - soy Langa, no quiero hacerte daño, ¿tu cómo te llamas? -.

El chico tardó en responder, al final le vi mover la boca intentando decir algo.

- Reki... soy Reki - le sonreí.

- Vale Reki, espera aquí un poco, iré a buscar algo con lo que abrir la celda - el chico se me quedó mirando mientras me iba.

Fui andando de un lado a otro, al final vi una mesa con varias llaves, las cogí y fui a probar si alguna de ellas era la que abría la celda

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Fui andando de un lado a otro, al final vi una mesa con varias llaves, las cogí y fui a probar si alguna de ellas era la que abría la celda. Corrí a la celda de Reki, por suerte no me encontré con ninguna de las criaturas.

Al llegar probé con varias llaves, Reki solo me miraba, parecía más tranquilo, después de probar unas cuantas di con la correcta. Abrí la cerradura rápidamente y le extendí la mano a Reki para que se levantara, el solo se quedó mirando mi mano. Al cabo de unos segundos me di cuenta de que tenia un tobillo de un color morado, lo tenía roto, maldije a todo. Me agaché, rompí un cacho de mi camiseta y se la até al tobillo. Me puse de espaldas y le dije que se montara.

- Reki, montate en mi espalda, no creo que puedas andar bien - el solo me obedeció y se subió sin decir nada. No pesaba mucho así que pude correr bien. No me encontré con ninguna criatura de nuevo.

Al salir me quedé sorprendido por lo que vi, desde aquí se veía toda la ciudad. Vi que había fuego en muchos sitios y gente corriendo hacia todos lados, supuse que aquellas criaturas habían llegado ya a la ciudad.

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Tampoco se, renga canon.

Tampoco se, renga canon

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𝔸𝕡𝕠𝕔𝕒𝕝𝕪𝕡𝕤𝕖 // 𝕣𝕖𝕟𝕘𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora