Narra Langa
Decidí quedarme con Reki aquí arriba y pensar en que hacer cuando regresaramos a la ciudad. También me aseguré de que no hubiera más zombies de esos en el laboratorio.
Me eché en la hierba al lado de Reki, que estaba sentado y cerré los ojos. Pude notar su mirada en mi.
- ¿Que pasa? ¿No sabes hablar? - le pregunté sentándome.
Solo me siguió mirando.
- Si se - apartó la mirada.
- ¿Entonces por qué no hablas? Llevamos ya como una hora juntos y lo único que te he escuchado decir es eso prácticamente -.
- No lo sé - me lo quedé mirando.
Al rato me entró hambre y fui a mi coche a ver si tenía comida. Saqué unas piezas de fruta y me volví a sentar junto a el.
- ¿Quieres? - le ofrecí una manzana.
- Si, por favor - agarró la manzana y le dió un mordisco. No tardó demasiado en comer la manzana, debían de gustarle mucho.
Hice una hoguera con varios palos que encontré y saqué una manta del coche, hacia un poco de frío. Me volví a sentar a su lado y lo tapé al igual que a mí. Al ver esto me miró y sonrió, su sonrisa era linda.
- Dime Reki, ¿que hacías en un lugar como ese? Y encima en una celda con un tobillo morado... -.
- No me gusta demasiado hablar de ello - apartó la vista de nuevo.
- Tranquilo, puedes confiar en mí - agarré su mejilla para que me mirara, al darme cuenta de lo que hice aparté la mano rápidamente con un sonrojo muy notorio - perdón... -.
Reki se rió - llevo ya un tiempo en el laboratorio, no se cuánto precisamente. Mi padre trabajaba allí, un día se ve que rompió una máquina muy valiosa y su jefe le dijo que tenía que pagarla pero no tenía el dinero necesario así que me ofreció a mi, su jefe le dió el visto bueno. Llegaron a mi casa cuando yo estaba con mi madre y mis hermanas, las mataron y me llevaron allí. Creo que ya hará unos tres años de eso pero no lo sé -.
Lo miré con pena, eso debió de ser muy duro para el. Pasé mi brazo por su nuca y el otro por su cuello. Lo pegué más a mí y le acaricié el cabello suavemente.
El tardó en reaccionar pero al final puso sus manos en mi brazo y se acurrucó más a mí lado. Ya era muy tarde y ambos teníamos sueño pero decidí quedarme despierto por si algún zombie aparecía.
Ya estaba amanecido, serían las siete de la mañana más o menos. Reki seguía dormido y me dió pena intentar despertarle.
Escuché un ruido y me puse a la defensiva, me quité con cuidado del lado de Reki para que no se despertara y cogí una pistola. Apunté al lugar donde había escuchado el sonido y esperé a ver si se escuchaba otro.
De repente apareció alguien muy rápido, disparé pero lo esquivó. Pude ver por el rabillo del ojo como Reki se despertaba y se sentaba del susto.
Cuando me centré otra vez en la cosa de enfrente vi a una persona, no parecía un zombie.
- ¿¡Se puede saber qué haces!? - era un chico pelinegro de ojos verdes - ¿¡Que hubiera pasado si de verdad me hubieras dado con esa bala!? -.
Reki se levantó y se puso detrás de mí.
- Lo siento, pensé que eran un zombie de esos... -.
- Claro que no, todos ellos están en la ciudad, subí aquí a refugiarme -.
Me lo quedé mirando y luego me volteé para mirar a Reki, el también me miró.
- Y... ¿como te llamas? - le pregunté.
- Soy Miya Chinen, ¿vosotros quiénes sois? -.
Le contamos todo y hablamos un rato con el, decidimos que se podría quedar con nosotros. Era un poco borde pero era alguien en quien se podía confiar.
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La verdad no me gusta mucho esta historia y estoy pensando en dejarla, ya veré lo que hago.
Renga canon.
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𝔸𝕡𝕠𝕔𝕒𝕝𝕪𝕡𝕤𝕖 // 𝕣𝕖𝕟𝕘𝕒
FanfictionLanga Hasegawa, un chico de veinte años y líder de la Mafia, ve por la televisión sobre un experimento científico que ha salido mal, se está propagando un virus que al parecer hace que las personas se conviertan en zombies. Sorprendido, Langa decide...