Langa Hasegawa, un chico de veinte años y líder de la Mafia, ve por la televisión sobre un experimento científico que ha salido mal, se está propagando un virus que al parecer hace que las personas se conviertan en zombies. Sorprendido, Langa decide...
Abrí los ojos poco a poco, veía borroso, no había dormido mucho en toda la noche, ¿debido a qué? Ayer terminé teniendo sexo con Reki. Claro que intentamos no hacer ruido, al fin y al cabo había más personas en la casa. Después de besarnos nos dormimos, pero a las dos horas me despertó diciendo que no podía dormir, y una cosa llevó a la otra.
Lo primero que vi fue la espalda desnuda de Reki, sonreí y me acerqué a él, abrazándolo por detrás y besando su hombro. El gruñó en respuesta y se dió la vuelta abrazándome también y poniendo su cara sobre mi pecho, volví a besarlo, pero está vez en la cabeza.
- Buenos días - le dije observando como levantaba su cabeza y me miraba con cara de sueño.
Me besó y sonrió - buenos días -.
Nos levantamos, poniéndonos de nuevo la ropa y saliendo de la habitación para ir junto a los demás, ellos ya estaban despiertos.
- Buenos días dormilones - dijo Koyomi nada más nos vió pasar por la puerta.
Reki corrió hacia ella y la abrazó.
- Encontré café, ¿quieres? - me preguntó Shadow.
Asentí y fui hacia el baño.
Después de desayunar todos, nos pusimos a planear que hacer para salir de aquí, ojalá poder utilizar la cura pero solo había un poquito, y no nos valdría para curar del todo el el virus.
- ¿Y sí robamos un avión y nos vamos a otro país en el? - propuso Miya. Todos nos lo quedamos mirando, hubo un rato de silencio.
- ¡Que buena idea! - contestó Reki emocionado.
- ¿¡Que!? ¿¡Como vamos a hacer eso!? ¿¡Sabéis manejar un avión alguno!? - gritó Koyomi.
- Yo si - dijo Shadow levantando la mano.
- ¿Tu si? - preguntamos todo a la vez.
- Si, trabajé unos años como piloto de avión, aún que hace como tres años que no manejo uno -.
- ¡Decidido! ¡Buscamos un aeropuerto y nos vamos! - gritó Reki aún más emocionado.
- ¿Y donde vamos a encontrar uno? Ni siquiera sabemos dónde estamos, no hay ningún cártel en este lugar donde ponga el nombre - dijo Miya.
- ¡Pues de la misma forma que encontramos a Cherry, buscando y buscando! - todos nos quedamos en silencio al recordarle.
- Bueno, si... - contesté para romper el silencio incómodo que había.
Todos decidimos recoger nuestras cosas y salir de la casita.
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Narra Miya
Estuvimos caminando por un buen rato, pero no había nada, encontramos algún zombie que venía a atacarnos, pero enseguida nos lo cargamos.
- ¡Creo que ya sé dónde hay un aeropuerto! Ahora que me fijo puede que haya venido una vez aquí con mis padres, no me acuerdo del nombre de la ciudad pero creo que si hay una aeropuerto - hablé mirando a todos con entusiasmo.
- ¡Ese es mi niño! - Reki se acercó a mí a abrazarme y hacerme cumplidos.
- ¡Suéltame! ¿¡Como que niño!? ¡Ya tengo diecisiete! - grité intentando zafarme de su agarre y finalmente alejándome de él - seguidme - miré a Reki con cara de pocos amigos.
Todos asintieron y me siguieron. Después de caminar algunos minutos, se podía ver un aeropuerto a lo lejos.
Vi por el rabillo del ojo como Reki se estaba acercándose a mí con intención de abrazarme de nuevo, lo esquivé, provocando que cayera al suelo de cara. Se sentó tocándose la nariz con dolor y mirándome mal.
Todos empezamos a reír, excepto Langa que se acercó a él preocupado para ayudarle.
