Mi prima es el diablo

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Un olor delicioso me hizo despertar, sentía que la cabeza estaba a punto de estallar y moría de sed.
Me muero de vergüenza al recordar cómo me porte anoche. Me levanto y al hacer el más mínimo movimiento las piernas me duelen.
-¡Arg, joder! ¿Por qué lo hice?
Mi ropa estaba en una silla, con todo y el dolor tuve que ir a por ella.
Cuando logré vestirme salí de la habitación. Me detuve en el pasillo al escuchar risas y la voz de Hunter. Caminé más hasta llegar a la sala de estar, en la cocina estaban él y las bailarinas sentados en la barra.
-Hola sol -dijo Hunter.
-Buenos días.
-¿Días? Son las dos de la tarde.
Maldición, tenía que prepararme para el sermón que seguro mis padres me darían.
-¿No dijiste que se llamaba Charlie? -preguntó una de las chicas.
-Bueno, se llama Karla los demás le dicen Charlie pero yo le digo sol.
No comprendía ese apodo que me había puesto y no me gustaba.
-Oh, mucho gusto Charlie, ven ¿quieres comer? Debes estar hambrienta.
-No, gracias debo irme.
-De eso nada sol, tienes que comer. ¿Tienes mucha resaca?
-No, estoy perfecta.
-Hola Charlie, me alegra verte aquí.
Me di la vuelta y vi a Sophi, Hunter comenzó a reír al ver mi cara y yo quería esconderme debajo de la mesa o meter llama cabeza en el refrigerador.
-Ayer ya no te pude presentar a mis chicas -dijo él.
-¿Tus chicas?
Cínico
-Sí, mira ella son Zafiro y Esmeralda mis hermanas a Rubí ya la conoces.
¿Hermanas? Y yo que había pensado mal, sonrió y las saludo pero mi incomodidad y pena no se van, al contrario.
-¿Puedes llevarme a casa Hunter?
-Claro, voy por las llaves ¿me ayudas a buscarlas?
Me mira queriendo decir algo y entiendo que es.
-Sí, yo te ayudo.
Camino tratando de disimular mi dolor y lo sigo hasta llegar a la recámara.
-¿De qué quieres hablar?
Se acerca a mi en grandes zancadas y me toma del cuello, choca sus labios con los míos en un acto desesperado, el beso es intenso y maravilloso. Lo agarro de la cintura y lo pego a mi cuerpo, se separa de mi jadeando y recarga la frente en la mía.
-Esto no se puede volver a repetir.
-Lo sé, lo tengo muy claro.
Asiente y traga, se separa de mí y da la vuelta para coger las llaves.
-No, yo puedo irme sola no hay necesidad de que me lleves.
-Escucha, de verdad quiero que seamos amigos. Lo que pasó anoche no cambia nada.
-Ya te dije que lo sé.
No me dolía porque era algo de lo que yo ya sabía. Tocó mi mejilla y sonrió, di la vuelta y caminé a la salida. Me despedí de las chicas y esperé a que Hunter saliera, se demoró un poco y cuando lo hizo rápido se subió y me llevó a casa.
Durante el camino me sostuve de sus hombros, no estaba dispuesta a ser la otra ni mucho menos a convertirme en una rogona. Sólo había sido una noche de copas y ya.
Me bajo de la moto dolorida, el sonríe y le doy un golpe en el hombro.
-¿De que te ríes? Estoy así por tu culpa.
-¿Te lastimé? -dice alarmado.
-No, no me lastimaste, fue... mejor me voy, tengo que enfrentarme con la Santa Inquisición.
-Está bien, cualquier cosa llámame ya tienes mi número.
-Sí yo... -busco en las bolsas de mi pantalón el celular y recuerdo que se lo quedó Logan.
-¿Pasa algo? -pregunta.
-No, nada está bien yo te llamo.
Me doy la vuelta y camino hacía dentro, abro lentamente la puerta de atrás y camino sigilosamente para no llamar la atención pero me encuentro en la cocina con Frida, me observa y confieso que me da un poco de culpa pero inmediato desaparece.
-¡Ya llegó Charlie! -grita y le pido que se calle-. ¡Tía está aquí la fugitiva!
-Cállate por favor Frida.
Sigue gritando hasta que aparece mi madre, furiosa.
-¿Dónde estabas?
--Yo... fui a correr.
--¿Desde anoche? Tú prima se dio cuenta que no estabas y nos avisó, no contestabas el celular ¿me puedes decir porque?
Miro a la traidora de mi prima que sonríe y muerde una manzana.
--Salí con unos amigos.
--¿De nuevo? ¿Vas a volver a lo mismo? Por esto era que me oponía a que regresaras a clases. Estoy harta que te compartes así Karla.
--¿Así cómo? ¿Vas a volver a compararme con Frida?
--Cómo sea tu prima respeta esta casa.
--Eso crees tú ¿sabes qué? Yo también estoy harta de todo esto, viven comparandome con ella cuando ni siquiera la conocen la mitad de lo que yo, ¡ya estoy grande y sé lo que hago!
--Déjame decirte que no es de grandes salirse a escondidas en la noche Karla, o te comportas o...
-¿O qué mamá? -la interrumpo sabiendo lo que va a decir.
-O te vas de la casa.
--No te quieras desquitar conmigo Charlie, yo si me porto bien.
Doy un grito de frustración y me abro paso a las escaleras.
--¡Todavía no termino Karla!
Grita de nuevo mamá pero la ignoro y subo como puedo las escaleras, azotó la puerta y me tumbó en la cama boca abajo tapando mi cabeza con la almohada.
En ese momento me hubiera encantado gritarle a mi madre todas las idioteces que cometía mi prima, pero para que me hacía tonta: me faltaba valor.
Cuando escuché de nuevo la puerta maldije de nuevo pensando que seria mi madre, pero me sorprendió con una nalgada que me dolió hasta el hígado. Doy un grito y me levanto, Frida carcajea y cierra la puerta.
--Ahora sí, dime todos los detalles.
--¿De que hablas?
--Me di cuenta como caminabas ¿con quien te acostaste?
--Con nadie, alucinas.
--Entonces tendré que decirle a los tíos mis sospechas.
--Deja de chantajearme.
--Entonces dímelo.
¡Con tu novio perra!
Quería gritar pero no lo haría, no quería verme como ella, una completa zorra.
--¿Entonces?
--Con alguien que conocí ¿contenta?
--No, quiero escuchar su nombre.
--Se llama... Logan.
-¿Logan? Mm, suena varonil pero dime... ¿Como la tiene?
--Deja de joder, largo de aquí.
Le lanzo la almohada y gracias a Dios sale de mi habitación, me doy una ducha que me relaja y al salir me quedo completamente dormida.
Al despertar ya era de noche, el dormir me había servido ya que el cansancio había disminuido un poco. Me levanto a prender la luz y de nuevo entra Frida, está vez furiosa.
-¿Qué te pasa? -pregunto con el menor interés posible.
Se acerca a mi, grita y me sorprende con una bofetada que seguro se escuchó hasta París.
-¿Con que Logan? ¡Eres una maldita perra Karla!
--¿De que hablas? -toco mi mejilla y sobo.
--No te hagas la maldita hipócrita, te vieron ayer tomada de la mano de mi hombre, y después en su moto ¡donde yo sólo me puedo subir!
Me quedo sin habla, no contaba con esto. Arremete contra mi y empieza a golpear mi cabeza, nunca la había visto así. Como puedo me alejo jadeando.
--Te mintieron, yo no haría eso.
--¡Zorra!
Corre hacía mi pero esta vez no me voy a dejar, tropieza con un zapato y se pega en la frente con el buró. Comienza a gritar y llorar, mientras yo moría de risa.
--Eso te pasa por loca, ya te dije que yo no...
--¿Qué pasa aquí?
Pregunta mi padre, entra y al ver a Frida en el suelo deduce lo que estaba pasando.
--¿Qué le hiciste a tu prima Karla?
--Yo no le hice nada, ella se puso como loca.
--Tío, estoy destrozada. Hoy cuando llegó Charlie me contó que perdió la virginidad y me acabo de enterar que lo hizo con mi novio.
¡Hija de puta!
Pero eso me pasaba por estúpida, por no haberla delatado cuando pude. Bajé la mirada y suspiré tratando de contener las lágrimas, eso era lo que Frida quería y yo no iba a darle el gusto.
-¿Qué está pasando? -entró mi madre y supe que estaba perdida.
--Charlie pasó la nnoche con mi novio tia.
Frida se levanta y corre a abrazarla.
--¿Qué? ¿Es cierto eso Karla?
--Si te digo que no ¿me vas a creer?
--Ya estamos hartos de tu actitud Karla.
--Yo también estoy harta papá ¿y sabes qué? No tengo por que soportar esto.
--¿De que hablas?
--¡Me largo de aquí! Lo ves madre, no tuviste que correrme.
Limpio una lágrima con todo el coraje que tengo.
--¿A dónde crees que vas Karla? ¡regresa aquí!
Grita papá, mi madre viene atrás de mi gritandome, al abrir la puerta entra el abuelo pálido y sorprendido por la escena.
--¿Qué pasa? --pregunta pero también lo ignoro.
Salgo corriendo, sin querer saber nada más de ellos.
Amaba a mis papás, pero No aguantaba que la quisieran más a ella que a mí, sólo por ser huérfana.
Sin dinero ni celular caminé pensando en alguna solución, no iba a regresar ahí auque me rogaran.
Pasé por una tienda y observé las donas glaseadas, me di cuenta que no había comido nada en todo el día. Toque mi vientre vacío y por un momento pensé en mendigar pero segui caminando.
Para mi maldita suerte comenzó a llover, grité al cielo aunque agradecí también porque así mis lágrimas no se notaban. Caminé sin rumbo por la acera hasta que el claxon de un auto me hizo brincar. Era Sophi, sonreí y seguí caminando pero siguió insistiendo con el claxon.
--Sube, te enfermaras.
Le tomo la palabra y corro a si coche, abre la puerta y me subo. Me apeno porque estoy empapada y ella lo nota.
--No te preocupes, se secara. ¿A dónde te llevo? Me sorprende que estés sóla y en la calle con esta tremenda lluvia.
Me quedo callada y empiezo a sollozar.
--Tienes problemas.
--¡Mi prima es el diablo! --grito, ella se detiene y me abraza.
--Tranquila cariño, puedes quedarte en casa.
--No, no quiero molestar.
--No molestas al contrario, nos caiste de maravilla. Vamos a casa, te cambias de ropa y tomas una taza de chocolate caliente.
Me da un beso en la frente y regresa al volante.
Al llegar a su casa les conté lo que había pasado, Oscar llegó y al verme de quedó sorprendido.
--Charlie ¿qué haces aquí?
--Charlie se va a quedar a vivir con nosotras.
--¿En serio? Me da mucho gusto.
--Gracias, será sólo por un tiempo.
Detrás de él entró Hunter, ni cuenta se dio que estaba aquí. Se sentó en un sillón apoyando los codos en las rodillas y frotándose el cabello.
--El tiempo que sea, eres bienvenida.
--Gracias.
En cuanto hablé Hunter levantó la cabeza y me miró confundido.
--Será mejor que te cambies de ropa Charlie --dijo Sophie.
Hunter tenia la mandibula tensa, se levantó y fue directo a mí. Me agarró fuerte del brazo y me arrastró hasta el cuarto.
--¿Qué te pasa? --Pregunto.
--¿Por qué se lo dijiste a Frida?
--Yo no lo dije nada ¿también te convenció con sus lágrimas baratas?
--Sólo lo sabíamos tú y yo.
--Alguien nos vio anoche, yo no se lo dije ya estoy harta que siempre le crean a ella y no a mí.
Salgo del cuarto azotando la puerta y voy afuera, él me sigue, me da la vuelta y me abraza mientras sollozo en su pecho.
--Perdón, perdóname sol te creo.
--Por su culpa tuve que irme de mi casa, les dijo a mis papás que perdí mi virginidad.
--Tranquila, ya pasó.
--No sé que voy hacer.
Me separé de él, limpio mis lágrimas y sonrió. Seguía lloviendo y ahora estaba más empapada que antes y él también pero parecia no importarle.
--Aquí estoy, y te voy a apoyar en todo lo que pueda.
--Gracias --susurro.
--Terminó conmigo.
--¿Qué?
--Como lo escuchas, me dijo que era un hijo de puta y que me iba a matar. Aún no escucho bien de este lado.
Sonrío y toca con el pulgar mi labio.
--Así te vez mejor, sonriendo.
Susurra y me cuelgo de su cuello, me separo lentamente y nuestros labios rozan.
Para estar muy enamorado de Frida parecía no importarle mucho, bajó la cabeza y me besó, lento sin prisa ni tiempo.
Siempre había visto en las películas que los besos bajo la lluvia eran muy románticos y ahora le daba gracias a Frida porque en ese momento lo estaba comprobando.

Mi precioso problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora