El primer dia del resto de mi vida

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Estamos todos desayunando tratando de seguir con nuestra vida normal después del intento de robo de anoche. Aún me tiemblan las piernas al recordar lo ocurrido.

— ¿Lograron averiguar quién fue? —. Le pregunto a mi padre.

—No, están aún en eso. Ya sabes, la incompetencia de la policía es increíble.

Me quedo callada ante su respuesta, parece estar tranquilo, caso contrario el de mi abuelo Michael. No deja de ver el plato de su desayuno ido.

—Abuelo ¿Estás bien? —pregunto. Levanta la mirada y finge una sonrisa.

—Todo esto me tiene un poco alterado mi niña. ¿Y Frida?

—Aquí estoy, no me extrañen tanto —. Mi prima aparece con una gran sonrisa.

Ella es hermosa, tiene una cabellera negra muy larga y suave. Además de un cuerpo bien trabajado a causa de horas y horas en el gimnasio. Yo soy todo lo contrario a ella, si bien estoy delgada pero no tengo un cuerpo escultural como ella, mi cabello es exageradamente rizado y por lógica poco manejable.

En la adolescencia fue mi gran dolor de cabeza.

— ¿Estás lista para tu primer día en la Universidad Karla? —, me preguntó Frida.

—Sabes que lo he estado esperando desde mucho.

—Pues vamos, se hará tarde.

Tomó la mitad de su jugo de zanahoria y jalo mi brazo.

Me levanto de la mesa, les doy un beso a mis padres y al abuelo.

—Nos vemos más tarde. —Me despido de ellos con la mano.

-—Suerte en tu primer día amor.

Me dice mi madre, voy  afuera donde Frida se besa con Gerad, el chofer. Me aclaro la garganta y rápido se separaran.

Durante el camino no dijeron nada, ella se acomodaba el cabello mientras él fingía estar concentrado: y digo fingía porque de repente lo sorprendía verla por el rabillo del ojo. Aburrida saco mi iPod y me pongo los audífonos para escuchar la tonta lista de reproducción que tengo.

Llegamos, todo es tal cual lo imaginé. Cientos de alumnos caminan de un lado a  otro, unos ríen, otros corren de prisa y no faltan los malhumorados que rogaban por cinco minutos más en la cama.

Espero afuera de la camioneta mientras Frida se despide de Gerard, pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos.

La estructura es gigante, parecía algo así como un castillo. El Kings College era una de las universidades más prestigiosas de Londres y del mundo. La puerta está adornada por el escudo en color plateado, ansiosa por querer entrar apresuro a Frida, ella se molesta conmigo pero no me importa. Fueron dos largos años de mi vida sin ir a la escuela, al parecer la rebeldía me ganó, fue esa etapa en la que todo me valía y lo único que quería era que me dieran mi espacio, todos pasan por eso ¿no es así?

Durante esos dos años tampoco había tenido novio, digamos que me encontraba en rehabilitación tras mi última ruptura amorosa. Se llamaba Alexander, era guapo y tenía un cuerpo que me encantaba, pero como no todo puede ser perfecto resultó ser un loco, se enojaba conmigo solo y era tan celoso que me desesperaba.

Terminó conmigo por medio de un mensaje en Facebook, no me dolió mucho pues sólo estuvimos tres meses juntos. Al mes se arrepintió y me buscó pero ni loca iba a regresar con él. Y fue así como quede curada de espanto y quedó confirmado que los hombres son unos idiotas.

Pero esta vez todo será diferente, pienso iniciar con el pie derecho sin involucrarme emocionalmente con nadie.

Frida va en tercero y conoce esta escuela como a su mano así que me dejo guiar. Todas las miradas se van a ella, menea sus caderas como si dependiera de eso.

Mi precioso problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora